“Siempre imaginé una galería de obras realizadas con productos alimenticios y que, al entrar a la sala expositiva, además de la belleza, la gente pudiera percibir el olor, la textura, y hasta el sabor, porque algunas estarían allí para degustarlas”, comentó a Cubalite el chef Adolfo Enrique Espinosa Cobos, quien se halla al frente del proyecto El arte salva, fundado el 7 de enero de 2017.
Adolfo es también el creador y director de la primera Escuela de Cocina Artística en Cuba (ECAC). Por otro lado, se desempeña como embajador de AACATICUBA (Asociación de Artesanos Culinarios y Artistas del Tallado Internacional) en la isla.
“Realizamos obras de arte con productos no convencionales como lo alimentos”, dice y especifica que estas producciones tienen lugar en el balneario turístico de Varadero.
“Es un sueño que siempre tuve y qué mejor que compartir los conocimientos y descubrir talentos ocultos. Antes impartía clases en Formatur para los cocineros del Polo Turístico, y luego creé la escuela, ubicada en la Casa del Chef de Varadero”.
Conversamos con el líder de este equipo, integrado por cocineros, artistas, y trabajadores hoteleros de toda el área turística. Espinosa nos compartió parte de su trabajo, reveló técnicas y explicó algunas obras.
Sus ingredientes principales son el fondant (masa moldeable parecida a la plastilina, muy empleada en repostería), pasta de azúcar, chocolate, margarina, gelatina neutra, caramelo, entre otros. Como técnica sobresale el relieve, el tallado, específicamente el llamado Arte Mukimono (proveniente de Japón, consiste en tallar, recortar y dar formas a frutas y verduras con diversas herramientas).
Estas obras se realizan con fines decorativos o para ser degustadas como guarnición.
Desde la Federación Culinaria de Cuba, han elogiado el trabajo del equipo El Arte Salva:
En la publicación se resalta también el valor artístico de las obras creadas. Según el chef Adolfo Espinosa, su labor “es un arte, como otros tantos, muy refinado, con la diferencia de que se trabaja con productos comestibles”. Menciona que han “replicado” obras de afamados artistas cubanos como Zaida del Río. Han intercambiado también con profesores de la Escuela de Arte San Alejandro. “Ellos intentaron realizar nuestro trabajo, pues el mecanismo para modelar es parecido, pero al final lleva un proceso que no conocían. Somos autodidactas, pero tenemos nuestras técnicas”.
Registrados en el archivo histórico de la ciudad, Adolfo y su equipo han participado en programas de televisión (Palmas y Cañas y De tarde en casa), eventos culinarios nacionales e internacionales (CubaSabe, Festival Varadero Gourmet) y exposiciones en el Museo Nacional de Bellas Artes, entre otros.
No obstante, más allá de premios y reconocimientos, al chef le satisface el trabajo comunitario. Llevar el arte a la población. Colaboran con centros de niños sin amparo familiar.
Su proyecto no tiene fines de lucro. Busca el rescate de los valores humanos a través de las artes. Las obras, una vez terminadas, las regalan. Su finalidad: arrancar una sonrisa, quedar en el recuerdo, aliviar tensiones, impartir conocimientos.
Espinosa, quien ha dedicado su vida al arte culinario, espera hacer de Cuba una potencia en este género. “Para ser una potencia solo se necesitan ganas y mucha imaginación. La base ya la tenemos. Este arte también es criollo y cubano. Junta la cubanía de nuestra cocina con las tradiciones artísticas”.
El tiempo de aislamiento social a causa del coronavirus fue muy productivo. El chef realizó más de 40 obras, algunas con motivos alegóricos a varios acontecimientos. Aquí te dejamos con Rosas para una Rosa, el cuadro que dedicó a la vedette Rosita Fornés:
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