Existen peloteros que no quieren saber nada de pelota una vez retirados. Es tanta la apatía que ni por televisión. En cambio, existen otros que parece que nacieron en un terreno de béisbol y morirán donde mismo, porque viven y disfrutan este deporte al límite. En el segundo grupo tiene obligada presencia el cubano Yosvani Peraza, quien respira 24×7 la disciplina que lo catapultó a la élite.
Todo un ídolo en su provincia Pinar del Río, el receptor también es muy querido en Italia, especialmente en el municipio de Castenaso, situado en Bolonia. Después de desvincularse de la Serie Nacional cubana, viajó hacia ese país europeo en 2016, año en que debutó como receptor e inicialista de Castenaso Baseball.
Desde ese entonces, se ha mantenido afiliado a la entidad, las cuatro primeras temporadas como jugador. En su estreno en la Serie A1, en 2019, bateó .253, con apenas dos cuadrangulares y siete impulsadas en 22 partidos. No obstante, de 2016 a 2018, en el segundo circuito, rubricó impresionante actuación: average de .432, con 172 indiscutibles, 26 jonrones, 22 dobles y 131 impulsadas.
En 2020 tenía en planes representar a la Fiorentina Baseball en la Serie A2, pero la visa de trabajo con la cual viajó a Italia pertenecía a Castenaso, lo que le imposibilitó militar con otro conjunto. Fue así que terminó incorporándose al cuerpo técnico de su club de siempre en la Serie C.
De cara a la próxima temporada de la pelota italiana, el Castenaso subió de nivel y a partir del 1 de mayo será uno de los 32 elencos involucrados en la Serie B. El pinareño estará en su sexta campaña sucesiva con el plantel y tendrá la responsabilidad de ser el manager, función que desempeñó el pasado año. Cubalite contactó con Peraza y este amablemente aceptó ofrecer declaraciones sobre su inminente oportunidad.
“El año anterior también fui manager, pero al no llegarme el tesserino me anunciaron como entrenador de bateo, de ahí que no aparecía como director. No podía ir a donde los árbitros, pero yo era quien hacía la alineación y llevaba las riendas del equipo, solo que todo desde el dugout. Ya este año soy oficialmente el manager porque me llegó ese documento y la misma experiencia que he ganado como pelotero a lo largo de mi carrera la estoy aplicando como entrenador.
“El béisbol cubano ha contado con varios receptores que luego se han dedicado al arte de dirigir, pienso en los años más recientes como Roger Machado, Ariel Pestano y Eriel Sánchez. Eriel y Roger fueron campeones en diferentes torneos y eso me motiva mucho para hacerlo bien con mi club. Por suerte mis jugadores están muy contentos con mi presencia al frente del plantel y en los entrenamientos y fuera de ellos la química se siente.
“El equipo es prácticamente el mismo de cuando yo jugaba, solo falta el cubano Rolexis Molina, y existe mucha juventud y disposición. Estoy convencido que poco a poco conseguiremos el objetivo, que es clasificar a Serie A. Los tres primeros conjuntos de la Serie B obtienen los boletos”, explicó el ahora estratega de 42 años.
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