Ser considerada Playmate es un título vitalicio. Con este nombre se identificó solo a 777 mujeres en la historia, entre 1953 y 2018, las cuales aparecieron, al menos una vez, en las páginas de Playboy, la conocida revista de entretenimiento para adultos. Una cubana llegó hasta allí en 1998.
María Luisa Gil se convirtió en una de las modelos que ocupó un sitio en el magacín, con todo lo que esto conllevaba. El video-perfil para presentarla como tal, duró alrededor de 15 minutos y mostró los mejores atributos de la joven. Contiene algunos fragmentos de entrevistas, en los cuales se disculpó por su inglés. Dijo que hablaba ese idioma solo un poco. Insistió también “I’m so happy to work with Playboy” y en un perfecto español añadió que siempre había querido ser playmate, “este es mi sueño y está cumplido”.
Durante la presentación dio pistas sobre su historia. Contó que envió sus fotos a la famosa publicación en 1996, cuando llegó a Chicago. En ese entonces tenía 19 años de edad y una semana después recibió una llamada; en ella le dieron cita para una entrevista e inmediatamente la contrataron.
Para junio de 1998 su figura acaparó una parte de la revista. En la web de Playboy podemos ver la descripción que acompañó su imagen. Como ambiciones tenía convertirse en una modelo y actriz de fama mundial. En cuanto a sus atracciones resaltó a los hombres mayores, mientras que eligió como géneros musicales favoritos la salsa y el merengue. Mencionó que su cóctel preferido era la piña colada.
En ese mismo espacio dejó claro que podían conquistarla con “una cena hecha en casa, velas, buen vino y música clásica”. Ella también declaró sentirse sexy cuando usaba faldas cortas, con medias hasta los muslos y botas.
La cubana dijo que nunca pensó llegar a conocer a Hugh Hefner, fundador de la revista para adultos más vendida en Estados Unidos. En cierto momento de esa conversación, de la cual se incluyeron fragmentos en su video de presentación, se le preguntó sobre cuál era mejor entre el amante latino o el americano. Usó la palabra “caliente” para referirse a los latin lovers, aunque especificó que “para hacer el amor, prefiero the cuban men”. Más adelante agregó: “yo nunca he tenido un novio americano, así que no sé”.
Tiempo después se enroló en una relación complicada. En 2001 contrajo matrimonio con Pedro Pajes, quien tenía en ese entonces 45 años y ella solo 23. De este hombre solo sabemos que había reincidido en delitos asociados al tráfico de drogas, a los cuales arrastró a María.
Una nota aparecida en The Miami Herald, en julio del mismo 2001, reseñó que ambos habían sido acusados por tráfico de cocaína. La antillana fue condenada a 21 meses (le pedían inicialmente quince años), mientras el esposo recibió cadena perpetua. Entre las ilegalidades cometidas estuvo una compra de drogas, por valor de 209 mil dólares, a un agente encubierto.
“Mi único delito fue encubrir a mi esposo”, se disculpó la cubana en un juicio en el cual necesitó intérprete, pues todavía no hablaba bien el inglés. Estuvo en riesgo de ser deportada a su país natal.
Aún pueden verse aquellos materiales para adultos protagonizados por María Luisa. Estos aparecen con etiquetas como “latina”, “hispanic” y en algunos hasta erróneamente la consideran “Puerto Rican”. Otros destacan la belleza de su black hair, sus brown eyes y su figura curvy. En páginas de compraventa a nivel internacional aún puede obtenerse la revista original, algunos posters y hasta una colección de videos de ella.
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