Aquí la desgarradora y poco conocida historia detrás de “La vida es un carnaval”, himno de Celia Cruz

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Foto tomada de Luz Noticias.

Este año, el mundo celebró el centenario del natalicio de Celia Cruz (21 de octubre de 1925), la “Reina de la Salsa”, una artista que no solo marcó la música latina, sino que también dejó una huella imborrable en la cultura popular de varias generaciones. A cien años de su llegada al mundo, su voz, su carisma y su inconfundible grito de “¡azúcar!” siguen siendo motivo de fiesta, homenaje y recuerdo en todos los rincones donde alguna vez sonó su música. Y entre todos sus éxitos, hay una canción cuya historia, lejos de ser solo alegría, esconde una raíz profundamente humana y desoladora: “La vida es un carnaval”.

Por detrás del estribillo pegajoso y la alegría contagiosa de dicho tema, hay una historia marcada por la tragedia y la esperanza. Pocos saben que su origen está en uno de los días más oscuros de la historia latinoamericana reciente. Así lo contó el propio compositor, Víctor Daniel, en una entrevista con BBC Mundo, fuente principal de esta nota.

Era el 18 de julio de 1994. En Buenos Aires, un coche bomba explotó frente al edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), dejando 85 muertos y cientos de heridos. Víctor Daniel, que entonces vivía en Venezuela, vio la noticia por televisión. Lo conmovió especialmente una mujer que, entre lágrimas, decía haberlo perdido todo. “En ese momento, yo le hablé a la pantalla, le decía a la señora: ‘No tiene que llorar, señora, las penas se van cantando, ya verá que va a salir adelante, que Dios está con usted’”, recuerda el autor. Fue ahí, en medio de ese dolor, donde nació la frase “la vida es un carnaval”.

El compositor se sentó al piano y, en medio de la tristeza y la rabia, escribió una canción que quería ser consuelo para los que sienten que ya no queda nada. “La inspiración fue en una tragedia, ahí fue el nacimiento de ‘La vida es un carnaval’”, confiesa Daniel en la citada conversación. El mensaje era claro: nadie está solo, siempre hay alguien dispuesto a tender una mano, aunque a veces cueste verlo. Así lo dice una de las estrofas más recordadas:
“Todo aquel que piense que está solo y que está mal
Tiene que saber que no es así
Que en la vida no hay nadie solo, siempre hay alguien”.

Pero la historia no termina ahí. Daniel guardó la canción durante dos años, esperando que una voz a la altura pudiera grabarla. La oportunidad llegó cuando un productor del equipo de Celia Cruz le pidió una pieza especial para la artista. Al principio, Celia tuvo dudas sobre la introducción instrumental—“Maestro, ¿qué voy a hacer yo con esa introducción?”—pero Daniel insistió en mantenerla. Finalmente, Celia accedió y grabó la canción tal como él la había creado.

El impacto fue inmediato. La canción se convirtió en un himno en la Feria de Cali de 1998, y Celia la adoptó como parte fundamental de su repertorio. Omer Pardillo, quien fuera manager y albacea de la cantante, recuerda que Celia la grabó pensando en Colombia, un país que atravesaba momentos muy difíciles y que ella visitaba con frecuencia. “Colombia, un país tan lindo, necesita en estos momentos mucha fe, mucha alegría”, pensó la artista según Pardillo refiere a BBC.

La vida es un carnaval no solo conquistó al público, sino también a la crítica. En 2021, la revista Rolling Stone la incluyó en su lista de las 500 mejores canciones de todos los tiempos, resaltando su mensaje vivificante.

Lo curioso es que, aunque la canción fue escrita por un argentino y nació de una tragedia ocurrida en Buenos Aires, Celia la presentó siempre como una canción profundamente cubana. En una de sus presentaciones en el Gran Rex, en Buenos Aires, la propia Celia sorprendió al público al anunciar: “Aquí está el maestro Víctor Daniel, creador de ‘La vida es un carnaval’. Pero la sorpresa más importante es que el maestro es argentino como ustedes”.

El mensaje de la canción sigue vigente. Lo que comenzó como un intento de consolar a una mujer que lo había perdido todo, se transformó en un himno de esperanza para millones. “Es una canción que habla de la esperanza, del amor, que todo el mundo tiene que saber que las penas se van cantando, que nadie está solo en el mundo”, resume Daniel al medio de comunicación británico.

Celia Cruz, por su parte, la convirtió en bandera. En palabras de Pardillo, “nunca dejó de cantar La vida es un carnaval desde que la grabó. Era una canción que tenía que cantar dos o tres veces en el mismo concierto porque la gente se la volvía a pedir”.

El legado de Celia y de esta canción es, al final, una invitación a mirar la vida con otros ojos. Como ella misma decía en una entrevista citada por BBC: “Cuando nosotros empezamos con el pesimismo, que esto y lo otro, la hacemos un infierno, pero sí (la vida) es un carnaval y es muy corta. Hay que vivir”.

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