La última década del siglo pasado fue, para la generación que creció entonces, una época de muchas carencias. Faltó el fluido eléctrico, el agua, la comida, la ropa, y hasta empezaron a faltarles las libras a nuestros padres, que intentaban a toda costa garantizar la supervivencia de sus descendientes.
Sin embargo, y a pesar de todo lo que no teníamos quienes nacimos a partir de 1990, la mayoría fuimos muy felices correteando por las calles del barrio, entretenidos con el policía y el ladrón, los escondidos, el kikiri-lata, el taco, el fútbol con chancletas en la portería, y otros tantos entretenimientos que nos inventábamos para pasar las horas después de la escuela junto a esa inolvidable tropa de chamacos a los que estábamos unidos por la ley de la vecindad.
Así vivíamos todos, hasta que un buen día a alguien le llegó del “más allá” uno de esos aparaticos sofisticados e hipnóticos que, conectados al único televisor de la casa, nos permitían interactuar con un mundo totalmente nuevo, lleno de aventuras y retos. Mirando hacia atrás, es lógico pensar que todo eso le dio un giro diferente a la niñez de muchos.
Por eso, y porque la nostalgia gamer nos hace volver una y otra vez a aquella época de soplar “cartuchos” de 1000 juegos repetidos, los mandos duros, discos rayados y tarjetas de memoria insuficientes, Cuba Lite te trae una lista mínima de algunos videojuegos que dejaron una huella en los hijos del Período Especial.
Super Mario Bros. (NES/Family)
Un par de valientes plomeros italianos -Mario y Luigi- consumieron horas y horas de nuestro tiempo, mientras intentábamos superar un montón de niveles llenos de cañerías y criaturas dispuestas a robarnos las escasas vidas, en un intento por rescatar a la pobre Peach, princesa del Reino Champiñón (Mushroom Kingdom), de las garras del malvado Bowser, rey de los koopas.
¿Cómo olvidar a esos hongos con cara de malos, las tortugas voladoras y los molestos seres con espejuelos que nos lanzaban cosas desde una nube? Todo ello por no mencionar aquellos instantes de gloria frustrada, cuando tras superar al gigantesco jefe “quelonio”, aparecía el pobre de Toad diciéndonos que la damisela en peligro no estaba por todo aquello.
Duck Hunt (NES/Family)
¿Qué pasa si juntas a unos patos muy elusivos, un perro demasiado burlón y una pistola de mentira? Pues te sale el juego más loco de la época, en donde la temporada de caza empezaba dentro de tu televisor, al cual disparabas como un maniático con tal de que el sabueso no se muriera de la risa contigo cuando las aves se escapaban de tus perdigones virtuales. La familia entera se disputaba los turnos, y resultaba muy gracioso ver cómo los mayores dejaban a los muchachos en espera mientras se empecinaban en superar el reto.
Contra (NES/Family)
Dos marines “to durakos”, conocidos por los nada americanos nombres de Bill Rizer (¿arroz?) y Lance Bean (¿frijoles?), viajaban metralleta en mano a través de diferentes escenarios, con el objetivo de eliminar a los alienígenas que amenazaban al planeta. Del lado de acá de la pantalla, estaban los listos, o sea, los que se aprendían rápido la rutina de los rivales y pasaban los mundos como si fueran caminando por el Paseo del Prado. Y luego estaban otros no tan buenos, quienes debíamos perder más vidas y “continues” que un gato, para vencer al menos uno de los susodichos episodios. Acción en estado puro e, incluso, más diversión garantizaba aquel shooter primitivo.
Teenage Mutant Ninja Turtles (Las Tortugas Ninja) (NES/Family)
Uno de los títulos de peleas que más recordamos de ese tiempo, antes de que apareciera la nueva generación de consolas de Nintendo o Sony. Es ese al que todos llamábamos “las tórtules”. Siete personajes, que incluían a los protagonistas: Rafael, Donatello, Miguel Ángel y Leonardo, junto a Casey, el terrible Shredder y un dragón bastante poco conocido, crearon más de una “trifulca” en los joysticks. Los retos por ver quién dominaba mejor a los personajes duraban horas que luego se extendían a “tiempo extra” cuando alguien quería perfeccionar alguna técnica.
