Roberto René Simón Zárraga tiene 24 años, vive en Cuba y es emprendedor. A partir de aquí, nos imaginamos un universo de oportunidades, por la edad, quizás asociadas a la tecnología, las fiestas, los bares… y lo cierto es que el joven, si bien ha incursionado en algunas de estas, ahora está al frente de una marca de vinos.
La siguiente no es la historia de una familia con tradición vitivinícola (dedicada al cultivo de la vid y la producción de vino), ni la de un empresario con formación y experiencia como negociante entre barricas, bodegas, crianza, embotellados y cadenas de distribución.
X es una letra que, por lo general, se utiliza para designar lo desconocido. Este es el nombre que escogió Roberto para, inicialmente, identificar un proyecto de fiestas “Project X”, en alusión al filme de 2012, en cuyo argumento aparecen frases como “festejo sin control”, “fuera de límites”, “éxito”, “cientos de invitados”…
“En ese tiempo –se refiere al año 2019– organizar fiestas estaba muy de moda. A mí se me ocurrió añadir un vino que venía haciendo, como marca distintiva y lo llamé X Wines. Aunque el proyecto no dio frutos, el vino fue un éxito. Lo presenté en otros bares y causó sensación”.
A partir de aquí, centramos nuestra atención en X Wines, una marca que ya está dando de qué hablar en las redes sociales. Digamos que es vino, sin más calificativos, y a continuación expondremos algunas características de una bebida de este tipo, catalogada como artesanal… luego decidan ustedes si la definirían como tal.
La producción del vino, desde su creación, es artesanal en sí, pero la evolución ha llevado a industrializar los procesos de su obtención. No obstante, no son pocos los nostálgicos que se apegan a la elaboración manual. Varios especialistas mencionan determinados factores que permiten catalogarlo como tal:
-Empleo de uvas de variedades autóctonas de la región.
“Los ingredientes principales de X Wines son la uva tempranilllo, específicamente, la ull de llebre, y otras frutas como manzana, piña y melocotón. Esta materia prima la compramos en San Antonio de los Baños, Artemisa, y el proceso de fermentación tiene lugar en la bodega que tenemos en Punta Brava, La Habana”, precisa Roberto. En este punto comienza a hablar en plural, pues el negocio lo lleva junto a su vecino, “aprendiz del director de la Asociación de Vinicultores de Cuba”.
-No utiliza procesos automatizados ni fertilizantes para su producción
“La base de la elaboración del vino, prácticamente, no ha variado desde su descubrimiento hace miles de años. Nosotros nos apegamos a los orígenes. La recolecta se hace a mano, cortando la uva con tijeras especiales, sin desagarrar la planta. Estas frutas se colocan en la prensa (dispositivo con manejo manual), para extraer el zumo -mosto-. Posteriormente, se añade la levadura, para que el azúcar del mosto se convierta en alcohol, lo que sería el proceso de fermentación. Luego se somete a constantes controles y experimentos para mejorar la calidad del vino”, nos describe Roberto, y añade que “hay pasos secretos que tenemos para darle nuestro propio toque. Dependiendo del tipo de vino, el mosto se deja añejar en barriles de roble u otros materiales durante un año o dos”.
-Procesos sostenibles: producción, distribución…
Una logística sostenible está asociada al respeto al medio ambiente, en cuanto a manejos de desperdicios como reciclaje.
“Para el embotellado, reutilizamos botellas «originales», con la debida esterilización, y luego le ponemos nuestra etiqueta”. Estas últimas las diseña él mismo.
En cuanto al transporte, hace pocos días, Roberto compartió con sus seguidores en redes sociales el siguiente texto que dejamos a continuación:
“Hoy tenía un pedido de 3 botellas de vino: 1 en Punta Brava (La Lisa) y otras 2 en Santa Fe (Playa). Como no hay transporte, decidí hacer el viaje un ratico a pie y otro caminando. La distancia entre Marianao y Punta Brava es de 15 kilómetros (…) Emprendí mi caminata y llegué luego de casi dos horas, entregué la botella y pedí una bicicleta a un amigo para poder llegar a Santa Fe. La distancia recorrida sería, en total, de 20 kilómetros”.
