Desde que surgió el cristianismo hace alrededor de 2000 años, muchos se han erigido como herederos reales y absolutos de lo que llaman el Reino de Dios, por lo cual nunca han faltado los profetas, mesías y otros sujetos que han portado la etiqueta, impuesta o autoimpuesta, de ser el nuevo rostro del cristianismo en la Tierra.
La historia de turno empieza en 2013, año en que Lisbet García vio la oportunidad de ocupar el vacío de poder dejado por su esposo recién fallecido, al frente de la congregación que tenían en Miami, Estados Unidos.
“El mundo no ha conocido al verdadero Dios MelquisedecLisbet y Su orden perfecto, que son Padre y Madre, Varón y Hembra, sino que ha creído que Dios es un ser solitario, con un hijo solitario, cuando Dios es plural, dos en uno y por ende, Dios Padre es Esposo de un Ser de idéntica soberanía que Él, y es Dios Madre, y, ¿qué la hace a Ella la Esposa de Dios Padre? Su Sabiduría del Cielo que ha traído a los hombres mortales, y el poder que hay en Su nombre, porque Dios Padre es quien respalda todo lo que Ella habla.”, refiere la página web de Rey de Salem, organización religiosa que desde entonces encabeza Lisbet y tiene su centro en Houston, Texas.
La institución que ella lidera reúne feligreses en más de una veintena de países latinoamericanos y europeos, entre los que destacan Venezuela, Costa Rica, Italia, España o Colombia. Sus prédicas y mensajes llegan a los fieles gracias a unos videos, de alrededor de 25 minutos de duración, que graba en el estudio que tiene en la propia sede.
Después de cada sesión, sus subordinados se encargan de cobrar una especie de diezmo que les permite mantenerse a flote. Además de efectivo, aceptan transferencias mediante tarjetas Visa, Mastercard, PayPal y American Express, entre otros métodos.
Rey de Salem transmite en vivo por el canal de radio La Mediadora y otro de televisión, ambos disponibles en su portal web, a través del cual ofrecen Testimonios, Revelaciones y Enseñanzas (con el nombre de Maná del Cielo), un espacio de actividades y lecciones para niños, y hasta música, al que se puede acceder a través de la propia página o mediante una aplicación móvil.
Digna heredera de su predecesor
Lisbet García de Jesús nació en Cuba y es viuda de José Luis de Jesús Miranda, también conocido como Melquisedec o Papi, un predicador oriundo de Puerto Rico que en 1986 fundó en Miami la congregación Creciendo en Gracia.
Este hombre, quien inicialmente se definió como El Otro, un personaje destinado a preparar la segunda venida de Cristo, llegó a asegurar que era la reencarnación del apóstol Pablo y más adelante asombró al declarar lo siguiente: “me tomó tiempo para aprender, pero soy lo que esperaban y lo que han estado esperando durante 2000 años. El espíritu que hay en mí es el mismo espíritu que estaba en Jesús de Nazaret”.
Pero aquel no fue el final de su trayectoria. Su último alter ego autoproclamado, y posiblemente el más inesperado de todos, fue el Anticristo. Tan lejos llegó este hombre con esa idea que se tatuó en un brazo el “666”, el llamado “número de la bestia”, símbolo que para él era más bien un indicador de paz y prosperidad.
Este señor fue tan atrevido como para decir que poseía, entre otros, el secreto para lograr la vida eterna para él y sus seguidores. Sin embargo, en 2013 murió como consecuencia de la cirrosis hepática, un cáncer de hígado o un derrame cerebral –las fuentes no se han puesto de acuerdo sobre ello.
Tras la muerte de José Luis, su esposa se proclamó como la versión viva del Arcángel Miguel y pasó a encabezar su propia iglesia, a la cual llamó Rey de Salem, todo ello además de heredar la pequeña fortuna que había amasado su compañero.
Desde su ascenso como cabeza de Rey de Salem, Lisbet se ha convertido en alguien muy conocida en diferentes lugares, pero también se ha mantenido oculta. Ni siquiera sus subordinados pueden ofrecer demasiados datos sobre esta “mesías” de las pantallas, aunque el consenso general es que se formó como contadora y es madre de una hija.
A diferencia de su predecesor, ella predica desde la distancia y para propagar su mensaje se vale, además de los mensajes que graba exclusivamente para sus “sucursales”, de plataformas como Instagram o YouTube.
Varios de los fieles de esta versión femenina de Cristo, además de portar en su piel el “666” en honor al marido muerto, también han empezado a marcarse con las letras “M” y “L” que apuntan al nombre de su guía espiritual, Melquisedec-Lisbet.
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