MIT, Harvard, Princeton, Stanford, Columbia, Yale… todos estos son nombres de prestigiosas universidades que, a mediados de 2014, ofrecían un puesto en sus aulas a un joven nacido en Cuba.
Osmany Corteguera, el hijo de María y Luis, fue catalogado como el genio cubano. Cuando acaparó portadas, llevaba seis años en Estados Unidos. Llegó a Miami y apenas hablaba inglés. Sin embargo, nunca vio en la diferencia cultural e idiomática una barrera. “Poco a poco, cuando lo fui aprendiendo, fue una vía para independizarme”, dijo. En solo seis meses logró leer, escribir y comunicarse perfectamente en inglés. Ha considerado su vida 50 % esfuerzo y 50 % inteligencia.
Su promedio final en el Hialeah Senior High fue elevado. Osmany y su familia atribuyeron parte de esas calificaciones a la formación recibida en Cuba. Reconocieron, especialmente, a dos profesoras, Yusmila y Yamely, que tuvo el niño mientras cursó la escuela primaria en San José de las Lajas.
Con cuatro años, Osmany ya sabía leer y, según cuenta su padre, aprendió de forma autodidacta. Al inicio, preguntaba cómo sonaban las combinaciones de letras y un día sorprendió a todos leyendo frases completas.
Al terminar el high school, aplicó para becas en doce universidades y fue aceptado en todas. Aquel suceso generó un gran revuelo mediático. Las doce casas de altos estudios no solo lo aceptaron, también le costearon viajes para que pudiera visitar las instalaciones y conociera de primera mano la vida en cada uno de estos centros.
Entre varias, el cubano de 17 años tomó su decisión basado en su pasión por la programación. Este camino lo decidió siguiendo los pasos de su hermana, que había comenzado a estudiar ciencias informáticas en Cuba y obtuvo su título en New Jersey.
“De todas las universidades que me aceptaron, yo escogí el MIT Massachusetts Institute of Technology, porque quiero estudiar Computer Science y este instituto tiene el programa más prestigioso del mundo en esa carrera”, declaró el joven en su momento.
Al matricularse en esa universidad, formó parte del programa Gates Millennium Scholars, creado en 1999 por la B&MGF, la fundación privada de caridad más grande del mundo, a cargo del creador de Microsoft, Bill Gates. Obtuvo un cupo entre los mil elegidos (aplicaron más de 52 000 estudiantes), debido a su «liderazgo, servicio y logros académicos».
Hasta aquí lo que reseñaron los medios en 2014, pero la vida de Osmany continuó.
De acuerdo con información pública en sus perfiles en redes sociales como LinkedIn y Facebook, pudimos conocer que obtuvo su bachillerato en Ciencias de la Computación en el MIT. En el mismo instituto, y hasta este año 2020, realiza un máster en Ingeniería.
En enero, su nombre apareció en la lista de deportistas inscritos en el MIT‘s Taekwondo Team que representará al instituto en la Eastern Collegiate Taekwondo Conference. En octubre pasado, con cinturón verde, obtuvo el segundo lugar, y en noviembre se llevó el título.
En estos momentos ya tiene experiencia en el desarrollo de software y el análisis de datos. Desde hace un año trabaja como asistente de investigación en el Lincoln Laboratory del MIT, donde está vinculado a proyectos de desarrollo de nuevas técnicas y la búsqueda de soluciones óptimas para evitar los choques de aeronaves.
Orgulloso de que sea un hijo más de San José de las Lajas, Cuba al igual que yo
Cuánto me alegro del triunfo de Osmany. Muy merecido por él y por sus padres. Su hermana también es un talento. Felicidades para todos
En éste artículo se resalta la importancia de la influencia de dos maestros primarios. Pero quisiera resaltar yo que durante sus estudios en Middle School tuvo muy buena orientación por parte de sus profesores y sobre todo en su trayectoria por High School, que contó con la valiosa experiencia de sus consejeros Mrs. Farno y Mrs.Grandall, apoyados por todos los profesores. De no ser por ésto su elección a la Universidad más grande en Tecnología no se hubiera materializado. Y gracias a sus resultados académicos y al gran esfuerzo que está realizando ha podido aprovechar la oportunidad que brinda éste país de estudiar y cumplir éste sueño de forma gratuita. Muchas gracias a Dios.
Muchas felicidades,por tantos logros en tan poco tiempo ,todo esto debido a tu enorme sacrificio.
Muchas felicidades para Osmany ,pero recuerdp que su padre Luis Corte fue un gran profesor de Matemática en la Escuela Secundaria Antonio José Oviedo y hoy es recordado por sus alumnos ,es decir ,la genética ha continuado con su descendencia, felicidades a la familia por los logros alcanzados respaldados por Dios