Reaparece Rojitas, «La voz de oro de Cuba» que luego se convirtió en empresario (aquí detalles)

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Rojitas. Foto tomada del perfil en Instagram del artista.

En julio de 2021, Cubalite publicó un texto sobre el cantante Jorge Luis Rojas, conocido por todos como Rojitas. Trovador, sonero y sobre todo salsero, este intérprete brilló en los años 90 como vocalista de Adalberto Álvarez y su Son, y luego como director de su propio proyecto, que le permitió darle un giro a la salsa nunca antes visto dentro de la Isla.

De visita en Miami, una ciudad donde toca desde 2011, el pasado 10 de febrero, como una suerte de intermedio entre los conciertos que ofreció allí, el célebre cantante apareció en el podcast Destino Tolk para conversar sobre su carrera, que cumplió nada menos que 40 años en 2024.

“Yo estaba trabajando en cabarets y un amigo, ingeniero de sonido, me dijo que Adalberto estaba buscando un cantante. El primer día de audiciones, no me probaron y cuando llegué a mi casa le conté a mi padre, quien me dijo ‘usted va mañana de nuevo, canta y lo hace bien’.

“Cuando llegué de nuevo al día siguiente, Adalberto me miró como extrañado, pero el gran tresero Pancho Amat, que me conocía de antes, lo convenció de que me diera una oportunidad. Adalberto me subió al escenario y me dijo ‘¿usted sabe algo de mi obra?’ y yo, en un atrevimiento mío, le dije que sí, que conocía todo. Ahí empezó a ponerme canción tras canción de sus discos anteriores, y luego de casi 20-25 minutos sin fallar, se paró, salió junto a los demás músicos y, cuando volvió a entrar, me señaló y dijo: ‘el martes hay ensayo’, relató recientemente quien también ha trascendido como ‘La voz de oro de Cuba’.

En resumen, Jorge Luis estuvo cinco años con El Son, en donde fue rebautizado con un nombre artístico que le acompaña hasta la fecha. A las órdenes de Adalberto grabó los discos ¿Y qué tú quieres que te den? (1992), Dale como E (1993) y El Chévere de la salsa y el Caballero del Son (1994). Su popularidad fue tal, que llegó a sorprenderse de cómo la gente le pedía fotos en la calle. Sin embargo, mantuvo los pies en la tierra.

“Lo digo con tranquilidad: nunca eso me hizo daño, como si de repente uno se cree Jesucristo… jamás. Yo lo que quería era, más bien, era agradecerle a la gente por cómo me aplaudían y me animaban”, contó en una oportunidad.

Entre los temas a los que puso voz durante esa etapa, destaca sobre todo ¿Y qué tú quieres que te den?, hit inmortal que volvió a cantar en 2019, cuando regresó a la Mayor de las Antillas para participar en la celebración de los 45 años de vida artística del maestro Álvarez, la cual fue coronada con un apoteósico concierto en el teatro Karl Marx.

Su popularidad llegó a ser tal, que, ya con su orquesta, en una oportunidad debió salir de un concierto en unas circunstancias muy inusuales. “A alguien se le ocurrió ponernos a tocar en un concentrado de estudiantes becados del preuniversitario. Allí habría miles de muchachos y nosotros estábamos separados de ellos solamente por una soga muy fina. Ya cuando se acabó el concierto, las estudiantes, muy efusivas ellas, no respetaron la dichosa ‘soguita’ y nosotros terminamos metidos en un guacal de tumbadoras para salir ‘vivos’ de aquello.

De La Habana a Toronto

Rojitas vive hace 17 años en Toronto, urbe canadiense a la cual viajó inicialmente para ejercer como productor en la disquera de un amigo, y en donde se terminó quedando, entre otras razones, luego de conocer el amor junto a la también artista, Elizabeth Gavilla, con quien se casó en 2014.

Desde 2017 es copropietario, junto a su pareja, de la empresa RoGa Production Music & Arts, la cual se dedica a la representación, producción, formación artística, promoción y otras actividades relacionadas con la industria musical.

A esa compañía están asociados otros músicos cubanos como Yeni Valdés (ex de Van Van), Coco Freeman (ex de Adalberto Álvarez), Jessie Riffa (nieta de Lourdes Torres e hija de Lourdes Libertad), Yani Borrell y la cubanoamericana Lucy Grau.

Artista, más que financista

Jorge Luis Rojas nació en Cuba el 8 de febrero de 1965 y, cuando tenía alrededor de 10 años, se fue a vivir a Londres (Reino Unido), urbe en la que permaneció alrededor de un lustro, gracias a su padre, que fue diplomático y representante de empresas.

