El 18 de mayo de este año, apareció una publicación en YouTube en donde Yamichel Zuaznábar, conocido como Yami Manzano, ex director y cantante de la popular agrupación Eminencia Clásica, salió a desmentir a Dianelys Alfonso Cartaya (La Diosa), quien aseguraba que su pareja, el productor Reinier Miguelez (Rey El Mago), había participado en la composición del superéxito Pitchea, con el que el grupo encabezado por Manzano alcanzó la fama hace 15 años.
“Es mentira que Rey el Mago fue el creador del instrumental de Pitchea. Yo soy Yami Manzano, creador de esa canción completa y de Eminencia Clásica (…) Pitchea revolucionó la música urbana en Cuba. Rey no tiene, ni tuvo nada que ver con Eminencia Clásica profesionalmente. Yo lo conozco porque éramos vecinos en Infanta, en donde vivíamos alquilados todos en un solar. Yo creé Pitchea en el 2004, lo saqué en el 2005 y en 2006 fue que se pegó duro. A finales de ese último año fue que conocí a Rey, quien entonces tenía un negocio y no sabía nada de música.
“Yo soy el dueño de Pitchea y de todo lo que tiene que ver con Eminencia Clásica. Cuando salió la canción, todo el mundo quería tener el mismo estilo, poner efectos, hacer coreografías y shows como el nuestro. Cambiamos la música urbana y 15 años después eso sigue marcando. Y está inscrita en la Agencia Cubana de Derecho de Autor Musical y en las mil vírgenes a nombre de Yamichel Zuaznábar Alfonso”, concluyó el músico, quien actualmente vive en Estados Unidos y comentó que administra un negocio para nada vinculado con la música.
Según contó Manzano en una entrevista de 2020, él es huérfano de padre desde los siete años y en 1991 fue enviado por su madre, embarazada entonces por segunda vez, a vivir en casa de su abuela en Matanzas. Allí, la señora logró que el muchacho canalizara su intranquilidad a través de la música.
“Yo estudié desde los 10 años en la Escuela Vocacional de Arte Alfonso Pérez Isaac, de Matanzas, y después me pasé para la de Cienfuegos, Benny Moré, antes de dejar los estudios”, contó Yami.
De vuelta en territorio sureño, Manzano coincidió con sus vecinos, Franky Rey y Bladimir Cabrera durante la Secundaria, y luego se les unió Yoanis “El Oso” Santa Cruz, otro amigo de la zona. “Nos gustaba bailar, sobre todo, break dance, y salíamos a las discotecas a retarnos, todo eso antes de Eminencia. No obstante, el baile fue lo que nos unió a todos nosotros”.
El grupo surgió oficialmente en 2002 con El Oso, Bladi y Yamichel al frente. En ese tiempo, Bladimir, quien entonces se dedicaba exclusivamente al hip-hop, invitó a Manzano a un concierto auspiciado por la Asociación Hermanos Saíz y, como consecuencia, a este se le despertó el ansia de los comienzos.
“Me acuerdo que vi a Orishas en los Lucas y le dije a mi amigo Abdiel, que entonces era mi DJ: ‘vamos a hacer un grupo y vamos a estar en esos premios como invitados; vamos a viajar el mundo entero y tú vas a venir conmigo’”.
Para buscar el nombre de la banda, Yami usó un diccionario. Lo abrió en una página aleatoria y puso su dedo donde mejor le pareció. Cayó en eminente. “Esa palabra me indicó respeto y pensé que me gustaría armar un grupo que fuera respetado y que marcara la diferencia. Luego le agregué el ‘clásica’ porque pensé en hacer una canción que durara para siempre”.
Desde 2002 hasta que salió Pitchea en 2005, estuvieron haciéndolo todo de forma empírica. Tenían un representante que buscaba espacios para que se presentaran. Entonces cobraban 250 pesos cubanos por concierto, pero se dieron cuenta de que, aunque así no ganarían mucho dinero, si lograban estar en lugares donde se reunieran bastantes personas en Cienfuegos y conseguían repartir sus discos, entonces podrían darse a conocer antes de los esperado.
“Un día, Arte Mixto, orquesta tradicional de la provincia, nos invitó a abrirles un concierto que iban a realizar en el Parque Lenin de La Habana. En ese lugar coincidimos con Bilko Cuervo, director de videoclips, quien en ese tiempo le producía a David Blanco. Él vio nuestra presentación y nos ofreció hacernos un video”.
En principio, a Yami no le gustaba Pitchea para llevarlo al audiovisual, sino Vengo Mandá’o, tema que serviría como título a su primer álbum. No obstante, Cuervo les dijo que la primera opción era mejor y les explicó que el material les costaría 4000 CUC, algo que, en lugar de quitarles las ganas, los alentó aún más.
“Yo solo le dije a Bilko: ‘estamos en contacto’. De ahí nos fuimos de regreso a Cienfuegos y empezamos a tocar en todos los sitios que pudiéramos para reunir el dinero”, añadió Manzano.
“Empezamos a analizar el mercado y nos dimos cuenta de que ningún grupo bailaba ni hacía shows. Estudiamos a artistas internacionales como Michael Jackson y Beyoncé y agregamos lo nuestro, con efectos y cosas que nadie más usaba. Una vez que tuvimos el dinero, fuimos a las tiendas de ropa reciclada a comprar blazers y llamamos a Cuervo”, contó Yamichel.
