«Blue Eye Samurai», una gran adquisición para el catálogo de Netflix

3 min


1

Por mucho bombo y platillo que reciban —no sin merecimientos— series originales de Netflix como Stranger Things, The Crown, The Queen’s Gambit, Lupin o The Fall of the House of Usher, existe un segmento específico dentro de la plataforma del cual se habla mucho menos, a pesar de que cuenta con una excelsa calidad artística y gran capacidad para entretener.

Las animaciones de diferentes géneros, a las que podemos acceder dentro del catálogo del sitio, pueden ser consideradas, en muchos casos y por muchas razones, como joyas de esa corona que ostenta Netflix, el servicio de streaming más popular del planeta.

Ejemplos como el de Castlevania — y su secuela, Nocturne—, junto a otros como Big Mouth, Cyberpunk Edgerunners, The Midnight Gospel, Arcane, Bojack Horseman, Saturday Morning All Star Hits! y Love, Death and Robots, confirman que para todos los gustos y colores hay algo disponible en este “lugar”, si de animación se trata.

A la par de las propuestas más atractivas que pudiéramos mencionar, llegó recientemente a ojos de los suscriptores la serie Blue Eye Samurai, un relato que ha sido recibido de forma casi unánime como uno de esos que todo seríefilo debería ver.

En sus primeros ocho episodios de 45 minutos, seguiremos a Mizu —con voz de Maya Erskine—, una mujer que ha conocido el rechazo desde que tiene memoria. Nacida en la sociedad japonesa de Edo, justo en la segunda mitad del siglo XVII, la chica de origen mestizo ha sido etiquetada como “demonio” por sus compatriotas, quienes, por entonces, como consecuencia de la política de *Sakoku, respiraban un profundo odio hacia todo lo que luciera como extranjero.

El viaje de esta protagonista resentida con el mundo es uno de venganza visceral y, a ratos, hasta irracional. Su meta es destruir a cuatro hombres occidentales a quienes culpa no solo de sus característicos ojos azules, sino también de la muerte de su madre, una de las pocas personas que realmente quiso.

Tras ser acogida por el maestro espadero ciego, llamado Eiji (Cary-Hiroyuki Tagawa), Mizu aprende el arte de fabricar y también el de blandir la katana. Una vez cumplida la edad suficiente, se disfraza de hombre y parte dispuesta a completar su misión.

Sin embargo, luego de derramar incontables litros de sangre, propia y ajena, la joven entiende dos cosas: primero, que su camino está lejos de seguir la senda honrosa de una samurái; y segundo, que a pesar de su gran capacidad para segar vidas, le será imposible completar su búsqueda si continúa en modo “loba solitaria”.

En Blue Eye Samurai, los guionistas Michael Green y Amber Noizumi, junto a la realizadora Jane Wu, crean un mundo cimentado en un contexto real, pero que a partir del entramado cultural que es el Japón feudal, construye una ficción que mezcla acertadamente elementos del realismo mágico, la mitología japonesa y los clásicos del cine nipón.

Sin irse nunca al terreno de la fantasía, los creadores nos ofrecen un universo coherente, visualmente cautivador y marcado por esa “magia” inherente a toda la buena cinematografía.

En lo que respecta directamente al argumento, podemos describirlo como un lienzo detallado, llenos de relieves, trazos virtuosos y mucho colorido. Green y Noizumi escribieron un libreto justo, en donde cada suceso encaja con la misma precisión que las maderas de un antiguo templo japonés, de ahí que jamás existan confusiones a pesar de los constantes flashbacks y las diferentes tramas que coexisten.

La obra, llevada a cabo por los artistas del estudio francés Blue Spirit y de Netflix Animation, combina 2D y 3D de una forma fluida y sin costuras. El despliegue de sus talentos combinados se palpa por igual en las vertiginosas y sangrientas escenas de acción y en los paisajes y locaciones en donde tiene lugar este cuento.

Posiblemente el punto más alto de realización suceda en el quinto capítulo, titulado The Tale of the Ronin and the Bride, en el cual se une el clásico teatro de marionetas Ningyo Johruri Bunraku con algunos segmentos fundamentales para el entendimiento de la historia.

El desarrollo de personajes es otro de los puntos fuertes de este show. Por supuesto que el caso de la protagonista destaca, pero los roles de Taigen (Darren Barnett) y Akemi (Brenda Song) son también claros ejemplos de cómo construir caracteres multidimensionales que resultan muy realistas y altamente identificables.

El elenco es otro punto extremadamente sólido, sobre todo cuando miramos la nómina que incluye a figuras de altísimo calibre y recorrido como Kenneth Branagh (Abijah Fowler), George Takei (Seki), Ming-Na Wen (Madame Kaji), Masi Oka (Ringo) y Randall Park (Heiji Shindo), además de Marc Dacascos como el asesino Chiaki y Harry Shum Jr. como Takayoshi Itoh, el segundo hijo del shogun.

Tras esta primera temporada, Blue Eye Samurai deja el listón lo suficientemente alto y los cabos sueltos necesarios para garantizar, como mínimo, una segunda parte. Habrá que ver qué deciden los encargados de Netflix, aunque si nos guiamos por el nivel artístico y narrativo del material, la renovación parece cantada. Ya somos muchos los que esperamos con ansias el regreso de la samurái de la mirada celeste.

Anuncios
Anuncios
Anuncios

0 Comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

× ¡¡¡Contáctanos!!!