De vuelta a su tierra, comenzó a estudiar canto con las profesoras Argelia Fragoso y América de Armas, durante casi seis años. Aunque, para complacer a su padre, eventualmente terminaría graduándose de finanzas en la universidad, la música era demasiado fuerte.

“En el año 82-83, me sucedió algo que conoce toda la gente que hace canciones: llegaron las musas, o como yo también le llamo, el ‘ruido positivo’. Ya no solamente era cosa de cantar, sino la creación de canciones. Recuerdo estar caminando por los pasillos del instituto de finanzas y que se me ocurriera una melodía. Estuve así varios días hasta que me di cuenta de que era una canción que se me había ocurrido, y así empezó mi camino como compositor-autor, pues soy de los que hace la melodía y luego adapta la letra”.

Su primer proyecto musical había sido HR, un trío que formó en 1981 junto a los hermanos Humberto y Rolando Padrón. Ya al año siguiente pasó por el grupo Tampa y posteriormente se juntó con Alfredo Hernández para formar el dueto trovadoresco Evocación, el cual empezó en el ’84 y marcó sus comienzos como profesional de la música.

En paralelo a su proyecto con Hernández, el vocalista se unió en el ’88 a la banda Oasis, dentro de la cual coincidió con Jorge Byron, compositor con el cual firmó varias canciones.

Para el ‘89, ya Rojitas estaba en un momento bastante importante, y su explosión final vino luego de asistir al prestigioso Festival de Varna, Bulgaria, junto a sus compatriotas Albita Rodríguez, Martha Campos, José Antonio Quesada y la agrupación Sierra Maestra.

Antes de unirse a Adalberto Álvarez y su Son en 1991, pasó por Cinquillo Cubano y Clave 5, dos alineaciones con las que actuó asiduamente en espacios de los hoteles Capri y Habana Libre.

Salsero, bilingüe y empresario

Al momento de dejar la orquesta de Adalberto, Rojitas tenía muchas canciones escritas y quería hacer algo diferente dentro de la misma salsa, incluidas versiones de temas conocidos en idioma inglés, pero llevados a ese género. Apegado a esa idea, en los siguientes años grabó con su orquesta covers como Baby I Love Your Way, original de Big Mountain; You Are Not Alone, de Michael Jackson, y hasta una versión en spanglish de Rosalinda, de Billy Joel. Además, de esos años también “pegó” Vainilla Chip, tema en español aún bastante recordado por los que peinan canas.

Durante su época como líder de su propio proyecto, lanzó los fonogramas Regálame tu encanto (1995), La fiesta del Caribe (1996), Soy salsero, soy cantante (1999) y Tierra Santa (2004), tras el cual dio por cerrada esa etapa, aunque solo temporalmente.

Además de la música, en radio y televisión ejerció como conductor de programas como Tiempos, A media luz, Montado en el aire y Conmigo ven.

Tras dos décadas en activo en Cuba, en 2005 se marchó a Moscú, Rusia, en donde fue la estrella de los shows La fiesta del Caribe y Tierra Santa, inspirados en sus propios discos.

Una vez establecido en Canadá, desde 2006 hasta 2010 trabajó en Aquario Productions, agencia que creó y con la que trabajó con bandas como Havana Express, Tumbao Toronto y Cassava Latin Band, además de unirse a estos últimos para grabar el disco Color de rumba. Lanzó sus propias composiciones en álbumes como Por encima de la locura y el recopilatorio Rojitas: Greatest Hits (1995-2005).

En 2015 reanudó su vínculo con viejos conocidos, la Orquesta Cubanismo, con la cual estuvo de gira por ocho ciudades de Estados Unidos. Este fue el enésimo tour de Rojitas, quien hasta la fecha tocado en más de 20 países.

Japón, un territorio que ya conocía desde su etapa con Adalberto, fue otro de los sitios a donde llevó su música, pues, entre 2011 y 2014 se dedicó a planificar presentaciones y actuar allá, pero también a trabajar en un estudio como productor en nombre de su agencia, en el cual editó el álbum Habana.

“La canción ‘éxito’ no se busca, sino que nace cuando uno menos se lo espera. También hay que cuidarse de las tendencias, pues aunque puedan darnos buenos resultados, como todo lo que se repite mucho, puede volverse ‘machacona’. En ese ‘facilismo’ que buscan tantos hay un doble filo, pues como mismo te llega la popularidad, puedes fracasar rotundamente si no eres capaz de crear tu propia identidad”, expresó en forma de consejo para aquellos que intentan llegar a la fama por el mismo camino él lleva recorriendo más de cuatro décadas.

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