Primero: estuvimos el último día de rodaje de la obra Vestuario o Maquillaje (VOM), en la sede de Jazz Vilá Projects, ubicada en El Vedado. A partir de este dato se entenderán muchas cuestiones.
De dónde parte este trabajo
Jazz Vilá Projects (JVP) es un grupo teatral joven que viene cosechando éxitos desde 2014 con representaciones escénicas icónicas como Rascacielos, Eclipse y, recientemente, Farándula, cuyos números de presentaciones, espectadores y recaudaciones demuestran el impacto que generó.
Jazz Vilá, actor, productor, dramaturgo… es su director ejecutivo. “Él como director es muy exigente, sabe lo que quiere y se ha colocado en el gusto del público con un teatro minimalista, pero con énfasis en el mensaje”, dice Sandra, asistente de dirección que lleva alrededor de siete meses en el equipo, y habla con el entusiasmo de un fanático que roza los logros de aquel a quien admira.
“JVP es un sello de calidad”, nos dice Jazz, “eso nos lo hemos ganado por nuestra profesionalidad y por la preferencia del público”.
Algunos medios la catalogan como una compañía pionera en la introducción de mecanismos dentro de las dinámicas del teatro. Entonces aparece VOM, y otra vez rompe los esquemas.
VOM en “modo instagrammer”
Después de las presentaciones de Farándula, a inicios de este 2020, Raisa, jefa de prensa de la compañía, nos comenta que representarían Amor, una obra muy íntima, y luego Abdala, inspirada en el texto martiano. Toda esta planificación se vio interrumpida con el aislamiento social a causa del coronavirus y el consiguiente cierre de teatros. La realidad les hizo repensar sus pasos y se lanzaron a hacer Farándula live para transmitirlo a través de las redes sociales.
“Con este precedente, que tuvo gran aceptación, nos insertamos en las dinámicas de lo multimedia y lo digital. A nivel teatral, es la primera serie de teatro pensada digitalmente en Cuba y se corresponde con todos los parámetros: es corta, grabada a partir de una cámara fija, y con el dinamismo de las redes, para que las personas no se aburran y no consuman tantos datos”.
Para afianzarse en el panorama actual, la serie cuenta con invitados, los cuales “no fueron escogidos tan al azar”. Primero se buscó que no todos fueran actores, que tuvieran diferentes perfiles (músicos, influencers, …) y que fueran activos en sus redes. Se atendió al intercambio con sus seguidores, a las interacciones con sus contenidos, “para que pudieran traer la mayor cantidad y diversidad de público. Algunos fueron convocados directamente, otros llegaron cuando se corrió la voz”.
Rápido esbozo de un concepto en construcción: teatro digital
“La gente dice que yo vivo en el futuro”, sentencia Jazz y lo asocia a su sentido común. “Para que el teatro vuelva a los escenarios, y sobre todo el nuestro, que es tan masivo, faltará un tiempo bastante prudencial”. En ese sentido, trabajó para acercar su obra al público en tiempos de aislamiento. “Las líneas de lo que se denomina teatro digital son, por así decirlo, combinaciones. Todavía no es un género claro, tiene fronteras difusas y se escribe a partir de lo que está sucediendo”. Jazz dice que, a priori, «teatro» y «digital» podrían parecer términos contradictorios, pero no lo son, y la muestra es VOM. “En esto que hemos creado hay elementos del teatro y elementos del audiovisual en las redes sociales. Se está gestando un nuevo género y lo que hay que tener claro es el sentido, que es seguir trabajando para que el público disfrute, para que tenga un proyecto de calidad como hemos venido haciendo con las obras de JVP.
“Lo más difícil ha sido que los actores entiendan lo que estamos haciendo; para ellos ha sido un reto. No es lo mismo el audiovisual que se hace para redes, que el tradicional para televisión y cine, y si a eso se le suman los códigos del teatro… Para nosotros el desafío era aún mayor, pues debían asimilarlo en un tiempo récord”.
