6 películas cubanas basadas en obras literarias

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La literatura siempre ha sido fuente de inspiración para el arte. En el mundo del audiovisual las referencias son infinitas. Desde sus orígenes, el cine ha encontrado un buen aliado en los libros: en varios filmes podemos ver alusiones a diversos pasajes literarios o disímiles guiones que toman textos de ese tipo como puntos de partida. En el panorama internacional son muchas las películas que se han hecho a partir de libros. Las sagas de Harry Potter o Crepúsculo o materiales históricos como El niño con el pijama de rayas y Forrest Gump, son solo algunas de estas muestras.

En el terreno nacional, también son muchas las películas basadas en obras literarias. Aquí te dejamos una breve lista en la que no aparecerán Memorias del subdesarrollo y Los sobrevivientes, dos clásicos de los que te hablaremos en otra ocasión.

Las doce sillas (1962)

Este largometraje de ficción, el segundo del realizador cubano Tomás Gutiérrez Alea, está basado en la novela homónima de los escritores soviéticos Ilya Ilf y Eugene Petrov. En ambas obras se satiriza la vida de un aristócrata y su exchofer, quienes andan en busca de una silla donde están escondidos los brillantes de la familia. El filme, en blanco y negro, de 97 minutos de duración, contó con las interpretaciones de Enrique Santiesteban y Reinaldo Miravalles.

Aventuras de Juan Quinquín (1967)

El cineasta cubano y fundador del ICAIC, Julio García Espinosa, llevó a la pantalla grande una película basada en Juan Quinquín en Pueblo Mocho, del escritor Samuel Feijóo. La novela humorística de aventuras narra en su trama los modos de vida del campesino cubano, se detiene en descripciones sobre sus maneras de divertirse, los guateques, los velorios, las comidas, la forma de hablar, sus dicharachos y refranes. La adaptación, de igual manera, describe el entorno rural a través de la vida del personaje principal y sus peripecias. Este filme encabeza la modernidad del cine cubano o de lo que su director llamó “cine imperfecto”.

Una pelea cubana contra los demonios (1971)

Este largometraje de ficción en blanco y negro, de 130 minutos de duración, estuvo dirigido por Tomás Gutiérrez Alea e inspirado en la obra homónima del antropólogo cubano Fernando Ortiz. El libro del también etnólogo y musicólogo está basado en hechos reales y recoge la historia del párroco de San Juan de los Remedios (Villa Clara), quien intentó convencer a sus pobladores, mediante el uso del miedo y la manipulación, para cambiar el asentamiento de la villa y trasladarlo a tierras de su propiedad. El filme se recrea en los momentos de exorcismos y en los detalles del incendio de la ciudad.

Cecilia (1982)

Es una versión libre de la novela Cecilia Valdés o La loma del ángel, del escritor cubano Cirilo Villaverde. Esta película del realizador Humberto Solás contó con un elenco de lujo: Daisy Granados (Cecilia), Imanol Arias (Leonardo), Raquel Revuelta (Madre de Leonardo), Miguel Benavides (Pimienta) y Eslinda Núñez (Isabel Ilincheta), entre otros. Está ambientada en la sociedad esclavista de la primera mitad del siglo XIX, donde la bella mestiza ansía el mundo de los aristócratas blancos. Esta historia de pasión, engaño y muerte también inspiró una ópera.

La bella del Alhambra (1989)

El largometraje de ficción, dirigido por Enrique Pineda Barnet, está basado en la novela Canción de Rachel, del escritor cubano Miguel Barnet. Ambas obras se centran en el personaje de la corista que ambiciona llegar a vedette del famoso Teatro Alhambra, pero trasciende para reconstruir la atmósfera y la vida artística de La Habana en el período de 1920 a 1935 y la frustración republicana. El propio director declaró que no tomarían la novela al pie de la letra. Al centrarse en la vida de Rachel y sus venturas y desventuras profesionales y amorosas, Beatriz Valdés, irradia picardía. Constituyó, en su momento, récord de taquilla, pues en tres meses fue vista por tres millones de espectadores cubanos. Fue reconocida con el Premio Goya a la mejor película extranjera de habla hispana, otorgado por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de España en el año 1990.

Fresa y chocolate (1993)

Es, hasta la fecha, el único largometraje cubano nominado al Premio Oscar a la Mejor Película Extranjera, que entrega la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood. Sucedió en la edición de 1994. Dirigida por Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, el filme se basa en el cuento El Lobo, el bosque y el hombre nuevo, del escritor cubano Senel Paz. Este último fue también el autor del guion cinematográfico.

El eje central de las obras es la relación entre dos personajes que representan todo lo antagónico de la sociedad del momento. Por un lado, David, joven militante comunista, con ideas conservadoras, estudiante de Ciencias Sociales en la Universidad de La Habana; por otro, Diego, artista, religioso, homosexual, coleccionista de arte y apasionado por la cultura universal. Esta obra fue merecedora del Goya a la mejor película extranjera, en 1995.

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