Luego de resaltar una acción generosa de un motorista que lo recogió por el camino, tarde en la noche, y lo llevó hasta su casa, agrega que este esfuerzo no fue en vano:
“Lo hice por quedar bien con mis clientes, porque no me gusta quedarme en casa esperando que el dinero me caiga del cielo. Algún día cuando exporte camiones y barcos de vino estaré orgulloso de mi origen, de dónde vengo y del trabajo que pasé para ser alguien en la vida”.
X Wines tiene, en estos momentos, dos líneas: X y Maps.
La primera brinda dos ofertas: un tinto Ull de Llebre (elaborado con uvas de esta variedad, añejadas durante un año y medio; el color de la bebida es rojo rubí y pueden percibirse aromas de bayas, ciruelo, tabaco y vainilla) y un Pinot Grigio (vino blanco añejado durante 1.5 años; su color es dorado y en él se notan aromas de frutas y de roble).
Por otro lado, Maps es una nueva línea de vinos blancos, obtenida mediante el añejamiento de frutas selectas. Existen tres ofertas: Maps Piña, Maps Manzana y Maps Melocotón, todas añejados durante año y medio. Cada una posee ligero color dorado y sabores secos a esas frutas, así como notas de vainilla y especias.
“Les puse así porque, para el diseño de la etiqueta, tomé parte del mapa de una zona de La Habana y lo dividí en tres secciones”, señaló Roberto. Luego nos dio las pistas del reto que ha lanzado X Wines en sus redes sociales.
“Cada etiqueta de la línea Maps es una pieza de un mapa con tesoro oculto. Al unir las tres imágenes, accederás a una ubicación secreta en un lugar de La Habana. El pirata o corsario que lo descubra obtendrá durante seis meses una botella gratis mensual, pero para ello deberá contar con los tres trozos del mapa e ir a la ubicación”. Aún nadie lo ha encontrado, estás a tiempo.
Para participar, debes adquirir cada una de las tres botellas que conforman la línea Maps. Para ello puedes llegar hasta el restaurante Costa 12, ubicado en calle 12 entre 1ra y 3ra, Playa; ordenarlo mediante la app de mensajería Pa mi Casa, o vía Whatsapp a través del número +53 58422291.
Roberto nos comenta que esta idea se le ocurrió en medio de la noche y lo tuvo en vela, trabajando toda la madrugada. “No me digas nada, que me puse a editar hasta las 7:00 am y casi no dormí, metiéndole cabeza a la idea”.
Este emprendedor se define a sí mismo como músico, poeta y loco. “Tengo doce grado, y por mi cuenta he estudiado informática, electrónica… Trabajé en un taller de celulares, pasé cursos de marketing, de cocina y de más cosas. Me aburro y me gusta conocer sobre varios temas”. Otra de sus aficiones es el mundo foodie. “Administro una página llamada @tengo_hambre.cu, donde subo fotos de los restaurantes que visito, y gracias a ella he obtenido reconocimiento y he podido conocer a dueños de negocios que me han abierto sus puertas y me han apoyado poniendo mis vinos en sus locales”, como es el caso de Costa 12.
Roberto no habla con palabras científicas, pero es alguien que conoce cada detalle de su negocio. Como amante de la buena comida y el buen vino, sabe que sus productos deben ser de calidad. En un clima cálido y húmedo, con variaciones en las temperaturas, se ha sumado a los valientes que emprenden la misión de hacer este tipo de bebida en Cuba.
“Como el clima nuestro es bien caluroso, se dificulta un poco el cultivo de la uva, aunque la ull de llebre soporta bastante bien las temperaturas altas, por eso también hacemos licores de otras frutas tropicales…”. Habla con la visión de un experimentado en temas de la vid.
Excelente artículo! 👏👏👏 Me encanta su vino! ❤️😋