Mortal Kombat III (SNES)
Si seguimos con la temática de las luchas mano a mano, no podemos dejar de mencionar un clásico del genéro que ha llegado a nuestros días ya convertido en una las franquicias más exitosas de la historia. El torneo que enfrentaba a luchadores de la tierra con los invasores del Outworld dejó palabras grabadas en nuestra mente, y de ahí surgió una frase tan socorrida en esos años como “eso está Mortal”.
Memorables sobre todo eran aquellos instantes finales del combate, en donde tratábamos de adivinar la combinación de botones que nos permitiera avergonzar a nuestro oponente con un demoledor y sangriento Fatality, Brutality o Animality, sin dejar de contar los Babality y Friendship, porque si algo no le faltó nunca a sus creadores, Ed Boon y John Tobias, era el sentido del humor.
Donkey Kong (SNES)
Con gráficos muy atractivos para la época, este juego nos hizo viajar junto a Donkey y su fiel amigo Diddy, dos primates aventureros embarcados en la difícil misión de recuperar su preciosa reserva de plátanos de las manos del ladrón Rey K. Rool. Además de los tradicionales saltos y volteretas, podíamos jugar a dúo con nuestros amigos, y en algunas secciones del juego estaba también la opción de usar la ayuda de varios “colegas” de la selva, como Rambi (rinoceronte), Enguarde (pez espada), Expresso (avestruz), Winky (rana) y Squawks (loro).
Killer Instinct (SNES)
Volvemos al apartado de las peleas. Sería un crimen dejar de lado al título que tal vez se encuentra entre los más recordados hasta la fecha. Ofrecía una imagen espectacular y, junto a los particulares movimientos diseñados para cada personaje, “el Killer” generaba una atmósfera absorbente y llena de sabor. Las variedades de “combos”, que iban desde el “inocente” triple, pasando por el brutal killer (12 golpes) y llegando hasta los Ultra-Ultimate, más la opción de romperlos (acompañada de aquel inolvidable “co-co-co-co-combo breaker”), fueron tendencia durante largo tiempo entre la juventud “turbeadora”.
Mario Kart 64 (N64)
Si se quiere hablar de competencia dura y divertida, las carreras de autos son una de las opciones que más atraen. Gracias a la magia de la consola de 64 bits creada por Nintendo, recorríamos un total de 16 pistas basadas en el Marioverso mientras luchábamos por superar la meta antes que nuestros compañeros, que podían ser hasta tres más simultáneamente.
Además del dúo de fontaneros, podíamos escoger a Peach, Toad, Bowser, Yoshi, Wario y el polizón de Donkey Kong, cada uno de ellos con diferentes habilidades de velocidad, aceleración o manejo que nos permitían aspirar al podio en cualquiera de las cuatro Copas (Champiñón, Flor, Estrella y Especial) disponibles dentro del modo Mario Grand Prix. Por si no fuera suficiente, teníamos los ítems que recogíamos a lo largo del circuito y nos ayudaban a molestar a la competencia con bombas, plátanos resbalosos o caparazones-misil.
GoldenEye 007 (Nintendo 64)
El videojuego de disparos en primera persona que cambió los estándares de esta modalidad a nivel mundial también contó con gran aceptación en Cuba. Además de las misiones que debíamos pasar como el agente James Bond, la opción preferida por la mayoría era el modo multijugador, en donde la pantalla podía quedar dividida hasta en cuatro partes. Las tandas de “busca-encuentra-dispara” fueron larguísimas, al punto de mantener algunos hogares en vela durante madrugadas enteras. Si lograbas encontrar la Golden Gun, eras el amo del calabozo.
Crash Bandicoot (Playstation)
Esta “alocada” criatura australiana, con forma de marsupial mutante vestido con pantalones y botas, causó sensación entre los amantes de las plataformas, por su amplia jugabilidad y variedad de niveles (que eran un total de 86 en la trilogía). La versión que incluía las tres primeras partes de la saga (Crash Bandicoot, Cortex Strikes Back y Warped) fue uno de los discos más “quemados” de la época.
Entretenimiento aparte, viajar a través de la Muralla China a lomos de un tigre, por un Mar Caribe infestado de piratas o por los tormentosos cielos de la Primera Guerra Mundial, nos ayudó también a coger algunos tips de geografía e historia, factor que muchas veces no se tiene en cuenta cuando se piensa en esta industria.
