Faltan pocos días para que la Liga Meridiana de béisbol, uno de los circuitos invernales de México, vuelva a tener vida, tras no efectuarse en 2020 y 2021 debido a la pandemia del Covid-19.
Ese torneo ha permitido que peloteros cubanos, jóvenes y veteranos, se mantengan activos e igualmente les ha abierto las puertas a ligas de mayor nivel.
Por allí han pasado, entre otros, Jorge Tartabull, Alberto Díaz, Luis Alberto Medina, Vladimir Hernández, Ramón Lunar, Amaury Casañas, Lázaro Leal, Albert Lara, Noel Ortiz, Julio A. Martí, Yanciel Ajete y Hassan Pena.
Algunos de ellos estarán en la próxima edición del campeonato, que contará con el concurso de seis novenas: Venados de la Universidad Marista, Bravos de Chicxulub, Senadores de la Morelos, Zorros de Pacabtún, Azulejos de la Dolores Otero y Diablos de la Bojórquez. Los Azulejos son los actuales monarcas.
Un jugador antillano que estuvo bastante cerca de debutar en este certamen semiprofesional, y de convertirse en el primer atleta contratado allí a través de la Federación Cubana de béisbol, fue el lanzador Renner Rivero Estrada.
El matancero estaba en los planes de uno de los clubes para esta temporada, pero el fichaje no se concretó, pues “el equipo tuvo otras necesidades (…) No tiene nada firmado, por lo que cualquier otro club u otra liga interesados en él podrían entrar en negociaciones”, según explicó hace varios días Yosvani Aragón, miembro de la Comisión Nacional, durante el programa televisivo Bola Viva. Esta hubiese sido la primera oportunidad de Rivero en una liga extranjera.
El derecho de 26 años ha intervenido en seis Series Nacionales con los Cocodrilos yumurinos (56, 57, 58, 59, 60 y 61) y su balance de ganados y perdidos es favorable, con 25 y 16; además de dos rescates en 89 juegos (53 en calidad de abridor). De por vida tiene efectividad de 4.66, 183 ponches, 174 boletos, una lechada, le batean .281 y ha permitido 22 jonrones.
Su mejor campaña dentro de la pelota de la Isla fue la de 2020-2021, en la que consiguió en la etapa regular diez éxitos —con cinco fracasos—, promedio de carreras limpias de 3.47 y 51 ponches.
Precisamente en esos dos años disfrutó de sus únicas experiencias en el exterior, cuando en 2020 viajó con el plantel matancero a Nicaragua (tope amistoso contra dos selecciones nacionales de ese país) y en 2021 integró una novena cubana que compitió en la Copa del Caribe en Curazao (derrotó al representativo local gracias a labor de seis entradas, sin anotaciones, tres hits, tres bases por bolas y ocho ponches).
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