Hay series muy fáciles de etiquetar y otras que no los son tanto. Si por un lado existen las clásicas, o sea, las de policías, las de médicos y las de adolescentes (interpretados por actores de más de 30 años), también hay otras propuestas que se atreven a mezclar ingredientes y crean un combo que escapa de toda clasificación.
Algo así pasa con Galavant, una serie de ABC que no se parece a ninguna otra que hayamos visto antes. Para resumir: digamos que si los Monty Python, La princesa prometida y Broadway hicieran un trío (más bien una orgía) y engendraran algo más o menos parecido a un hijo, seguramente el resultado sería una criatura como esta.
A primera vista, la creación de Dan Fogelman luce como un cuento medieval básico: princesas despampanantes, héroes irracionalmente valientes, reyes malísimos, bufones y otros personajes de relleno. Si a eso le agregamos unos toques de fantasía, pues mejor. Al fin y al cabo, es normal ver cómo se juntan los elementos “caballerescos” con historias de dragones, duendes, magia y todo lo demás que usted pueda imaginarse.
La cuestión se empieza a poner realmente interesante cuando metemos a Alan Menken dentro de la “pócima”. Sí, el mismo que compuso la música de clásicos de Disney como La sirenita, La bella y la bestia, Aladino o El jorobado de Notre Dame, trabajó para convertir un producto simplón y genérico en un espectáculo de aventuras con mucho ritmo, literalmente.
Para darle el toque distintivo a esta receta, a los guionistas les dio por ponerse graciosos, y llenaron los libretos con varios petabytes de chistes. Así, el sarcasmo y el doble sentido son tan protagonistas de la trama como los propios personajes, lo cual convierte al show en un divertimento más variado que una mesa bufé.
Hechas las presentaciones, pues toca hablar de la trama, que va más o menos así: un noble e ingenuo caballero-sin-brillante-armadura (Joshua Sasse) se lanza en una búsqueda para recuperar las riendas de su sosa vida, arruinada desde que el pérfido rey Richard (Timothy Omundson) secuestró a su amada, la bella Madalena (Mallory Jansen). Por el camino, al intrépido espadachín se le unirán la misteriosa princesa Isabella (Karen David) y Sid (Luke Youngblood), un torpe escudero, compañeros suyos para los enredos y (cómo no) también para las canciones.
Aunque los roles principales están interpretados de forma fantástica (nunca mejor dicho) por los actores que ya mencionamos, hay que decir que el resto del elenco es incluso más increíble.
Entre ellos destaca nada menos que Vinnie Jones, quien luego de su etapa como futbolista-carnicero en la Premier League, ha venido a encontrar su verdadero lugar en el mundo como un actor que sólo sabe hacer de “tipo duro y malote” en filmes de acción, y que aquí nos sorprende en el rol de Gareth, un badass total, pero extremadamente gracioso.
También hay que mencionar al bufón Steve Mackenzie (Ben Presley) y al chef Vincenzo (Darren Evans), cuyas apariciones esporádicas aportan sus buenas risas a los episodios.
Más allá de eso, tenemos un cast de invitados que incluyen a Ricky Gervais, Kylie Minogue, Rutger Hauer, Hugo Boneville, John Stamos, Sophie McShera y el mismísimo “Weird Al” Yankovic, famoso desde hace décadas por sus hilarantes parodias a éxitos de la música popular.
Mientras vemos la serie, es inevitable la comparación con conocidos filmes como los animados Enredados (Tangled), Hércules o Sausage Party, y algún que otro live action como Encantada (la de Amy Smart como la princesa Giselle). Resulta bastante equivalente el Desencanto de Matt Groening, (el creador de Los Simpson y Futurama), sobre todo por su sentido del humor ácido y filoso.
Tal vez uno de sus mejores chistes esté en el primer episodio de la segunda temporada, titulado A New Season aka Suck It Cancellation Bear, con el cual el show se atreve a burlarse de su propia cancelación, a partir de un tema de inicio fabuloso y un montón de referencias a su “salvación” in extremis después de la temporada inicial.
Desgraciadamente, después de su segunda tanda de capítulos, en 2016 Galavant fue definitivamente eliminada por ABC, debido a los bajos índice de audiencia. A pesar de eso, ya tiene estatus de culto entre una parte de los seriéfilos, quienes sí supieron ver los méritos de esta propuesta —tal vez un poco adelantada a su tiempo— por encima cifras y ratings.
Por ello, le recomendamos totalmente sus 18 episodios, con la advertencia de que se irán más rápido que un pomo de Nutella en sus manos de “adicto”. Su trama disparatada —y aun así coherente—, más las pegajosas canciones y carismáticos personajes, pueden convertir a Galavant en una excelente compañía para un par de días, sobre todo ahora, cuando nos sobra el tiempo para dedicárselo a estos gustos seriéfilos.
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Aquí pueden disfrutar de la secuencia de apertura de la segunda temporada
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