Por si fuera poco, más adelante salió una versión de carreras que incluía a los personajes de esta saga. Aunque con una mecánica muy similar a su “padrino” Mario Kart, el Crash Team Racing era igual o más deliciosa de jugar.
The Legend of Zelda: Ocarina of Time (N64)
Los amigos japoneses siempre supieron cómo mantenernos pegados al mando. En esta ocasión se trataba del debut de Link en 3D, y vaya si les salió bien. “Vestidos” como el muchacho hyliano del traje verde (que ahora podía ser también rojo o azul), y con la ayuda de la princesa Zelda, viajamos por el reino de Hyrule para impedir al oscuro Ganondorf apoderarse de la Trifuerza, reliquia ancestral que permite a su portador cumplir el deseo que quiera.
Volcanes, templos submarinos, desiertos, praderas, bosques y castillos fueron parte del universo que Shigeru Miyamoto diseñó en el lejano 1998 y que todavía sigue maravillando a todo el que descubre este título, incluido sin dudas entre los mejores de la historia.
Pokémon (Game Boy)
Lo que muchos descubrieron a través de una serie de televisión y varias películas animadas, tenía su origen en las consolas portátiles de la “Gran N”. Caminatas, entrenadores, gimnasios, medallas, capturas, peleas, rocambolescas conspiraciones y charlas, muchas charlas, robaron horas y horas de aquellos que disponían de las baterías y los cartuchos necesarios para sumergirse en este mundo fabuloso, que hasta la actualidad continúa atrayendo a grandes y chicos. A pesar de que era bien difícil “hacerse con todos”, los más comprometidos con la causa perdieron la cordura intentándolo, ayudados a la vez por la taladrante música que se les quedaba pegada hasta la hora de dormir.
Triple Play y FIFA (multiplataforma)
Deportistas por naturaleza, los cubanos se volvieron locos cuando vieron por primera vez a peloteros y futbolistas en terrenos que por aquel entonces resultaban extremadamente realistas. Sacarla del parque con el bate de Sammy Sosa o Mark McGwire, ponchar con la curva de Pedro Martínez o anotar un tiro libre con la maestría de Rivaldo o Zinedine Zidane, fueron experiencias que despertaron aún más la semilla en los apasionados por todo lo referente al panorama atlético dentro de la Isla.
Resident Evil II (Playstation)
Si eras un tipo duro, tenías que jugar un juego de zombies. Claro, que caminar por las calles de Racoon City sin nada más que un cuchillo y algunas balas, mientras te perseguían hordas de no-muertos, no era algo sencillo. Lo peor era que muchas veces los jugadores no perdían solo a causa de la dificultad, sino por los nervios que les daba aventurarse en una casa oscura, por cuyas ventanas podían entrar “hambrientos” vecinos, desesperados por darle una probadita a nuestra suculenta materia gris. En última instancia, el peor enemigo de todos era la tarjeta de memoria, cuya falta obligaba a los más osados a intentar completar el juego de una sentada, hazaña que rápidamente muchos dieron por imposible.
Bonus track: Tetris (multiplataforma)
Este videojuego, creado en 1984 por Alexei Pázhitnov, significa nada menos que el más grande aporte realizado a esta industria por la desaparecida URSS. Lanzado hace 35 años durante el auge de la Guerra Fría, Tetris ha sobrevivido a todos los sucesos de las últimas décadas y su mezcla poco ortodoxa de tetrominós y tenis (pasatiempos favoritos de su creador) también rompió joysticks y causó dolores crónicos en las manos de los cubanos, que jugaban para demostrar su supremacía eliminando bloques y líneas mientras estos empezaban a bajar a velocidades cada vez más cercanas al Mach 3.
Este artículo me recuerda a mi mamá. Me recuerda que a los 4 años tuve mi primera laptop con MS-DOS y tenía Súper Mario, ya a esa edad navegaba por comandos en la consola. Luego a los 5 tuve mi primer Family Game, aún conservo la foto que me hizo mamá cuando estaba haciendo el unboxing. Después de eso llegó un Nintendo, un Súper, un Ultra, un Game Cube, un Play Station 1, un DS, un Play Station 2 y un Play Station 3. Todos llegaron por llantenes a los cuales mamá no se podía resistir y reunía para comprarme la nueva consola.
Gracias al equipo de cubalite por escribir cosas como esta.