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El 18 de mayo de 2018 quedó grabado en la memoria colectiva de los cubanos como uno de los días más trágicos de la aviación nacional. Un Boeing 737 que cubría la ruta La Habana-Holguín se precipitó a tierra cerca del Aeropuerto Internacional José Martí, cobrando la vida de 112 personas. De aquella tragedia, solo una persona logró sobrevivir: Mailén Díaz Almaguer, quien entonces tenía 19 años y viajaba junto a su esposo hacia la provincia oriental.
El accidente que cambió una vida
La aeronave siniestrada era un Boeing 737-200 fabricado en 1979, perteneciente a la aerolínea mexicana Damojh S.A. (Global Air) y arrendado con tripulación a Cubana de Aviación. Según las investigaciones posteriores del Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba (IACC), publicadas en mayo de 2019, la causa más probable del accidente fueron los errores de la tripulación en los cálculos de peso y balance de la nave, lo que provocó la pérdida de control durante el despegue.
En aquella tragedia perdieron la vida 101 ciudadanos cubanos, seis tripulantes mexicanos y cinco pasajeros extranjeros. Inicialmente, tres mujeres sobrevivieron al impacto, pero solo Mailén logró mantenerse con vida tras un arduo proceso de recuperación médica.
Una batalla por la supervivencia
El camino hacia su recuperación fue extraordinariamente complejo. Durante más de 70 días permaneció internada en el hospital Calixto García de La Habana, donde libró una intensa batalla por su vida. Las lesiones que sufrió fueron devastadoras: afectaciones en la columna vertebral a nivel cervical, torácico y dorsal, fracturas en extremidades, tibia, peroné y pelvis, además de quemaduras severas.
La afectación medular la dejó parapléjica, y su organismo presentó múltiples complicaciones que requirieron drenajes constantes y curas frecuentes. Los médicos tuvieron que realizar numerosas intervenciones quirúrgicas, enfrentando constantes estabilizaciones y desestabilizaciones en su sistema hemodinámico. Como parte del tratamiento, fue necesario amputar la parte inferior de su pierna izquierda, quedando paralizada de ambas extremidades inferiores, refirió en su momento el portal Cubadebate.
Reconstruyendo la vida desde cero
Más de siete años después de aquellos momentos que cambiaron su existencia, Mailén, ahora de 26 años, ha logrado reconstruir su vida de manera notable. En una reciente entrevista con CNN en Español, la joven holguinera reveló que no conserva recuerdos claros del día del accidente, apenas fragmentos del aeropuerto, y que fue en el hospital donde recuperó la conciencia y se enteró de la muerte de su esposo.
Actualmente, según algunos medios de comunicación, Mailén reside en el reparto Siboney, perteneciente al capitalino municipio Playa, en una casa que pudo adquirir con la indemnización recibida tras el accidente.
Fe y nuevos propósitos
Uno de los aspectos más destacados de su proceso de recuperación ha sido el fortalecimiento de su fe religiosa. Mailén estudia para convertirse en seminarista en una iglesia metodista habanera, encontrando en la espiritualidad un pilar fundamental para su nueva vida. «Mi supervivencia es un milagro de Dios», ha expresado en múltiples ocasiones.
Su adaptación a la discapacidad ha sido notable. Ha aprendido a conducir vehículos adaptados y ha demostrado una capacidad de superación que inspira a quienes conocen su historia. En 2021 volvió a viajar en avión, enfrentando sus miedos y demostrando una valentía extraordinaria.
Mirando hacia el futuro
Uno de los mayores anhelos de Mailén es poder acceder a tratamientos médicos más avanzados fuera de Cuba, donde espera encontrar terapias que le permitan mejorar su calidad de vida. «Mi recuperación no ha terminado, pero agradezco estar viva», ha manifestado, reflejando una perspectiva optimista a pesar de las adversidades.
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