Por estos días, en redes sociales hemos vuelto a leer contenido relacionado con el actor cubano Luis Rielo, gracias a una publicación en Facebook de Raul Esteban Aguiar. Según una breve indagación nuestra, el usuario, aunque no lo mencionó, compartió declaraciones ofrecidas por el histrión en una entrevista publicada a finales de 2022 por el Portal de la Televisión Cubana. Dichas palabras contienen parte de la trayectoria de uno de los fundadores de nuestra TV y algunas verdades de este sobre el estado actual de la misma.
Los inicios de una leyenda
Según relata el post, Luis Rielo comenzó su carrera en 1954, actuando como extra en los estudios del edificio donde actualmente se encuentra el cine Yara, en el Vedado. «Desde entonces los directores me veían trabajando con responsabilidad y disciplina. Cuando llegaba al ensayo en seco, ya me sabía la letra del guion. Mientras todos estaban leyendo, yo lo estaba diciendo de memoria», recuerda el veterano actor.
Su profesionalismo y dedicación no pasaron desapercibidos. En 1956 ya era «un actorcito que despuntaba», según sus propias palabras. Su primer personaje negativo llegó en la aventura Carlos Valiente, que se transmitía por CMQ TV al mediodía, donde interpretó a un asesino silencioso llamado Marcus.
La época dorada de la televisión cubana
Rielo es testigo de una época irrepetible en la historia de nuestra TV. Como él mismo describe: «Aquí antes había un televisor y más de cien personas afuera viendo las aventuras. En 1954 existían pocos televisores en Cuba, la mayoría estaban en las vidrieras de las tiendas».
El actor cuenta que vivía en un edificio de la calle Lealtad y los vecinos, niños y adultos, iban para su casa a ver los programas porque tenían uno de los pocos televisores del barrio. «Fue un fenómeno que no se puede repetir porque ya no hay forma de volver atrás», reflexiona con nostalgia.
El nacimiento de Malpica
El personaje que definiría su carrera llegó cuando Silvano Suárez, director de Robin Hood, le propuso formar parte de su nueva serie «El Zorro», interpretando a uno de los tres hermanos Malpica. Suárez le advirtió sobre la peculiaridad de la risa de este personaje, con la cual terminaría la última escena de cada capítulo.
«Perdí mi nombre con ese personaje. Estuve más de 15 años llamándome Malpica. A él le debo la fama. A partir de ese momento, creo haber hecho más de mil negativos», afirmaba el actor entre risas.
Desde entonces, fue conocido por el pueblo cubano como Luis Rielo, «el malo de las Aventuras». En este espacio protagonizó numerosas series como Los Konsomoles, El lobo blanco y Los Vikingos, donde compartió con varios de los grandes actores de diferentes generaciones
Un método de trabajo único
La versatilidad era una característica fundamental de los actores de esa época. «Cuando empecé, por hacer un personaje importante, el próximo no tenía que ser mejor que este. Los actores hacíamos protagónicos y luego interpretábamos un papel pequeño. Ese método de los directores nos enseñó a ser versátiles y a superarnos», explica Rielo.
Las filmaciones se realizaban siempre en exteriores, principalmente en zonas rurales. «El público era muy cariñoso y respetaba a los actores. Resultaba difícil tener problemas con los habitantes del lugar de la grabación. Las personas se sentían contentas cuando grabábamos en sus casas. Éramos familia del televidente», recuerda con cariño.
Una carrera prolífica
A lo largo de su carrera, Rielo interpretó personajes memorables como el pescador en Los pequeños fugitivos, desarrollada en Santa Cruz del Sur, el contramayoral de La capitana del Caribe y el sargento Asín en El halcón negro, del director Erick Kaupp.
El equipo de grabación era reducido pero eficiente: «estaba conformado por un camarógrafo, un sonidista y el director. Éramos buenos compañeros, no existían diferencias entre actores y extras. Compartíamos el interés en obtener buenos resultados».
El fin de una era
«Con el fin de las aventuras, en la primera década del 2000, se acabó parte de mi carrera. Fue el espacio donde más trabajé, con 37 series», lamenta el actor. Su nostalgia se mezcla con una crítica constructiva hacia el estado actual de la televisión cubana.
«Luego los programas fueron decayendo y hoy día no hacen nada que merezca la pena. Ahora a la televisión cubana le falta mucho, necesita rigor y seriedad en el trabajo», opina con la autoridad que le dan sus décadas de experiencia.
La crítica de un veterano
Rielo no escatima en críticas hacia las nuevas generaciones de intépretes: «Hay actores que no tienen experiencia en el medio. Me da lástima con ellos porque no tienen buena dicción, no proyectan bien y no transmiten igual. Necesitan directores que sepan dirigir actores, no solo cámaras».
Su frustración es evidente cuando relata: «Hace unos días vi un capítulo de Tras la huella, y le dije a mi esposa Ena: Ya no sé quién fue el que mató y quién fue el que robó porque no le entendí nada a nadie».
La pasión que no se apaga
En aquel entonces, a sus 89 años (hoy está a punto de cumplir 92), Rielo mantenía viva la llama de la actuación. «Sufro por no poder hacer lo mismo de antes. Tengo casi 89 años de edad y, como actor nunca dejaré de trabajar, porque siempre hace falta un viejo, aunque ya en Cuba no se escriben guiones para esos personajes», asegura con voz queda.
El actor conserva los recuerdos de esa época dorada en su libro de memorias Aquel niño que nunca fui, donde guarda las fotografías de una etapa que marcó no solo su vida, sino la de toda una generación de cubanos que crecieron viendo sus aventuras.
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Recuerdos muy adorables viendo el programa «Aventuras», y esta estrella de este espacio haciendo sus personajes!!!…