El 14 de junio de 2019, 16 días antes de cumplir 25 años, Rogelio Armenteros logró el propósito por el que marchó legal de Cuba en 2012: debutar en Grandes Ligas. Actuaciones convincentes en las Menores pesaron para que los Astros de Houston, al fin, le abrieran las puertas de la Gran Carpa, donde en la temporada previa lanzó 18 entradas, con balance de 1-1 y efectividad de 4,00.
El derecho guanabacoense, en los últimos tres años, ha sido uno de los lanzadores más efectivos desde el box en las Menores por los Astros, y en cinco contiendas ha ganado 35 partidos y en 20 ocasiones ha perdido, con promedio de 3,45. Nuestra revista entrevistó al serpentinero capitalino, cuya última aparición profesional ocurrió a finales del pasado año en la Liga Profesional de República Dominicana, con los Gigantes del Cibao, elenco con el que archiva dos campañas: par de victorias y un revés.
Después de cinco temporadas en Ligas Menores, casi todas exitosas, debutaste en 2019 en Grandes Ligas con casi 25 años.
—Ahora mismo te aseguro que es una sensación bien difícil de explicar. Pero te puedo contar una breve anécdota. El día de mi debut, cuando venía corriendo para el box, yo no veía al cátcher, no lo veía. Después que me dieron el primer hit, que me viré a primera base, tampoco veía al inicialista. Los nervios me provocaron eso, pero Dios mediante las cosas me han salido bien.
En 2017 y 2018 tuviste tus dos mejores años en nivel AAA, sin embargo, los Astros de Houston no te subieron hasta junio de 2019 ¿Satisfecho con que el ascenso haya sido en ese entonces y no antes?
—Te digo algo, estoy muy contento de que me hayan subido en ese momento, porque entre todos los años míos en Ligas Menores, 2019 fue el menos bueno, principalmente en el promedio de ganados y perdidos y en la efectividad. Cada oportunidad recibida la veo como una bendición.
Tus primeras presentaciones en las Mayores fueron como relevista, cuando eres un abridor por naturaleza. Coméntame el momento en que concretaste la decisión de A. J. Hinch de iniciar por primera vez a ese nivel.
—Un chance enorme que aproveché muy bien, considero que fue una buena salida. La alegría fue doble porque abrí por primera vez y por primera vez ganaba en la MLB.
Algo paradójico ese día fue que pocas horas después de ganar te mandaron nuevamente a AAA.
— ¿Qué te puedo decir? Las Grandes Ligas son un negocio y existen decisiones que el pelotero no puede manejar.
Astros de Houston es una organización que confía en el talento cubano y hoy es una de las que más agrupa.
—Le han dado oportunidades a varios jugadores de la Isla últimamente y muchos de nosotros hemos progresado rápido. La gran mayoría estamos entre AA y Grandes Ligas.
Fuiste compañero del tunero Yordan Álvarez buen tiempo en Ligas Menores ¿Esperabas que tuviera esa súper temporada al máximo nivel?
—Yordan es un fenómeno, pero fíjate lo curioso que es el béisbol, que él, en el spring training de 2019, no conectó ni un jonrón y apenas comenzó en las Menores superó los diez cuadrangulares y cuando lo ascendieron a MLB, le cogió el gusto.
Hace poco escuché unas declaraciones tuyas apoyando al equipo español de béisbol en su camino hacia una clasificación olímpica que al final no consiguieron. Tú tienes tu pedacito de historia en la pelota de ese país.
—Si tengo la oportunidad de representar a España de nuevo, lo haría. Siempre he estado en contacto con el presidente de la Federación Española y respecto al Torneo Preolímpico pasado, creo que la MLB no autorizó a ningún atleta que estuviera en rosters de Grandes Ligas y por ese motivo no participé. Estoy dispuesto a participar por España siempre que los Astros me lo permitan.
Aprovechaste tu última estancia en Cuba, en septiembre de 2019, para visitar el estadio Latinoamericano y saludar a varios de los que fueron compañeros tuyos en Industriales.
—Muchísimos buenos recuerdos saqué de esa visita, porque a pesar de estar una sola temporada con los Azules, la aproveché al máximo, lanzando en los play off cuando todavía era juvenil. Hice buenos amigos, entre ellos Rivalta, Urgellés, Correa y otros muchachos que estudiaron en la EIDE conmigo.
Después de esa única Serie Nacional, ¿qué ocurrió contigo?
—Lancé tres o cuatro juegos por Guanabacoa en la Serie Provincial, pero presenté problemas en los riñones, por lo que paré de jugar. Después de recuperarme decidí irme, aunque mi mamá no estaba de acuerdo, ella quería que me quedara en Cuba e integrara la selección nacional de mayores. Salí rumbo a España y allí estuve cerca de 18 días hasta que volé hacia Miami, porque tenía nacionalidad española.
En Miami estuve entrenando los primeros meses y bajando un poco de peso. En noviembre de 2012 estuve dos semanas en República Dominicana, donde me integré a la Academia de los Mets y allí tiré casi 15 entradas y me conectaron un solo hit con 18 años. Después pasé a la Academia de los Yankees y no me dejaron entrar porque no tenía agencia libre ni desbloqueo, por lo que regresé a Estados Unidos.
Posteriormente debí retornar a España para resolver unos papeles necesarios para la agencia libre. Luego di muchas vueltas, estuve en México y Tampa, todo el tiempo entrenando, hasta que firmé con los Astros de Houston. Sin mentirte, estaba desmotivado en los primeros días que firmé hasta que fui conociendo a algunos miembros de la organización, dominicanos sobre todo, porque cubanos no había en aquel entonces.
¿Consideras que 2020 pueda ser un año de mayores oportunidades para ti con Houston?
—Claro que sí, me he preparado bastante para que las cosas me salgan mejor que en 2019, aunque me fue mejor en Grandes Ligas que en las Menores. Uno lo que no puede es cansarse de luchar.
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