Maritza Rosales vivió casi 84 años y los últimos 14 los pasó luchando por su vida. Los restantes, se dedicó a gozarlos a plenitud, con tal devoción a su trabajo que nos dejó importantes personajes como el de Nenita Pubillones, que hoy podemos disfrutar con la retransmisión de la telenovela cubana El año que viene, cada martes, miércoles y jueves, a las 2:00 p.m. por Cubavisión.
Ese rol no solo ha marcado a generaciones de televidentes, también fue definitivo en su carrera. A excepción de su participación en un cortometraje en 1998, dicha telenovela fue lo último que hizo una artista que se desempeñó en todos los medios durante más de 50 años.
Telenovela «El año que viene» regresó, tras 27 años, con sus amores, engaños y enredos
Nació en Cienfuegos bajo el nombre de Silvia Maritza Rosales Pomares, en medio de un ambiente familiar (su abuelo fue director de teatro, su padre, periodista, y su madre, cantante) que ayudó a facilitar su camino hacia el arte.
Tuvo una formación muy completa. Estudió ballet en la escuela de Alicia Alonso, también aprendió declamación. Pese a ello, fue en la Universidad de La Habana, mientras cursaba Ciencias Comerciales, donde ocurrió su debut en el teatro universitario. En el seminario de Arte Dramático se convirtió en alumna destacada. Por su espíritu incansable, estudió arte griego y el teatro de Shakespeare. Muy pronto, el ejercicio teatral trascendió ese ámbito y pasó al profesional.
En el portal de la televisión cubana reseñan algunas de sus obras sobre las tablas, entre ellas, Edipo Rey, Nuestra Natacha, El mercader de Venecia y Electra.
En paralelo, se destacó tras los micrófonos. En 1949, con la radionovela Tú me hiciste perversa tuvo su primer rol protagónico. RHC, Cadena Azul capitalina; Radio Progreso y CMQ Radio también fueron sus casas.
Su primer personaje humorístico lo hizo en el programa radial Tota y Pepe; mientras su primera película llegó con Siete muertes a plazo fijo (1950), junto a grandes actrices como Raquel Revuelta.
De su paso por la TV hay que empezar por mencionar su condición de fundadora, tanto de Unión Radio Televisión (canal 4) como del canal 6 de CMQ TV (de la profunda rivalidad que marcó la evolución de ambos ya te hemos contado por acá).
La rivalidad que convirtió a la televisión cubana en la mejor de América Latina
Fue locutora, conductora de programas de participación, participó en modelaje comercial… frente a cámara no hubo un espacio que se le escapara.
Historia de tres hermanas fue una novela donde interpretó a Reina Milanés, personaje negativo que llegó a ser catalogado como un hito en la época; en Don Juan Tenorio dio vida a Doña Inés y en Un romance cada jueves compartió elenco con el actor mexicano Carlos Navarro.
Luego de 1959, cuando ya era una artista de reconocido prestigio, dirigió Telón 23. Luego, en el año 1961, Maritza hizo lo que hoy conocemos como teatro experimental.
Las décadas del 60 y 70 fueron de mucha efervescencia. En esta etapa se graduó de la Licenciatura en Historia del Arte en la Universidad de La Habana. Durante esos años conoció a Máximo Hernández, su esposo durante 43 años (1970-2013), quien accedió a contar sobre ambos en el espacio Unos minutos en la vida de…
En ese programa, además de las declaraciones de su compañero, citan fragmentos de una entrevista que ofreció Maritza Rosales. En uno de ellos, se refirió a la telenovela El año que viene: “me sentí muy feliz cuando me ofrecieron Nenita Pubillones porque era un reto, hacía seis años que yo no estaba en la pantalla”.
Es que Doña Nenita, viuda de Galarraga, la dueña de la tabaquería, ha representado mucho. En la revista Envivo la caracterizan como una “acaudalada señora, enamorada de un vividor caza fortunas”, pero fue más que eso. En ese personaje se encarnan todas las emociones posibles: en algunos momentos aparece como mujer empoderada, segura de sí; en otros se la ve débil ante el fuego de la pasión, con seriedad y ciertos toques de humor costumbrista.
Su voz inconfundible apareció por última vez en en el corto Lobos sueltos (1998), donde, durante 20 minutos, Rosales y María de los Ángeles Santana interpretaban a “dos damas cubanas que no han perdido su dulzura, a pesar de tener que vivir de los objetos que su vieja mansión les proporciona”, según la sinopsis del audiovisual. Toda esa vida apacible se complicaba cuando aparecía “un marchante español, oportunista y despiadado”.
En lo adelante, su vida se fue apagando. Su esposo confesó cómo fueron esos últimos años. Maritza no tuvo hijos, vivió dedicada a su trabajo. Verse imposibilitada de realizarlo debió ser duro. Múltiples infartos cerebrales le produjeron una parálisis y desde 1999 tuvo dificultades para caminar. Su situación comenzó a empeorar y para 2007 ya tenía demasiada afectada la parte derecha de su cuerpo. Durante 14 años sufrió hasta que murió el 12 de febrero de 2013.
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