El Festival de Cine de Miami fue testigo el pasado 5 de abril del estreno mundial de Adiós Cuba, la nueva película del experimentado director Rolando Díaz, que aborda, desde una perspectiva íntima y conmovedora, uno de los temas más sensibles de la realidad cubana: el éxodo masivo de los últimos años.
La cinta, que llegará a las salas comerciales de Miami con una proyección especial el 18 de abril en el Dolphin Mall, narra la historia de Caridad, una directora de teatro que emigró hacia Valencia, España, interpretada por Yuliet Cruz. El personaje, que funciona como alter ego del propio Díaz, lucha por montar una obra basada en testimonios reales sobre la diáspora cubana, convirtiendo el proceso en una metáfora sobre la Cuba que muchos llevan en la memoria, refieren varios sitios especializados.
Rodada entre España, Estados Unidos y Cuba, el largometraje cuenta con un elenco que conoce de primera mano la experiencia del desarraigo: junto a Cruz, actúan Frank Moreno, Betiza Bismark y Grisell Monzón, todos residentes fuera de su terruño natal. Esta autenticidad vivencial aporta un punto adicional de veracidad a lo narrado.
Para Díaz, quien vive en Valencia desde 1991, la urgencia de contar esta historia surgió al contemplar la magnitud del éxodo cubano reciente. «Se han ido más de un millón de cubanos en este tiempo, y todavía sigue. Es un éxodo brutal, de un impacto tremendo», confesó el director a la agencia EFE en vísperas del estreno.
La obra, que se aleja del humor característico de piezas anteriores del director como Los pájaros tirándole a la escopeta (1984), encuentra en la música del recientemente fallecido Edesio Alejandro un elemento que potencia su carga emotiva. El filme no pretende ser un manifiesto político, sino un retrato humano de la emigración y la búsqueda de nuevos horizontes.
A sus 77 años, Díaz sugiere que Adiós Cuba podría ser su despedida cinematográfica. «Hacer esto fue un gran esfuerzo y ya a esta edad no sé si quiero hacerlo de nuevo. Además, hasta el título cae perfecto: ‘Adiós Cuba’ y adiós Rolando», reflexiona el cineasta en la citada conversación con el medio de prensa español, y destaca el valor emocional de haber trabajado con un equipo mayoritariamente cubano en Valencia, Miami y La Habana.
La película, que formó parte de la selección de la 42ª edición del Festival de Cine de Miami, busca trascender la simple denuncia o la nostalgia para convertirse en un espejo donde muchos puedan verse reflejados y, quizás, encontrar alguna forma de reconciliación con su pasado y su presente.
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