
Hay personas que parecen destinadas a dejar su impronta en múltiples caminos. Rosalía Arnáez es una de ellas. Su trayectoria, que comenzó en las aulas del conservatorio Amadeo Roldán y pasó por el conjunto artístico de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, encontró un giro inesperado gracias a Roberto Chile, quien en 1978 la invitó a poner voz a un material para el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. «Tú eres locutora», le dijo entonces, marcando sin saberlo el rumbo de una carrera extraordinaria.
Desde aquella primera experiencia hasta hoy, Arnáez ha construido una vida profesional bastante diversa. Si bien el público la recuerda principalmente por su presencia en el Noticiero Nacional de Televisión, donde su rostro refrescante y su dicción impecable la convirtieron en una figura familiar para millones de cubanos, su verdadera esencia trasciende la pantalla.
La locución, que llegó a su vida «de manera fortuita» según confesó en el programa Miradas habaneras, se convirtió en su vocación definitiva a partir de 1980, cuando comenzó su formación profesional. Hoy, además de ejercerla, la enseña. Su labor pedagógica la ha llevado incluso a recibir el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Iberoamericana en México, como reconocimiento a sus aportes en este campo.
Pero Rosalía es de esas personas que, como ella misma ha dicho, «siempre busca un porqué a la vida». Quizás por eso no se ha conformado con ser solo una voz reconocible. En la radio, ha hecho suya la emisora capitalina COCO, donde ha conducido Hogar del tango y Antena musical, espacios que le han permitido compartir su pasión por la música. Sus peñas en la Casa del Alba y el Museo de Artes Decorativas han llegado a crear comunidades fieles, especialmente entre el público de la tercera edad.
Su más reciente reinvención la encuentra detrás de las cámaras. De acuerdo con el Portal de la TV Cubana, como realizadora audiovisual está inmersa en la producción de Voces del feeling, un documental que explora la primera etapa de este movimiento musical a través de las figuras de Ela Calvo y Ángel Díaz, y que actualmente se halla en etapa de rodaje.
El proyecto, que cuenta con la codirección de Marilú Macías y la colaboración del actor Luis Alberto Ramírez, persigue preservar la memoria musical cubana mientras sensibiliza a las autoridades sobre la necesidad de recuperar espacios emblemáticos como el Pico Blanco, el Cherezada y La Red, declaró Arnáez al mencionado sitio.
«Mi única experiencia en el ámbito audiovisual provenía del aprendizaje adquirido en el informativo de la televisión», confiesa con humildad, aunque su trayectoria incluye participación en programas como Iguales y diferentes, Como cada domingo y Con luz propia, espacio este último donde, además de conducir, también participó en investigaciones y guiones.
Su compromiso con la cultura cubana va más allá de los medios. Coautora del libro ¡Al aula didáctica de la locución! Guía para la comunicación oral, Rosalía continúa formando nuevas generaciones desde el Centro de Capacitación del Instituto de Información y Comunicación Social. Su voz ha sido parte de momentos históricos, como aquellas concentraciones en la Plaza de la Revolución, en las que compartió con sus colegas Teresita Segarra y Rafael Serrano.
Esta nueva faceta como realizadora promete ser solo el comienzo, pues reveló a la citada fuente que ya planea un nuevo material sobre los cultores de la segunda etapa del feeling, incluyendo figuras como Ela O’Farrill, Marta Valdés y Tania Castellanos. Es el siguiente capítulo en la vida de una mujer que, más de cuatro décadas después de sus inicios, sigue reinventándose sin perder su esencia de comunicadora apasionada y maestra incansable.
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