A finales de febrero de este año trascendió que el lanzador tunero Carlos Juan Viera quedó apartado del roster de su provincia para la 63 Serie Nacional debido a que, luego de un proceso resultante después de un control antidopaje, fue suspendido provisionalmente de forma obligatoria, de acuerdo con reportes de medios locales. De aquella historia no se conoció mucho más.
Al poco tiempo regresó al box, pero lo hizo en territorio azteca cuando apareció como uno de los refuerzos de Conspiradores de Querétaro, de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB), elenco que lo había contratado desde finales de 2023, meses antes del problema relacionado con sustancias prohibidas.
Con la novel escuadra, el derecho no tuvo buen rendimiento y en 14 salidas, 13 de ellas como abridor, dejó balance de tres sonrisas y cinco descalabros, promedio de limpias de 7.69, además de 28 ponches y 21 boletos en 55 capítulos.
Mientras se hallaba envuelto todavía en esa lid, circuló la noticia de que había firmado con los Gigantes de Rivas del principal circuito rentado nicaragüense, pero finalmente aterrizó en los Tigres de Aragua de la más fuerte justa profesional venezolana, con quienes ya estuvo en la contienda 2018-2019, la cual marcó su debut en citas invernales.
En su primera presentación del curso, el pasado 20 de octubre ante Cardenales de Lara, Viera, de 35 años, pareció reverdecer laurales y mostró algunos de los elementos que lo llevaron a tener algunas buenas temporadas en la pelota caribeña. En cinco entradas solo permitió un imparable, ponchó cuatro veces y no regaló boleto, pero se fue sin decisión pese a su tremenda actuación.
Seis días más tarde, su salida fue totalmente distinta: los Bravos de Margarita se combinaron para fabricarle cinco anotaciones —cuatro limpias—, gracias a un ataque de cinco indiscutibles —un cuadrangular entre ellos— y tres boletos en 3.1 innings. Perdió ese duelo.
En su primera temporada en la Serie Nacional (2011- 2012), Carlos Juan fue galardonado con el premio Novato del Año, tras aportar a la causa tunera siete triunfos —perdió cuatro juegos— y tres rescates en 36 partidos lanzados.
Como publicamos en un trabajo anterior, salió de Cuba en 2015 hacia Haití y luego cruzó hacia República Dominicana, donde estuvo algunos meses hasta que fue deportado a su país de origen por irregularidades en sus documentos. Sin embargo, luego de permanecer en Cuba poco tiempo, volvió a perseguir la ambición de jugar profesional y no fue hasta noviembre de 2018 que lo logró, cuando lanzó para la entidad de Aragua.
Se reincorporó a los principales campeonatos cubanos en 2019 y en total, en ocho Series, acumula 50 victorias y 34 derrotas, promedio de efectividad de 3.05, 438 ponches y 221 boletos. Ha integrado equipos nacionales en varias oportunidades.
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