De robar suspiros en TV a profesora de yoga: La sorprendente actualidad de «la rubia de Pateando la lata»

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Quienes crecieron viendo la televisión cubana entre mediados de los noventa e inicios de los 2000, seguramente recuerdan a Giselle Odette, aquella despampanante rubia que robaba suspiros en el programa humorístico Pateando la lata. Su presencia era tan impactante que incluso se acuñó la frase «La rubia de Pateando la lata… ¡Qué buena está!», que se convirtió en parte del vocabulario popular de la época.

Durante seis años, Giselle fue uno de los rostros más reconocibles de la pequeña pantalla cubana, participando en el programa dirigido por Delso Aquino. Sin embargo, tras el fin de esta etapa, su figura se desvaneció de los medios nacionales, lo cual dejó a muchos seguidores con varias dudas sobre su paradero.

Lo que pocos conocen es que su carrera artística continuó, aunque por senderos menos visibles para el público cubano. En 2015, la actriz sorprendió con su participación en Amores gatos, una tragicomedia experimental peruana, dirigida por Juanma Calderón. El filme, que narra las peripecias de un poeta cuidador de gatos en Nueva York, representó una faceta diferente en su trayectoria artística.

Pero la vida de Giselle ha dado giros aún más interesantes. Actualmente en Cuba, la ex estrella de televisión ha encontrado nuevos caminos para su desarrollo personal y profesional. A principios de 2023, fungió como relacionista pública en la quinta edición del Festival del Monólogo Latinoamericano y Premio Terry en Cienfuegos, aunque una inoportuna infección por Covid-19 le impidió asistir presencialmente al evento.

La verdadera transformación en la vida de Giselle, sin embargo, va más allá de sus roles organizativos. La otrora ‘sex symbol’ de la televisión cubana ha encontrado en el yoga una práctica personal y también una vocación profesional. Recientemente debutó como instructora de yoga en La Habana, una experiencia que compartió con entusiasmo en sus redes sociales.

«Cuando guías tu primera clase de yoga como profesora en La Habana…», escribió en Instagram, relatando cómo lo que comenzó como una sesión de yoga terminó en un almuerzo improvisado en el Hotel Nacional, acompañada por otras practicantes, incluyendo a la reconocida actriz Maikel Amelia Reyes.

Este nuevo capítulo en la vida de Giselle también incluye su interés por la astrología y el tarot, disciplinas que ha estado explorando a través de talleres especializados. Es evidente que aquella «rubia de Pateando la lata» ha evolucionado hacia una mujer que encuentra en las prácticas espirituales y el bienestar holístico su nuevo camino.

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