El sexo sigue vendiendo más que cualquier otra cosa y si no me creen, pregúntenle a Ryan Murphy, que dio con la cantidad exacta de desnudos y acrobacias eróticas para que sus creaciones, temporada tras temporada, triunfen en galas de premiación… (En caso de que alguien se lo pregunte, la cantidad exacta es demasiado).
De vez en vez, confiamos en la ventaja que puede sacarle el morbo de la muerte violenta –único competidor autorizado– al morbo del encuentro libidinoso entre dos actores atléticos y elásticos en una pantalla… casi siempre lo sensual termina venciendo. Por eso, probablemente, Murphy –productor de joyitas hipersexuadas e hipersangrientas como American Horror Story y Nip/Tuck– se decantó por el escándalo de Monica Lewinsky cuando tuvo que elegir entre el affair que casi le cuesta el cargo a Bill Clinton y el huracán Katrina.
¿Las consecuencias de una catástrofe natural con un saldo superior a los 1800 muertos o la parafernalia mediática y política en torno a, y este es el término correcto, “la relación inapropiada” del cuadragésimo segundo presidente de los Estados Unidos con una becaria? Chistes machistas aparte, lo de Lewinsky resulta más gratificante.
Resumen: la tercera entrega de American Crime Story, que parecía no se concretaría, pero finalmente se concretó y comenzará a filmarse en febrero de 2020, quizás tenga como fetiche un vestido azul manchado de semen.
Con dos temporadas previas muy fuertes, The People vs. O.J. Simpson y The Assassination of Gianni Versace, Impeachment tendrá, necesariamente, que hallar su propia manera de mantener la atención de los espectadores fieles a la serie. Mientras sus hermanas mayores emplearon de manera inteligente la cobertura de prensa dada a hechos de sangre, aquí la atención mediática deviene, casi, un crimen.
Para quienes no están al tanto, la historia condensada: 1998, quizás el peor año para Bill Clinton; Mónica Lewinsky, exbecaria de la Casa Blanca, asegura tener evidencias –la pieza de ropa antes mencionada– de que mantuvo relaciones sexuales con el jefe de Estado. Lo que vino después y, suponemos, el leitmotiv de la trama: un escándalo que desencadenó en juicio político y colocó sobre la cuerda floja la carrera y el matrimonio de quien se sentaba entonces en la silla del “hombre más poderoso del mundo libre”.
No sabemos bien por qué, pero el anuncio del proyecto se realizó en enero de 2017 y, hasta ahora, no teníamos más noticias de él. Sin embargo, la tardanza llega con aliciente, porque Murphy, creador y productor de la serie, logró que la coprotagonista del suceso real forme parte de la producción.
«Llegué a entender lo dedicado que está (Murphy) a dar una voz a los marginados en todo su brillante trabajo», declaró Mónica a la revista Vanity Fair.
La marginación a Lewinsky, el abuso de poder, la doble moral y las motivaciones políticas tras la cortina de humo erigida por sesiones sexuales diseccionados hasta el hartazgo, no son nuevos. La ficción, protagonizada por la californiana Beanie Feldstein en el rol de Lewinsky, encontró inspiración en el libro de Jeffrey Toobin A Vast Conspiracy: The Real Sex Scandal That Nearly Brought Down a President.
Detrás de cámaras hicieron la tarea. Para el papel de la infame Linda Tripp, quien grabó las conversaciones donde la exbecaria confesaba su cercanía al presidente, seleccionaron a Sarah Paulson, ganadora de uno de los nueve Emmy que mereció The People vs. O.J. Simpson, por interpretar a la fiscal Marcia Clark.
Puede gustarnos más o menos. Tal vez, incluso, pensemos que las consecuencias del Katrina eran mucho más pertinentes cuando el actual mandatario de Estados Unidos lejos de huirle al escándalo lo provoca y niega el cambio climático. Pero Impeachment llegará y, sin dudas, no de manera silenciosa, el 27 de septiembre de 2020 –casualmente un mes antes de las presidenciales estadounidenses– de acuerdo con el canal FX.
Al final, lo peor es que quizás tengamos que esperar hasta entonces para saber qué piensa Bill de todo esto.
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