Pitcher de Pinar del Río es el primer abridor del equipo nacional de Austria y ganó (aquí la entrevista)

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Omar Luis Dueñas. Foto tomada del perfil en Instagram del jugador.

Omar Luis Martínez, el lanzador derecho del municipio camagüeyano de Florida, se mantuvo en la Serie Nacional durante 10 temporadas, ganó 51 partidos, perdió otros 43, dejó efectividad de 3.51, le batearon apenas .234 y fue un pitcher de más de un ponche por entrada: 806 en 772.1 innings. A pesar de no continuar su carrera deportiva antes de cumplir 30 años, llegó a ser un jugador notable en la selección nacional y con ella logró varios títulos, el más recordado en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.

Por otro lado, Omar Luis Rodríguez también fue lanzador, pero zurdo, y en la actualidad tiene 31 años, 20 menos que el agramontino. Nacido en el territorio espirituano de Taguasco, en categorías inferiores transitó como uno de los mejores serpentineros de Cuba por diferentes conjuntos nacionales. Llegó como un as a la Serie Nacional y sólo una contienda estuvo con los Gallos. Salió de la Isla y el 1 de julio de 2012 rubricó un contrato de Ligas Menores con los Yankees de Nueva York. Con la organización permaneció tres campañas hasta 2015 y avanzó hasta Clase A.

Muy pocos conocen de la existencia de otro pelotero cubano, también lanzador, nombrado Omar Luis Dueñas Hidalgo. Nacido en la ciudad de Pinar del Río el 7 de septiembre de 1997, Omar nunca ha representado a su país, pero sí ha probado lo que es defender la selección nacional de otra nación, en este caso Austria, donde vive hace casi una década y media.

El pinareño, que sólo conocía de su tocayo agramontino alguna que otra anécdota, lleva su primer nombre por su padrino, Omar Linares, con quien compartía cuando pequeño, junto a Yobal Dueñas y Pedro Luis Lazo. Deporte organizado solamente practicó en Cuba el kárate, y el béisbol lo tomó en serio poco tiempo después de llegar a Austria, en noviembre de 2010. Cursaba octavo grado, tenía en planes aspirar al Pre Vocacional de Ciencias Exactas Federico Engels, de su provincia. Su padre, Roque Luis Dueñas Triana, desde 2004 se encontraba en el país europeo por motivos profesionales.

Fue un cambio radical, se trataba de un país primermundista, cuenta a Cubalite el serpentinero derecho. Matriculó en una escuela bilingüe, cuyas clases y exámenes eran en inglés y alemán. Ni inglés ni alemán sabía, lo que complejizó todavía más sus primeros meses. Una semana después de arribar, saliendo de la escuela, chocó con la nieve por primera vez. Las temperaturas bajas podían ser insoportables para alguien acostumbrado al recio calor caribeño.

Permaneció los meses de invierno menos preocupado por el frío y sí por el idioma y los estudios. Surgieron algunos amigos y uno de su padre, de República Dominicana, jugaba béisbol en Viena con un sobrino, de la edad del cubano. Lo invitaron al principio de la primavera a un partido, cuatro meses después de su llegada. Cuando vio la oportunidad de jugar, preguntó y se informó cómo era el proceso. Habló con los entrenadores y una semana más tarde empezó a practicarlo.

Comenzó en abril de 2011 en una liga organizada por algunos trabajadores de la Organización de las Naciones Unidas, que tiene una de sus sedes en Viena. Era un torneo de dos equipos con adolescentes de su edad. A mitad del verano ingresó a un club con mejores preparadores (mayormente estadounidenses) y condiciones de entrenamiento. Por sus resultados recibió la oportunidad de insertarse en la segunda y tercera liga con el elenco de mayores. Tenía 14 años.

Cuando cumplió 15 se trasladó a otra provincia, Linz, donde debió empezar casi de cero. No entrenó béisbol, sí fútbol de vez en cuando durante el invierno. En el verano buscó información acerca de algún club en su provincia y encontró uno, pero no contaba con un equipo de su categoría, de ahí que se incorporó al conjunto de mayores.

“Fue un reto difícil, pues mis compañeros eran hombres, con fuerza y más habilidades. Pasado un tiempo fui titular en el campo corto y un año después subimos a la segunda liga. Allí me fue más complejo, el nivel era superior, y perdimos muchos juegos. En esa época, en mayo de 2015, me llegó la nacionalidad”.

Con la naturalización en su poder, recibió meses más tarde el llamado a la preselección nacional sub-23. Efectuó varios juegos de preparación e integró el team de Austria, clasificado para la Copa Mundial sub-23, acontecida en noviembre de 2016 en México, donde el elenco europeo enfrentó a Venezuela, Japón, Taiwán y otros países. En ese certamen participó como pitcher y decidió que se dedicaría solo a esa función.

“Cada vez que recuerdo esa oportunidad, me impresiono, no me lo creo. Yo no tenía ninguna experiencia internacional a mis 19 años. Como pitcher llevaba cerca de dos años, sin mucha experiencia tampoco. Aprendí muchísimo de ese nivel, trabajé dos entradas contra Nicaragua y realicé la misma actuación ante la República Checa. Desgraciadamente logramos poco, era nuestra primera vez en un torneo así. Aquí se juega béisbol desde 1985, una historia relativamente corta”.

Luis, quien ha participado en tres Eurocopas sub-23 y en torneos de los países del Danubio, desde 2016 lanza en la primera división, la Bundesliga austriaca, con el conjunto ASAK Attnang Athletics. En su primer año quedó campeón y sus contadas oportunidades salieron del bullpen.

Muchas veces que ha visitado Cuba se ha preparado con Maximiliano Gutiérrez, otrora serpentinero de elencos pinareños, y se ha asesorado con José Manuel Cortina, Erly Casanova y Bladimir Baños.

Dueñas llegó a ser el principal iniciador de los Athletics, en una liga en la que hasta hace seis años jugó Arián Quirantes, hijo de uno de los entrenadores de los Cocodrilos de Matanzas, Orlando Quirantes.

La liga está dividida en Oriente y Occidente: son cuatro equipos por cada división y alrededor de 30 partidos en la etapa regular, seguida del playoff. La afluencia de público ha crecido, se constata un mejor trabajo en redes sociales y muy pocos jugadores reciben salarios, salvo algunos extranjeros, generalmente estadounidenses, que también ejercen como entrenadores. En este sentido, es decisivo el poder económico de cada club y sus patrocinadores.

“Me han preguntado si deseo jugar en la segunda liga de Australia en invierno, en Alemania o en la República Checa. Jugar en otro país lo veo como una posibilidad, pero primero quiero triunfar en Austria, estar entre los primeros lanzadores, hacerme un nombre”.

Omar Luis reside en un país caro y del béisbol allí no puede vivir. Ha trabajado como jefe de soporte técnico en una compañía de informática y estudió en la Universidad Johannes Kepler de Linz, reconocida en Europa y con un claustro de excelencia.

A sus 26 años, el pinareño ha lanzado en dos Campeonatos Europeos de mayores (2021 y 2023) y en dos Semanas Beisboleras de Praga, en República Checa (2023 y 2024). En la más reciente edición del certamen checo, concluido hace pocos días, su labor fue de un éxito y ningún revés, tres boletos, seis hits y siete carreras limpias en 2.1 entradas contra Hungría, en el primer encuentro de su conjunto.

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