Por ese tiempo se unió Franky, que hasta el momento había sido posiblemente el groupie más fiel de Eminencia. Para impresionar a sus nuevos compañeros en la audición, se buscó el outfit más llamativo que logró encontrar.
“Ese día salí de último. Me aparecí con una boina blanca, una chaqueta de piel de majá engomá’, unos tenis blancos y empecé a meter unas vueltas con el cuerpo. Estaba ahogá’o del calor (risas), pero me dije que tenía que aguantar. Al final, la gente que me llevó a la audición se tuvo que ir y yo me quedé en el grupo (más risas)”.
A pesar del gran éxito que tuvieron, la música urbana no era bien vista por aquella época en los medios tradicionales cubanos. Afortunadamente, la popularidad que vino con Pitchea hizo que Paulo FG los llamara para grabar el tema El punto y después los invitara para las canciones Verano pa’ mi gente y Te boté, colaboración de Paulo con Roldán, de Orishas. Sin embargo, el crédito por aquella colaboración no le fue otorgado a Manzano.
“Paulo fue una escuela y es un súper músico, pero yo creo que podía habernos dado el protagonismo que nos merecíamos… Pienso que poco a poco nos fue apagando. Nos llegaban propuestas para viajar y él me decía que éramos muchos o que, si no iba él, no iríamos nosotros”, confesó Manzano.
“En La Habana hay grandes músicos, gente inteligente, pero realmente nos querían por el gran éxito que tuvimos… Todo depende del tipo de persona: hay quien tiene poder y te ayuda, mientras otros solo te utilizan”, opinó Franky.
Luego también entendieron que la fusión era la vía para colarse en las listas de éxitos y desmarcarse definitivamente del reguetón puro.
“En ese momento, el género estaba fuerte en Cuba, pero siempre hablamos de no encasillarnos y mezclar otros como merengue, salsa, R&B, soul”, expresó Yoanis.
A pesar de haber llegado a la cima y erigirse como uno de los estandartes principales –o al menos mediáticos– de lo urbano en el país, fueron apareciendo y desarrollándose otras figuras y Eminencia Clásica fue perdiendo el impulso, lastrada, entre otras situaciones, por la mala gestión que hicieron de su “marca”.
No obstante, en un casting realizado por empresarios extranjeros, se ganaron un contrato para tocar en Kazajstán. A los seis meses de estar allá, el poco dinero que recibían de sus empleadores y las presiones ejercidas desde los funcionarios de la música en el archipiélago, los hicieron rescindir el vínculo firmado por dos años.
Regresaron en 2010 con el disco Metro 88, un álbum que usó spanglish y en donde se incluyó, entre otros, el tema Te Extraño (My Baby).
Poco a poco fueron armándose su propia “gira” europea. Se comunicaron con algunos amigos extranjeros y les pidieron que mandaran correos a los encargados de su promoción musical en Cuba, haciéndose pasar por empresarios interesados en contratar a Eminencia Clásica. Mientras, Yami y sus compañeros ya tenían ahorrado lo necesario para viajar al otro lado del Atlántico, a donde lograron trasladarse sin tener trabajo seguro, pero con ganas de progresar.
Pasaron por Cerdeña (Italia) y Copenhague (Dinamarca) antes de volver a ser contactados por los kazajos nuevamente. Entonces sí firmaron bajo sus propios términos y dieron un gran tour por esa nación con sus propios temas.
Dos años después, en 2012, sucedió una gran tragedia que, eventualmente, terminó por romper a la banda. Durante un concierto que estaban realizando en Rusia, Bladimir colapsó en medio de la tercera canción y debió ser hospitalizado.
“Nos dijeron que todo estaba bien, que él iba al hospital un momento y que nosotros tratáramos de terminar el concierto”, declaró Franky Rey en un intercambio entre sus colegas y el canal de YouTube Familia Cubana TV. “Ya él venía enfermo, pero nunca lo dijo. Siempre fue fuerte y no demostró ningún problema”.
Cuando los muchachos supieron de la muerte de Bladimir por pancreatitis aguda, lo más difícil fue contárselo a su madre desde lejos. “De todos nosotros era el más noble, el más bueno y el más sincero. Eso fue lo que más nos golpeó”, contó Franky.
“Yo sé que eso me cambió la vida. Después de aquello perdí el deseo de todo. Seguimos trabajando porque teníamos un contrato de dos años y Bladi murió en el primer concierto del ciclo”, relató Manzano.
Todos confiesan que, en sus tiempos de mayor gloria en Cuba, vivieron una cantidad increíble de anécdotas, pues, aunque jamás llegaron a ingresar mucho dinero, sí tenían muchísimos fans e incluso fueron perseguidos de forma enfermiza en ciertas ocasiones.
“Teníamos que irnos escondidos y con capuchas de la Casa de la Música de Galiano, porque las mujeres nos caían atrás”, reveló Franky.
Tras abandonar el país luego de su último contrato, este se quedó en Kazajstán y Yami se fue a vivir a Estados Unidos. Por su parte, El Oso, quien se había unido a ellos tras tener problemas con sus papeles, se instaló en Kirguistán después de la disolución de Eminencia Clásica en 2012.
Hoy los tres mantienen el contacto desde la distancia y coinciden en que, si pudieran pedir un deseo o cambiar algo de sus vidas, darían todo por nunca haber perdido a Bladimir.
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