¿Cuántas cosas es capaz de hacer Jazz Vilá durante un rodaje?
Ese día hablamos muy poco. Él estaba haciendo muchas cosas a la vez. Nos invitó a la sede para que observáramos el proceso. La entrevista la haríamos luego, vía Whatsapp. No pretendíamos interrumpir, no llevábamos una lista de preguntas. Solo queríamos sentir esa mística que algunos nos habían adelantado.
Jazz estaba ocupado, increíblemente pendiente de cada detalle. “Quiero hacer una cosa aquí, aunque como tú eres el director de fotografía, creo que es complicado que entres por allí para luego hacer un corte acá”, fue de las primeras frases que le oí. Aunque JVP es Jazz, hay todo un equipo detrás.
“Cogemos el plano desde aquí, cortamos y de pronto entra y dice «¡ay, China!» y se asusta”. Jazz repite los diálogos antes que los actores y enfatiza en las reacciones. Luego nos explicó que la obra se acerca más a una farsa que a una comedia y de ahí la sobreactuación de algunos gestos.
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https://www.instagram.com/p/CANrtAJgut9/?igshid=12egs1sd78tyy
Existe un video en el que el propio Jazz cuenta cómo recuperaron el espacio de la sede, cómo lo acondicionaron con sus propias manos. Pienso en eso cuando veo a los actores caminar sin zapatos encima de las tablas, y mientras, Jazz baila para que los artistas lo sigan y la actuación quede natural. Se fija en cada detalle: el pelo de la china está regado y se detiene a arreglarlo, también le estira la ropa.
A la misma vez, está atendiendo a cuestiones técnicas de luces y sostiene una peluca azul en las manos, la peina y de pronto dice: “que alguien salga a buscar un carro amarillo que está llegando y trae a la invitada”. A este nivel de preocupación nos referíamos. Cuando hablamos del proceso creativo, nos dijo: “yo trabajo de una manera acelerada. Marcando un ritmo distinto desde el primer trabajo de mesa”. A algunos actores les cuesta subirse a ese tren.
“Asústate y vírate igual, como lo hiciste antes”, orienta. “Así mismo, esa frase que acabas de decir está buenísima, mejor quédate con esa”, decide. Aunque VOM tuvo un guion, adaptado y readaptado, sobre la marcha sufrió cambios. “La improvisación es el corazón de esta obra: hay elementos del teatro a los que no quiero renunciar, y en una función que se hace al momento, lo que va ocurriendo desde el punto de vista de la improvisación alimenta al actor”. VOM es, pudiera decirse, una obra audiovisual que no pierde el espíritu teatral: «si de momento surge algo a partir de la interacción de los propios actores, dejamos ese espacio para que la improvisación cobre fuerzas”.
Hay, lógicamente, guiños en VOM
VOM es una obra original, se mire por donde se mire, pero está influenciada por grandes series, españolas en su mayoría.
A Jazz le fue difícil desligarse de proyectos a los que estuvo vinculado antes. “Los referentes son varios. En cuanto a estilo y dramaturgia, Dulces de Barrio, la primera serie para Instagram que se hizo en España y en la que trabajé. Tenía este formato en cuanto a nivel espacial, en una sola locación. Utilicé eso como recurso; en aquella todo se desarrollaba en una peluquería y yo decidí emplear un camerino”.
Se acerca a la comedia de situación y qué mejor guía que las afamadas Aquí no hay quien viva y La que se avecina. Aunque se nutre de estas comunidades de vecinos y sus situaciones, VOM también tiene de farsa: “para este grupo de actores todo es onírico, pero al mismo tiempo pasa en su realidad”.
