El nombre de José Miguel Rodríguez resonó por primera vez entre los aficionados de su provincia, hace algún tiempo, cuando logró lanzar el primer juego sin hits ni carreras en la historia del estadio Calixto García en lides nacionales. Pero después de ese momento mágico, su carrera tomó un rumbo inesperado. Se marchó hacia México, retornó y lanzó muy poco en la pasada Serie Nacional, por lo cual quizás pocos imaginaban que este pitcher de Sagua de Tánamo estaría protagonizando uno de los regresos más aplaudidos del campeonato actual.
José Miguel ha vuelto con todo. En la semana previa, el derecho fue nombrado Jugador Más Valioso de la liga entre los lanzadores, un reconocimiento que entre los jugadores de posición recayó en su compañero de equipo Michel Gorgüet. Los números que presentó Rodríguez en esos días fueron sencillamente espectaculares: lanzó 9.1 innings, se llevó dos triunfos, ponchó ocho veces, recetó cuatro bases por bolas y le pegaron ocho imparables. Su promedio de carreras limpias en ese lapso fue de 1.93, cifras que reflejan el dominio absoluto que ejerció sobre los bateadores rivales.
Antes de los partidos de este domingo, a lo largo de 20 capítulos, el relevista mantiene el cuarto mejor promedio de efectividad del certamen con 2.25 y reúne dos victorias sin derrotas, 17 ponches y ocho pasaportes. Los contrincantes le batean para apenas .197 y su WHIP es de 1.10, estadísticas que lo colocan entre la élite de los serpentineros de la competencia.
El contraste con sus números de las tres campañas anteriores con los Cachorros (2021-2022, 2023 y 2024) es notable. En 23 partidos previos, 21 de ellos como relevista, José Miguel había acumulado un récord de 1-0, sin salvamentos, efectividad de 8.77, average contrario de .360, 15 ponches, 29 bases por bolas y WHIP de 2.69. La diferencia es abismal y plantea una pregunta inevitable: ¿qué cambió?
En una entrevista publicada hace poco en la página de Facebook El Diamante del Deporte Cubano, el propio Rodríguez confesó que la confianza que ha ganado en sí mismo es la condición que lo ha llevado al éxito. Y es que en el beisbol, como en la vida, creer en uno mismo puede marcar la diferencia entre el fracaso y la gloria.
Esa confianza ya había brillado en el momento más importante de su aún corta carrera, un hito que también marcó un momento único en la historia del estadio Calixto García de su provincia natal. El 20 de agosto de 2022, durante la 7ma. edición de la Serie Nacional sub-23, los jóvenes holguineros vencieron 6-0 a Guantánamo, y el gran protagonista de la tarde fue Rodríguez, quien firmó un juego sin hits ni carreras en el principal diamante de la Ciudad de los Parques, estadio que hasta entonces era el único entre los principales de Cuba que jamás había registrado una actuación de tal calibre en justas nacionales.
«Es una cosa que aún no me la creo, porque no estaba enfocado en eso, solo en subir al box y hacer mi trabajo, o sea, sacar el primer out de cada entrada y dar ceros», declaró en aquel momento el joven serpentinero. «Quiero darle gracias a los buenos entrenadores que tuve y me apoyaron siempre sin descanso. Esta es una cosa que quieren lograr todos los pitchers, lo mismo de Holguín que en cualquier parte del mundo. Tengo una excelente comunicación con mi receptor y con la fe de Dios el trabajo salió».
Ahora, con 20 capítulos lanzados en la presente campaña y números que lo colocan entre los mejores del torneo, José Miguel Rodríguez está demostrando que aquel no-hitter no fue casualidad, sino el adelanto de lo que podía lograr cuando todas las piezas se colocaran en sus respectivos lugares.
Para los Cachorros de Holguín, contar con un relevista en esta forma es un lujo. Para José Miguel, es la confirmación de que la confianza, el trabajo duro y la fe pueden transformar a un lanzador que luchaba por encontrar su lugar en uno de los más valiosos del curso.
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