Una afección cardíaca lo separó hace 7 años de la Serie Nacional y reapareció esta temporada

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Yusney Saborit.

No hay otra palabra que conmovedora para definir las declaraciones del pelotero Yusney Saborit Ochoa en entrevista concedida hace una semana al canal de YouTube La Comarca de los Toros, y publicada también en la página en Facebook Los Toros de la Llanura, muy activa cuando se trata de informar sobre el conjunto de Camagüey, muchas veces mediante la voz de los protagonistas. Durante más de 15 minutos se puede escuchar al entrevistado hablando con el corazón en la mano acerca de todo lo sufrido para poder, más de un lustro después de su último campeonato, retornar a la Serie Nacional, en su edición 60.

En diciembre de 2013, el agramontino debió abandonar la Serie 53, luego de que un equipo médico le diagnosticara una afección cardíaca congénita. En todos estos años se ha mantenido vinculado a la pelota, entrenando niños y jugando en la Liga Azucarera con excelentes actuaciones, y nunca perdió la esperanza del retorno al principal torneo doméstico, aunque ningún manager lo llamara a filas.

También a menudo practicó fútbol callejero y, como buen guajiro que es, desarrolló labores agrícolas como sembrar caña y arroz y cortó marabú, actividades que demuestran el buen estado de salud del lanzador zurdo. Antes de comenzar la presente temporada, superó una exigente prueba de capacidad física durante más de 20 minutos para comprobar la situación de su corazón, según se explicó en la entrevista.

Siete años después de su último lanzamiento en la pelota cubana, Saborit regresó al plantel camagüeyano, en buena medida, gracias a la confianza del manager Miguel Borroto desde el primer día de conversación entre ambos.

“Un amigo pelotero habló con Borroto, quien le dijo que yo fuera a conversar con él. Escuché a mi corazón y al amor tan grande que siento por el béisbol, y cuando fui, Borroto no me dejó ni hablar. Comprendió mi dolor y mi sentimiento, y me dio el valor que un padre le da a un hijo. Vi en él un gran humano. Había personas que presenciaron ese encuentro, sentí un descenso y me agaché, tuve que llorar porque no podía creer que tan fácil una persona aceptara mi verdad, cuando en siete años otras la evitaron.

“Él me dijo que fuera para mi casa, recogiera las cosas y me incorporara a los entrenamientos. Cuando escuché eso, no sabía si abrazarlo, no supe hacer otra cosa que agacharme y llorar. Una vez más llorar por la pelota no era problema, tenía el deseo de no defraudarlo y de que todo me saliera bien. Quiero demostrar en el terreno con entrega y disciplina el respaldo dado por el profesor Borroto (…) Un cirujano me dijo un día que me moría más fácil en mi casa que estando en el béisbol”, declaró en la entrevista antes mencionada.

El natural de Vertientes está en su sexta temporada, toda vez que las cinco anteriores las cumplió entre la Serie 48 y la 53. De manera global trabajó en 76 partidos (24 en función de abridor) y su balance fue de ocho victorias, 16 derrotas y dos rescates, con efectividad de 6,51, sus contrarios le promediaron .300 y en 196.1 entradas propinó 104 ponches y otorgó 143 boletos.

Participó en 2009 en el torneo de béisbol de los III Juegos de Alba, efectuado en Cuba. Dirigido por Armando Ferrer coincidió, entre otros jugadores, con el pinareño Luis Alberto Valdés, el holguinero Maikel Cáceres, el avileño Yaibel Tamayo, el habanero David Remedios, el tunero Henry Urrutia y el cienfueguero Noervys Entenza. El único agramontino fue él.

Su mejor contienda fue la 53, en la cual, antes de no poder continuar en la Serie Nacional, se anotó dos éxitos y tres derrotas como iniciador, además de promedio de limpias de 3,04.

Su primer triunfo en esa contienda lo consiguió el 3 de diciembre de 2013 ante Villa Clara, con score de 2-1. Avanzó durante siete episodios, con una carrera sucia y tres incogibles, junto a un ponche y una base por bolas.

Mientras que la segunda sonrisa la obtuvo en su último partido al más alto nivel de la pelota cubana. Ocurrió el 9 de diciembre en el estadio matancero Victoria de Girón, con pizarra de 5-0. Saborit trabajó en seis innings y apenas le conectaron tres hits en 19 veces al bate, en tanto concedió tres transferencias.

Mientras permaneció alejado de la Serie Nacional, uno de sus desempeños notables en la Liga Azucarera lo logró en 2017, cuando desde el montículo fue el principal responsable de que el equipo del central Ignacio Agramonte se incluyera en la final.

Al jugador de 35 años que debe ser empleado por Borroto como relevista corto, le deseamos éxito en su retorno y, sobre todo, mucha salud.

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D.L.R.

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