“La versión española de SKAM y Paquitas Salas fueron otras series en las que trabajé. La primera sirvió de inspiración para otros proyectos que escribí y no tiene nada que ver ni en cuanto a la forma estética, la dramaturgia o el estilo. De Paquita, el referente está en el hecho de defender los personajes que, a pesar de la tragedia, siguen conviviendo, siguen tratando de salir adelante. En los trabajadores del teatro Pandora está el espitritu de Paquita, quien, a pesar del tiempo y de estar un poco demodé, continúa luchando e intentando abrirse un hueco en el mercado”.
Detalles que pueden hacer que ya quieras ver VOM
Cada capítulo (serán ocho) dura alrededor de tres minutos y será transmitida en Instagram TV (IGTV). Los invitados que dieron su toque especial a la obra fueron los cantantes Haila María Mompie y Hansel (de la agrupación Ángeles); actrices como Amada Morado, Miriam Learra, Heydy González; influencers como Carnota y Daniela Reyes, el humorista Luis Silva y el estilista Dorian.
Ese último día de rodaje, pudimos conversar con algunos de estos invitados de lujo. Amada Morado, aunque su capítulo ya se había rodado, asistió cada jornada, pues, según la asistente de dirección, “su presencia ya es una clase magistral”. Para la actriz, la obra es un soplo de aire fresco. “En estos momentos de grandes tensiones, necesitamos de mucha energía y espíritu positivo. Todo en VOM es un gran divertimento y una crítica también, pues se dicen cosas que suceden en los teatros de verdad”.
A Luis Silva apenas lo reconocí. Después de un proceso de más de media hora de maquillaje, estaba disfrazado de una mujer china. A punto de rodar, comentó: “cuando me llamaron y me propusieron el personaje, lo acepté sin dudar. Yo cada vez que puedo salirme un poco de Pánfilo, lo disfruto. Llega un momento en que cansa -sonríe-; es el personaje que me ha dado a conocer, pero cuando puedo hacer algo distinto, lo aprovecho”. Brevemente, aludió a la importancia de continuar trabajando “desde la cultura, uno de los sectores más afectados. El cubano lo puede disfrutar y le gasta menos datos. Se puede enganchar y seguir”.
Específicamente ¿de qué trata VOM?
Vestuario o Maquillaje (VOM) es una obra centrada en el teatro Pandora, que se está cayendo, y a pesar de esa situación, su staff quiere seguir montando obras allí. Responde al género de farsa, pero al desarrollarse en un entorno teatral, sus personajes son más alocados, casi caricaturescos. Los protagonistas son Malu Tarrau, quien da vida a Yurima Zanja Dulce, la vestuarista fanática del color rosado, y Roberto Espinosa, en el rol de Lázaro Lorenzo Palomilla, maquillador y peluquero.
Lo que viene a continuación es una acumulación de coincidencias
Roberto Espinosa forma parte de Jazz Vilá Projects desde la última temporada de Farándula. Hizo algunas actuaciones en teatro y luego estuvo en las representaciones live para las redes sociales. Ahora encarna a Lachy, personaje protagónico, y considera a VOM como “una de las tantas locuras mágicas de Jazz donde se emplea el humor, sin tener que recurrir a los recursos de la crítica social muy acostumbrados. Es una verdadera comedia de situación -sitcom-”.
Henry Soto fue invitado por Roberto a pasar por la sede del rodaje, para conocer el lugar y el proyecto. “Al momento, Jazz, con esa energía que lo caracteriza, me envolvió en su mundo”. Se desempeñó como director de fotografía, pero nosotros, que estuvimos allí, lo vimos pendiente de varios detalles más. “La experiencia ha sido increíble en su totalidad, desde el primer «acción» hasta el último «corten». Jazz es una persona que se sabe mover en el set y hace que todos a su alrededor trabajen con una alegría y entrega increíbles. El proceso siempre es dinámico. Terminas forzando los límites y descubriendo otros”. En cuanto a la variedad del elenco, nos dijo: “los actores son o no son, algunos profesionales, otros autodidactas, solo hay que saber guiarlos como genialmente hace Jazz”.
