Serafín García, con 74 años y más de 50 de carrera artística, ha tenido una vida que bien valdría para un top:
-Aprendió el oficio de barbero.
-Su primer acercamiento a los escenarios fue en grupos de aficionados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, donde ejerció, además, como chofer del Comandante Guillermo García y del General Julio Casas Regueiro.
-Declamó poemas junto a Bola de Nieve.
-Llegó al ICRT y, entre un grupo de 60 jóvenes que comenzaban, solo quedaron tres y él fue uno de ellos.
-En el filme Operación Fangio interpretó a Fulgencio Batista. Dijo que quien lo enseñó a imitar la forma de hablar de aquel personaje fue el mismísimo Fidel Castro.
…hay mucho más.
Desde que nació en 1947, en Placetas (antigua provincia de Las Villas, ahora Villa Clara), estuvo rodeado de arte. En el programa de entrevistas Unos minutos en la vida de… confesó que siempre quiso ser actor y, como su padre insistía en que tuviera un oficio, aprendió barbería, aunque nunca llegó a ejercer.
Como varios campesinos, no veían bien la vida de los artistas, no obstante se crio en un ambiente artístico. Su padre, barbero y casi analfabeto, escribía poesía y tocaba el tres; su madre cantaba. Chanito Isidrón y José Ángel Buesa visitaban su casa. Creció escuchando a los actores de la radio, muchos de ellos fueron sus ídolos.
Con diez años llegó a La Habana. Su padre lo trajo a la capital y llegaron en el amanecer del 1ro de enero de 1959. Dice que nunca olvidará esa fecha. Llegó a vivir a Marianao y ahí se ha quedado.
Dentro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) actuó, dirigió, hizo de fonomimo, de maestro de ceremonias… en una unidad militar ubicada en El Calvario.
Como su talento trascendía los límites de esos escenarios, lo enviaron al ICR, donde necesitaban nuevos actores para cubrir la plantilla, debido a la partida de muchos profesionales.
De 60 jóvenes solo siguieron nueve; luego de esos, cinco, y finalmente quedaron tres: Serafín García, Manuel Porto y Rogelio Blaín.
Los llevaron a vivir a una casa cercana a los estudios. Empezaron a recibir clases y cursos de superación con los mejores profesores; a la par, trabajaban con excelentes actores. En esos primeros años hizo mucha television y radio, medio que denominó “la gran escuela”. Ha dicho que hacía entre 75 y 80 programas mensuales. Se pasaba desde las 8:00 AM hasta 2:00 PM en un estudio de grabación.
Su primer papel importante llegó en las aventuras Ulises, de Eric Kaupp, quien dirigió 17 de las cerca de 30 en que participó. En varios de estos audiovisuales encarnó al personaje humorístico.
Muchos de aquellos roles le “cambiaron el nombre”, entre ellos Berrichon (Enrique de Lagardere) y Planchet (Los tres mosqueteros). Ambos los interpretó en dos versiones distintas de ambas obras, con diez y veinte años entre la primera y la segunda edición.
Como el más difícil de toda su trayectoria señala el que marcó la prueba de fuego, su debut en la televisión: Orestes, en la obra en vivo Electra, original del dramaturgo francés Jean Giraudoux.
Serafín ha tenido participación en grandes clásicos de la televisión cubana como San Nicolás del Peladero y Tía tata cuenta cuentos (interpretaba hasta siete personas con diferentes voces). Las telenovelas El naranjo del patio y Polvo en el viento, las aventuras Rebelión, Tierra y Fuego y Los pequeños fugitivos, filmes como El elefante y la bicicleta, Lista de espera, El cuerno de la abundancia y El Benny también figuran en su trayectoria.
No obstante, ha pasado varias temporadas alejado de los medios. Después de algún tiempo, lo disfrutamos en 2005 en su papel de Pepe, el “muñeco” de La cara oculta de la luna. Un rol polémico. Era el padre del protagónico de la quinta historia, Dayron (Alain Aranda), y marido de Arminda (Alina Rodríguez), quienes tenían una relación complicada, entre el alcoholismo y el matrato. Hoy lo vemos en la retransmisión.
En el espacio Mediodía en TV, de mayo de 2007, con motivo del aniversario 45 del espacio Aventuras en las pantallas cubanas, dijo: “el público no me ve como un artista de la television, del cine, ni del teatro, me ve como un familiar, un amigo”. En otra entrevista habló sobre su relación con los televidentes y añadió: “el pueblo me exige que trabaje”, en alusión al tiempo que pasa fuera de la TV.
La clave de la aceptación de sus personajes, había comentado, estaba en que buscaba lo jocoso, el humor, incluso en situaciones dramáticas.
En el mismo programa, en 2019, en ocasión del Aniversario 40 de la agencia Actuar y el premio por la obra de la vida que le otrogaron a Serafín junto a la actriz Judith Marrero, expresó:
“Después de más de 10 años lejos de la televisión, el 2019, a los 72 años, será mi mejor año de vida: me sorprendieron con la distinción por la cultura nacional, después el premio por la obra de la vida”. Su retorno a la TV se dio en Promesas, dirigido por Mirta Gonzalez, con el personaje de Marcial, escrito por Amílcar Salatti. El capítulo era sobre la drogadicción y la relación entre el traficante y su hijo siquiatra, quien ayudaba a desintoxicar a varios adictos.
Por si fuera poco, también ha incursionado como director. Desde muy joven realizó esta función y sus primeras obras las rodó junto a sus compañeros Manuel Porto y Rogelio Blaín.
Además del reconocimiento de su gente, ha sido condecorado como Artista de Mérito del ICRT, ha obtenido el Premio de actuación CARICATO por la novela El año que viene, el Imagen de Cristal, el Sello 85 Aniversario de la Radio Cubana, la Medalla Raúl Gómez García, entre otros.
Les agradezco sinceramente la publicación de esta entrevista…mi falta de presencia en nuestra Radio y la TV, no es mi culpa…simplemente que no me llaman a trabajar, los nuevos directores de la actualidad, aunque gocé de una cantidad enorme de convocatoria en mis años de juventud y un poco más allá, pero en estos tiempos que corren no me llaman, se que la producción es muy pobre, pero otros colegas se mantienen trabajando constantemente, simplemente tienen que valorar los que tienen