Reaparece Esteban Lombillo, fuera de Cuba, vinculado al béisbol

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Esteban Lombillo. Foto tomada de su perfil en Facebook.

Uno de los entrenadores que hace tiempo no vemos en el béisbol nacional lleva el nombre de Esteban Lombillo Peña, quien, a lo largo de nueve campañas (2004-2013), logró recolocar a los Vaqueros de La Habana entre los equipos contendientes e, incluso, los llevó al lugar más alto de la pelota nacional en una ocasión.

En una entrevista concedida a Radio Artemisa este mismo año, contó que la persona que lo inspiró para convertirse en atleta fue Francisco “Chito” Quicutis, quien tenía un taller de bates en Artemisa. Allí iba él a ayudar junto a otros muchachos de la zona y gracias a ese intercambio se fue interesando por el béisbol.

Más adelante, este hombre nacido el 8 de diciembre de 1951, pasó a formar parte de la pirámide deportiva hasta que llegó a la Serie Nacional en 1979 con el equipo Habana que entonces dirigía Orlando Leroux. Vistió el uniforme de esa provincia por dos temporadas, durante las cuales disputó 53 partidos, pegó 27 indiscutibles en 117 turnos oficiales (.231 de average), anotó 19 carreras e impulsó una sola, además de conectar un solitario extrabase (triple).

Al terminar su etapa de atleta activo, se dedicó a estudiar en Pinar del Río y luego en la Universidad de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo. A partir de entonces, se convirtió en entrenador y trabajó fundamentalmente con las nuevas generaciones de atletas.

“Siempre me ha gustado trabajar con las figuras jóvenes porque (…) el hecho de participar en su perfeccionamiento atlético es una responsabilidad muy importante”, declaró.

El campeonato obtenido con los Vaqueros en la Serie XLVIII (2008-2009) fue algo sensacional. En los playoffs de aquella temporada superaron, por ese orden, a los elencos de Isla de la Juventud (4-1), Pinar del Río (4-2) y finalmente a Villa Clara (4-1).

En ese equipo se unió el talento de lanzadores como los desaparecidos Yadier Pedroso y Miguel Alfredo González, además de Jonder Martínez, Miguel Lahera, Yuliesky González y José Ángel García, con el de jugadores de posición fundamentales, de la talla de Danger Guerrero, Roberto Zulueta, Ernesto Molinet, Michel Rodríguez, Michael González, Denis Laza, Orlando Lavandera y Juan Carlos Linares.

También cuenta como un hito de enorme relevancia el subcampeonato de la XLIV Serie (2004-2005), en el cual cedieron en seis partidos ante el enorme empuje de la “aplanadora” de Santiago de Cuba en su versión 2.0.

Fuera de nuestras fronteras, Lombillo dirigió al equipo Cuba en varios eventos, entre los que destacaron la Copa Intercontinental de 2010 y la Copa del Mundo de 2009, en donde llevó a la selección a conquistar el título y la medalla de plata, respectivamente.

En el mismo 2009 también guió el triunfo de los nuestros en la Semana Italiana del Béisbol, torneo amistoso en donde blanquearon 4-0 a Taiwán en el choque por el primer puesto.

Otro momento importante para el palmarés de este consagrado profesor fue el gallardete que logró de forma invicta en el Panamericano Juvenil realizado en Ixtapa, México, en el año 2007. En aquella escuadra estuvo al frente de futuras estrellas como Dayán Viciedo, Freddy Asiel Álvarez y Yasmany Tomás.

Más allá de su brillante trayecto al mando de la nave habanera, también prestó su saber al conjunto de Camagüey en la campaña LIV (2014-2015), aunque ese curso no pudo obrar milagro alguno con los Toros y no lograron avanzar a la segunda fase, pues su marca de 16 triunfos y 29 derrotas les valió solo para ubicarse en el puesto 15, penúltimo de la tabla general.

En 2021 su nombre sonó entre varios aficionados para regresar al banquillo como mentor de los Cazadores de Artemisa (ya había sido manager de ese elenco en las dos primeras campañas que disputaron luego de la nueva división político-administrativa), tras las malas actuaciones de esa escuadra durante el período en que fue dirigida por Manuel Vigoa. Sin embargo, finalmente las autoridades se decidieron por el exreceptor Lázaro Arturo Castro.

Actualmente, Lombillo viaja con asiduidad a Ciudad de México, donde reside su hijo Bladimir, quien ha trabajado como entrenador de béisbol y atletismo.

En el país de los aztecas, el 27 de noviembre pasado, el exitoso manager impartió una clínica de bateo personalizada en Colonia Juárez, en el propio Distrito Federal. Allí, en la sede de B-BAT México, compartió sus conocimientos con quienes asistieron a ese centro, autodenominado como el dueño de las mejores jaulas de bateo en el área metropolitana del DF.

Después de tantos años al frente de diferentes equipos, Lombillo ha confesado que no se considera un gran timonel. “No dirige todo el mundo. Yo llevo una pila de años dirigiendo y todavía no soy un gran manager. Todavía me faltan experiencias y más cosas positivas para serlo”.

Foto tomada de la página en Facebook de B-BAT.

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