Carnota es influencer, corre máquinas y hace representaciones humorísticas, pero no es actor. Conoció de VOM gracias a las historias que compartía Henry en sus redes sociales. Este último lo invitó a pasarse por el rodaje. Al inicio, su intención era ver y aprender. Dice que Jazz Vilá le dijo una frase que tiene presente: “a la gente humilde hay que darle oportunidad”, y consiguió un papel en VOM. “Me dieron un personaje que originalmente haría El Micha: un aspirante que quiere entrar a hacer teatro. Es como si fuera yo, aunque hubo que cambiar el guion un poco, porque el texto decía cosas para El Micha muy específicas y lo modificaron para mí, con alusiones a bromas telefónicas y videos para YouTube”. Hará guiños a algunas de sus emblemáticas caracterizaciones como Rosy o Nené. “Fue mi primera vez en teatro y las primeras veces nunca se olvidan. Esta frase irá entre comillas”. Carnota dice que se sintió relajado por las buenas vibras que le transmitieron. Trabajó con Ernesto Escalona y Michel Pentón.
Ernesto nos comenta que tuvo su primer acercamiento a VOM como asistente de escenografía, y aportó varias ideas donde puso en práctica sus conocimientos como graduado del Instituto Superior de Diseño Industrial (ISDI). Pudimos verlo como claquetero y script. “Me vinculé a todo el proceso de grabación, luces, cámaras, utilities… Yo ambientaba y traté de que se disfrutara, por mi experiencia en rodajes, para que no fuera muy monótono”. También tuvo un papel, y aunque su personaje solo saldría en un capítulo, estuvo en otros. Encarnó a Chicho, quien lucha por colarse y ganarse un hueco en el teatro Pandora.
Michel Pentón, por su parte, nos contó sobre su rol: “el mudo, utilero del teatro que anda metido en todas partes, arreglando todo”. Comentó, brevemente, antes del inicio de la filmación, sobre el aprovechamiento de la plataforma digital, pues “lo importante es hacer teatro”. También se refirió a los días de rodaje, en los que, como ese último, se grabaron dos episodios por jornada. “Tuvimos una hora de ensayo y una de rodaje; para el otro capítulo se repetía esa misma rutina”.
Agradecimientos antes del final
Sandra, asistente de dirección, además de presentarnos a cada uno de los actores y miembros del staff, también nos mencionó a los patrocinadores: La Catedral, Bajanda, Ciego Montero, Pepe‘s Alba y La Fondant.
A ellos agradece Jazz, y “a todo el equipo, los que estaban frente a la cámara y behind the scenes. Un proyecto así se hace con muchísimas ganas y claridad en cuanto a cuál es el objetivo. Se hace, además, al poder contar con grandes personas y actores dando lo mejor de sí, y con un equipo increíble de profesionales que ponen todo su esfuerzo: asistentes, iluminación, cámaras. También con patrocinadores, pues sin ellos, un proyecto así y en un momento como este, no hubiera podido hacerse”. Tanto el director como otros de los implicados, se tomaron su tiempo para resaltar el trabajo musical, pues la obra tiene un tema original del mismo nombre, compuesto por Efrain Chibás (Pacho) y Marlon Pijuán. Se mencionan también algunos nombres: Alexis Álvarez (director de arte), Adriano López «Comepizza» y Camallerys (operadores de cámaras)…
La parte de este texto a la que quizás quieres llegar desde hace rato
“Esperen VOM a partir de septiembre. Ya estamos trabajando en la segunda temporada, aunque aún no ha salido la primera, pero así se trabaja en JVP: siempre con los pies en el suelo y la cabeza en el cielo para llegar al infinito”, dice Jazz en su penúltimo audio.
En el último se disculpa por hablar tanto y por, quizás, no respetar un orden específico.
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