La próxima versión de la Liga Japonesa de Béisbol Profesional (NPB, por sus siglas en inglés) arrancará este 26 de marzo con la habitual presencia cubana, cada vez mayor desde los últimos años. Con la pretemporada finalizada, quedan horas para que se disputen los primeros desafíos de un certamen que se verá marcado, en gran medida, por los obstáculos que ha generado la COVID-19 a nivel global.
Por poner un ejemplo, varios equipos, en algún momento, han hablado de la posibilidad de comenzar la campaña regular sin contar con sus efectivos foráneos. Tal fue el caso de los Nippon Ham Fighters, cuyo manager declaró, citado por el sitio especializado Béisbol Japonés, “estar supervisando los entrenamientos individuales de los importados que no han llegado a través de los videos que ellos envían, pero no es lo mismo que tenerlos sobre el terreno y utilizarlos en un juego de práctica”.
La ausencia de estos jugadores obedece a la suspensión de la emisión de visas de trabajo por parte de esa nación asiática, la cual se halla en un estado de emergencia. Luego, mientras los peloteros vayan llegando, se someterán a cuarentenas obligatorias de 14 días, establecidas por las autoridades sanitarias, lo cual aleja cada vez más el debut de los que arriben en las próximas jornadas.
Ahora mismo están en territorio nipón Alfredo Despaigne, Yurisbel Gracial y Liván Moinelo, quienes forman parte de los Halcones de Softbank, además de Dayán Viciedo, Yariel Rodríguez, Raidel y Ariel Martínez (Dragones de Chunichi) y Leonys Martin, patrullero de los Marineros de Chiba Lotte.
Hace unos días, un reportaje del prestigioso The New York Times abordaba esta situación. De acuerdo con la publicación, Japón cerró sus fronteras a los no ciudadanos desde el 4 de enero, con la idea de volver a permitir la entrada de extranjeros el 7 de febrero, plazo que se extendió hasta el 7 de marzo, pero todavía ese cierre se encuentra en revisión.
Sobre las nuevas circunstancias, comentó al diario neoyorquino Eric Thames, quien luego de varias campañas en MLB, firmó por un año con los Gigantes de Yomiuri, pero se encuentra varado en Las Vegas: “la gente no entiende. Necesitas todo el tiempo en el spring training para alistarte para la temporada. Es importante el timing, tener listo el brazo, tener listas las piernas, tener lista la espalda. Además de eso, es el momento para construir la camaradería con tus compañeros. Todavía no conocemos a nuestros compañeros”.
El Times coloca más elementos sobre el tema: “incluso después de que se relajen las restricciones de viaje, Thames, Rea y otros nuevos firmantes tendrán que esperar hasta cinco días hábiles antes de recibir la visa necesaria para que los atletas profesionales ingresen al país como compensados. Ese retraso secundario podría ponerlos en Japón precariamente cerca del 26 de marzo, que es el día de apertura de la temporada de 143 juegos”.
La publicación se centra, por supuesto, en los beisbolistas que residen en Estados Unidos (los contratados bajo el amparo del INDER pudieron viajar hace unos días, aunque todavía Andy Rodríguez no ha podido reportarse), como son los casos de otros dos restantes miembros de la armada cubana: Rusney Castillo y Adeiny Hechavarría, los cuales, hasta el pasado 3 de marzo, se hallaban aún en suelo norteño y, por el momento, no han podido integrarse a sus novenas.
El avileño jugará por primera vez en el circuito nipón en 2021 y defenderá el uniforme de las Águilas de Rakuten, mientras que el santiaguero, también debutante, compartirá equipo con Leonys en los Marineros. Como ambos iban a disputar su campaña inicial en ese circuito, no pudieron recibir el permiso de entrada que poseían muchos de los extranjeros que se desempeñaron en el anterior campeonato, varios de los cuales, debido a ello, pudieron presentarse a tiempo en la pretemporada.
Este retraso en sus incorporaciones podría influir negativamente en sus desempeños, al menos en los choques iniciales. Esperemos que se incorporen lo más pronto posible y puedan aportar lo que se espera de ellos.
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