Los recientes acontecimientos en torno al tema racial, que han llevado a cuestionarse monumentos y nombres, también han tenido su impacto en el mundo de la música. Para mencionar al menos dos ejemplos, los conocidos conjuntos, Dixie Chicks y Lady Antebellum, decidieron acortar sus nombres eliminando las partes que aluden al sur esclavista. Ahora son las Chicks y Lady A.
Pero no todo es tan simple. Resulta que el armónico trio de country ha decidido adoptar el nombre artístico que una cantante negra ha estado usando, posiblemente, desde mucho antes de que Hillary Scott articulara sus primeros sonidos tras venir al mundo. Para no entrar en juicios sobre la ironía de la situación, solo me limito a usar una frase típica de un amigo mexicano… ¡Quéeee desmadre!
No son pocas las veces que me he preguntado si el término soul de ojos azules (en inglés blue-eyed soul) será objeto de revisión, debido a que surgió como forma más o menos despectiva para referirse a intérpretes blancos cantando música negra. Sí, porque hay una larga historia de discográficas y emisoras centradas en promover limitadamente ciertos géneros musicales (country, rock y pop) u otros (rhythm and blues, gospel y soul); artistas como el propio Michael Jackson, que no entraron necesariamente por la puerta ancha de MTV; también están los Righteous Brothers, que «se colaron» en ciertas emisoras porque sonaban como artistas negros y sorprendieron a no pocos cuando aparecieron en persona para ser entrevistados en vivo.
Me consta que varios intérpretes de renombre se han referido a cierta connotación racista del término, pues atribuye características de intrusos a artistas pertenecientes a un grupo racial “dominante”, que interpreta la música que identifica al grupo “dominado”. Todo parece indicar que el término se ha ido aceptando gradual y desprejuiciadamente, o puede que sea esta mi perspectiva de cubano: siempre me ha asombrado, de forma positiva y entusiasta, ver a un europeo, norteamericano, asiático o africano bailar casino, no solo con soltura y desenfado, sino también pronunciando, con inevitable acento, aquellas voces de «pásame una», «setenta», «yougurt», «enchúfala»…
En realidad, considero que estos ojos-azulados no solo han escogido temas musicales de raíces negras para cautivar a un público más extenso o a otro segmento de mercado, pues arreglos, instrumentaciones, interpretaciones, e incluso composiciones propias, demuestran que ponen mucha bomba y sentimiento en lo que hacen.
Espero que no se metan con el término, ni con sus cultivadores. Ojalá sigamos teniendo soul por mucho tiempo, sin que importe el color de los ojos de sus intérpretes.
Michael Bolton y Kenny G se unen para interpretar el legendario éxito de Ray Charles Georgia on my mind
En una de sus primeras contribuciones a los Doobie Brothers, Taking it to the streets, Michael McDonald se identifica no solo con la música, sino con la causa negra. La primera línea dice: You don´t know me, but I´m your brother (No me conoces, pero soy tu hermano).
CeeLo Green interpreta junto a Daryl Hall, reconocido cultivador del soul de ojos azules, el tema I can´t go for that, popularizado por el dúo Hall and Oates.
0 Comentarios