«Terminator Zero», el título que da nueva vida a una franquicia legendaria

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El próximo 26 de octubre, los fans de la ciencia ciencia ficción celebrarán el aniversario 40 del estreno de The Terminator, filme de James Cameron que, a pesar de su éxito moderado en taquilla, abriría la puerta para toda una saga marcada por la presencia de Arnold Schwarzenegger en el rol del amenazante androide asesino que viene del futuro.

Luego de aquel gran comienzo, la historia continuó en la —claramente superior—Terminator 2: Judgement Day (1991), y seguiría con Terminator 3: Judgement Day (T3; 2003), además de Salvation (2009), Genisys (2015) y Dark Fate (2019). Igualmente, el universo fue enriquecido por la serie The Sarah Connor Chronicles (2008 y 2009), protagonizada por Lena Headey, la misma actriz que años más tarde se convertiría en la Cersei Lannister de Game of Thrones (2011-2019).

A estas conocidas producciones se sumó el pasado 29 de agosto un nuevo título, esta vez en formato de serie animada, que llegó para enriquecer el universo creado, junto al bueno de Cameron, por Gale Anne Hurd.

Terminator Zero fue desarrollada para Netflix por Mattson Tomlin (Project Power) y dirigida por Masashi Kudō (Bleach). La animación corrió a cargo de Production I.G., estudio japonés que ha creado productos tan conocidos en ese ámbito como Psycho Pass, Haikyū!!, Kuroko no Basket, Ghost in the Shell: Arise – Alternative Architecture y Kaiju No. 8.

El reparto en inglés de este show, compuesto (hasta ahora) por ocho episodios, incluye las voces de Sonoya Mizuno (Eiko), Timothy Olyphant (Terminator), André Holland (Malcolm Lee), Rosario Dawson (Kokoro), Ann Dowd (Profeta), Armani Jackson (Kenta), Sumalee Montano (Misaki), Gideon Adlon (Reika) y Carter Rockwood (Hiro).

Igual que T3, la historia sucede principalmente en 1997, esta vez 24 horas antes de que SkyNet desate el apocalipsis nuclear. Igualmente, parte de la trama está contada en el futuro, en una versión del 2022 en donde los humanos a duras penas logran resistir contra el poderío de la terrible inteligencia artificial (IA).

Los protagonistas son el científico Lee, quien ha creado una IA llamada Kokoro, con la cual Japón planea hacerle la competencia a los estadounidenses de Cyberdyne Systems, programadores y dueños de SkyNet.

Ante la amenaza que representa Kokoro para el férreo dominio que ejerce sobre los humanos del futuro, SkyNet envía un robot exterminador al pasado para que elimine a Malcolm y a sus tres hijos. Como respuesta, la resistencia envía a Eiko, una guerrera curtida que deberá salvar a los Lee y así evitar el evento conocido como el Día del Juicio Final.

Narrativamente, los primeros episodios se perciben como lentos y pueden llegar a ser incluso aburridos en ciertos segmentos. Durante esta etapa, las persecuciones y enfrentamientos de los protagonistas con el androide asesino levantan el ritmo del material, con secuencias trepidantes que generan una sensación de vértigo muy similar a aquella que sentimos cuando el implacable T-800 —modelo 101— perseguía a Linda Hamilton y Michael Biehn en el filme original.

Luego de pasar el ecuador de la temporada, los restantes capítulos meten par de marchas más y no solo continúan ofreciendo escenas de acción muy bien animadas, sino que también ofrecen varios giros de guion que sorprenderán a más de uno y vienen a redondear una propuesta bastante coherente y entretenida en sentido general.

Al ubicarse en Japón, posiblemente la antítesis estadounidense en lo que respecta al asunto armamentístico, resulta interesante cómo se soluciona esto, al proveer al exterminador sintético de una inteligencia capaz de permitirle instalarse en un antebrazo una ballesta creada por él mismo, la cual usa clavos como munición. Esto, además de ser una muestra de los recursos del escritor, también convierte al villano en una amenaza aún más impactante.

La serie vuelve a traer al centro del análisis la relación entre los humanos y las IA, asunto que actualmente vive su momento más álgido y ha generado enormes debates en torno a su veloz desarrollo en años recientes y también sobre los matices éticos que rodean a este campo de investigación.

Resultan particularmente llamativas las ideas que se plantean acerca de la autopercepción de las máquinas y de su “opinión” con respecto a los humanos. Este, un tema recurrente en varias historias, nos ofrece una forma para analizar el uso y abuso del poder sobre el planeta por parte de nuestra especie, así como las consecuencias del llamado “complejo de Dios”, un fenómeno que suele ser percibido por la IA de turno —no sin razón— como un problema que debe ser erradicado totalmente.

Como es lógico, por contraposición, la propuesta también nos ofrece la mirada humanista, esa que reconoce los errores cometidos durante siglos, pero que a la vez no deja de creer e intentar poner en valor el potencial del homo sapiens para agarrarse de sus virtudes en función de generar un cambio positivo en la Tierra.

La búsqueda de un terreno común entre máquinas y humanos enriquece esta nueva incorporación a una saga en donde, hasta la fecha, ambos bandos habían sido enemigos irreconciliables, forzados a combatir hasta destruirse, o destruirlo todo a su paso durante el proceso.

Aún sin la presencia de Schwarzenegger ni de los Connor, esta serie aporta una mirada fresca al universo Terminator, pese a su historia simple y a los fondos tan genéricos que usa Production I.G. para las escenografías.

Terminator Zero puede no ser la mejor pieza de esta aclamada franquicia, pero también es innegable que representa un acierto notable que viene a revitalizar una marca lastrada por los estrepitosos fracasos que fueron Genisys y Dark Fate (cada uno por razones diferentes).

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