Para Neisser Loyola la esgrima ha sido prácticamente el único camino. El hijo de Nelson Loyola Torriente, bronce en la espada por equipos en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, tenía solo 11 años cuando comenzó a aprender ese arte, aunque no era ello lo que su madre imaginó originalmente.
“Empecé con el violín. Mi mamá me había inscrito en una escuela de música, pero no me gustaba. Incluso lloré cuando me tuve que ir. Ya prefería la esgrima. Saqué una antena de TV y la usé como espada”, refleja el perfil suyo que aparece en la página de la Federación Internacional de Esgrima.
“Al principio no querían que fuera espadista, sino de florete, pero mi entrenador Iván Goytisolo me vio con buenas condiciones y aceptó que me quedara. Fui campeón de Cuba tres años consecutivos y con 14 abriles me quisieron subir para el equipo de mayores. Sin embargo, mi papá, que ya era entrenador del equipo nacional de Bélgica, no quiso que subiera y finalmente realizó los trámites de reunificación familiar para que nos fuéramos para allá con él”, relató Neisser recientemente.
El nacido en Cienfuegos el 27 de julio de 1998, desde 2017 compite por Bélgica, país en donde reside desde los 16 años.
“Cuando llegué, pensé que iba a destrozar todo, y me dieron una pequeña bofetada por eso. No había internet en Cuba, así que no sabía nada sobre el nivel competitivo aquí. Me uní a la selección cuando mi padre obtuvo la nacionalidad. Luego tuve que esperar dos años y eso me impidió participar en competiciones oficiales”, declaró en una oportunidad.
No obstante, ya Neisser tenía un camino recorrido y, aunque no pudo sumarse al equipo de mayores, compitió en la categoría de cadetes y fue haciéndose de un nombre. Luego de defender al club Cercle Gaumais y tener muy buenos resultados, en 2019, gracias a la federación de su país, recibió la oportunidad de integrarse al Ejército como atleta y a partir de entonces se convirtió en profesional a tiempo completo.
En julio de 2022, en su primera intervención en un Campeonato Mundial, se llevó el bronce en la cita disputada en El Cairo, Egipto. Este logro, además de ser un triunfo enorme en su carrera, también fue algo histórico para la nación, que desde 1951 no obtenía una presea de este tipo en citas del orbe, según publicó entonces Le Dernière Heure, diario distribuido en Bélgica.
“Fue mi primer campeonato del mundo y, a pesar de que siempre supe que tenía nivel para competir con los mejores, no imaginé que vendría un resultado así tan rápido. Tuve un campo de entrenamiento en Almería, España, que fue muy provechoso y me permitió ver mi nivel y valorar mis posibilidades”, contó en el episodio 180 del podcast español Llamada a Pista.
Gracias a esa medalla, en junio de 2023 fue reconocido como Deportista del Año 2022 de su ciudad, Arlon, galardón que también había recibido en 2019 gracias a sus conquistas en las categorías senior y juvenil a nivel doméstico.
Hasta la fecha, ha sido monarca belga de espada cuatro veces: en 2018 (Mettet), 2019 (Mettet), 2020 (Perwez) y 2022 (Ciney). El pasado curso también fue subtitular en la justa colectiva.
Además de su presea en el concurso planetario y de su férreo dominio a nivel nacional, a inicios de 2023 Neisser continuó con su buen paso y se llevó la plata en el Grand Prix de Doha, Catar.
En esa capital, Loyola compitió de forma muy agresiva y ganó varios asaltos con toques definitivos de gran precisión en las “tiradas”.
“Antes iba a las competencias y a lo que pasara, pero ahora miro videos, estoy más concentrado en el aspecto táctico y eso me ha permitido mejorar y tener un rendimiento estable en esta temporada”, reveló.
Sin embargo, tras esa plata conseguida en enero, en la edición del Mundial, celebrada hace unos días en Milán, Italia, no pudo revalidar su podio y debió conformarse con el lugar 17.
No obstante, en la más reciente campaña (2022-2023) tuvo otras buenas actuaciones como un noveno escaño en la Copa del Mundo de Buenos Aires, Argentina, además de sendos décimos lugares en las lides de Berna (Suiza), Vancouver (Canadá) y Estambul (Turquía). Gracias a esto, se logró ubicar en la plaza número 13 del ranking del orbe con un acumulado de 87 000 puntos.
Anteriormente, en 2022 había cerrado en el lugar 14 (84 000), el cual significó un salto enorme con respecto a la trayectoria que tenía hasta entonces, pues nunca antes había bajado del top 70.
Loyola debutó como juvenil en la temporada 2017-2018 y llegó a ser el cuarto mejor clasificado del listado universal, debido a varias victorias, entre ellas la que obtuvo en la Copa del Mundo de Bâle, Suiza, que le permitieron tener un puntaje total de 112 000 unidades. Luego entró en la lista de mayores en el puesto 293 (3000 unidades), mientras que para 2019 bajó hasta el 230 (4375), aunque aún no era suficiente para probar su calidad.
Fue en 2020 cuando dio la primera clarinada y entró en el top 100 con su lugar 92 (19 000), uno que para 2021 siguió mejorando hasta llega al 78 (22 000), el cual sirvió para anticipar lo que estaba por venir.
Si bien aún le resta mucho tiempo como esgrimista de alto rendimiento, el cubano-belga tiene clara cuál es su meta primordial. De ella habló en 2021, cuando todavía no había escalado un podio mundial.
“Mi objetivo es ir a los Juegos Olímpicos, y si es posible tener una medalla como mi papá. Ser campeón olímpico sería como tocar el cielo, es el mejor resultado que puede tener un atleta. (…) todavía soy joven, mi objetivo será París. Tengo los medios para ser uno de los mejores del mundo y haré todo lo posible por eso”.
Actualmente, Neisser Loyola vive en Arlon con su esposa, Ksenia, y su hijo Teylor, nacido en 2020. Próximamente, desde el 3 de agosto estará participando en la lid de esgrima de los XXXII Juegos Mundiales Universitarios de Verano que comenzaron en Chengdu, China, el pasado 28 de julio.
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