Marco Antonio Solís es un referente para la música mexicana. Su éxito le ha llevado a ofrecer conciertos en decenas de países y producir más de 20 discos como solista. En 1992, durante la filmación de uno de sus tantos videos musicales, conoció a la modelo cubana Cristian Salas en New Jersey. Un año después decidieron casarse y producto del matrimonio concibieron dos bellas hijas: Alison (20) y Marla (18). En la actualidad son una familia feliz y con dotes artísticos, pues las jóvenes también son cantantes.
Recientemente, estuvieron juntos en el Festival de Viña del Mar, en Chile, y ahora se encuentran en Costa Rica. Las muchachas acompañan a su padre y cantan con él en algunos conciertos. Esto ha servido para lanzar la carrera profesional de ambas.
«Para nosotras es un gran honor pisar un escenario con él. Hacemos lo que amamos hacer con quien amamos. Poder compartir el escenario con mi hermana y mi papá es uno de los privilegios más grandes que me ha brindado la vida. Por eso estamos muy afortunadas como agradecidas», explicó la mayor en una entrevista con el portal tico, Diario Extra.
Sobre sus planes futuros, Alison, agregó: «La música siempre es lo que nos ha fascinado de pequeñas. Ahora estamos cantando juntas, pero igual queremos trabajar en nuestros proyectos separados este año. Nos expresamos de maneras diferentes, pero es muy lindo hacer lo que amas, con quien amas y cantar con el papá. Son momentos inolvidables».
Mientras que Marla se inclina por la música movida, tanto «alegre como divertida», dice ella; Alison prefiere lo que describe como «el pop-balada- romántico».
«Cubanas y mexicanas»
Estas jóvenes artistas llevan la cubanía consigo. La patria de su madre, lejos de ser ajena a ellas, ha influido en sus personalidades.
«Estamos muy orgullosas de nuestras raíces. Somos cubanas y mexicanas. Tenemos la salsa y el picante. Me encanta todo de Cuba, la gente y la comida. Todos son alegres y amorosos», comenta Alison.
Las hermanas conocen perfectamente la Isla, sitio que visitan con cierta frecuencia. Sobre la impresión que causó en ellas y el orgullo que sienten por su ascendencia caribeña, cuenta Marla: «es increíble cómo mantienen los carros, es como viajar al pasado, a los años cincuenta, llena de colores. Es un país lleno de color y es una de las culturas más felices que he visto. Ellos encuentran la alegría en todo. Tengo mucho cariño por la gente cubana y me gusta su forma de ser».
Y termina la entrevista con Diario Extra de este modo: «Yo simpatizo mucho con los cubanos y les tengo mucho amor. Estoy orgullosa de ser cubana».
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