La actriz cubana Ana de Armas acaparó muchísimas miradas en la 97ª edición de los Premios Oscar, celebrada anoche en el Teatro Dolby de Hollywood. En su regreso a la alfombra roja de este evento, desde su memorable nominación en 2023, la estrella optó por un elegante vestido negro de corte de sirena, con detalles en el cuello halter, creación exclusiva de Louis Vuitton, firma de la que es embajadora.
De Armas, quien se ha convertido en una de las figuras más solicitadas de Hollywood, complementó su look con un delicado collar de diamantes, demostrando por qué es considerada uno de los íconos de estilo más importantes de la industria cinematográfica actual. Muchos medios han insistido incluso en que la caribeña fue la mejor vestida de la alfombra roja.
Durante la ceremonia, presentada por el comediante Conan O’Brien, la cubana formó parte del selecto grupo de presentadores, compartiendo escenario con otras estrellas como Halle Berry, Sterling K. Brown, Penélope Cruz y Miley Cyrus.
La oriunda de Santa Cruz del Norte presentó, junto al mencionado Brown, el premio a la categoría de mejor cortometraje de acción real, galardón que fue para I’m Not A Robot, pieza neerlandesa de ciencia ficción, de poco más de veinte minutos de duración, escrita y dirigida por Victoria Warmerdam.
La presencia de De Armas en la gala la devuelve a los focos de la élite de Hollywood, un espacio que cada vez apuesta más por los talentos latinos. Especialmente en relación con los Oscar, la antillana vivió uno de los momentos más trascendentales de su carrera, al ser nominada por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas como mejor actriz en la edición de 2023 gracias a su rol de Marilyn Monroe en el filme Blonde.
Ana (36 años) comenzó su carrera artística mientras se formaba en la Escuela Nacional de Arte de Cuba, donde su talento natural ya anticipaba un futuro prometedor. Antes de cumplir dos décadas de vida se marchó hacia España y ahí su trayectoria comenzó un ascenso que no se ha detenido hasta hoy.
En territorio ibérico se convirtió en una estrella de televisión gracias a su papel en la exitosa serie El Internado (2007-2010). Este fue solo el comienzo de una historia que la llevaría a conquistar Hollywood.
Su primera gran oportunidad en el cine estadounidense llegó con Knock Knock (2015) junto a Keanu Reeves, pero fue su papel en Blade Runner 2049 (2017) el que la catapultó definitivamente al estrellato internacional. Su interpretación junto a Ryan Gosling demostró que estaba lista para los grandes papeles.
A partir de ese momento comenzó su consagración mundial, la cual se fue afianzando debido a su presencia en cintas como Knives Out (2019; su actuación le valió una nominación al Globo de Oro), No Time to Die (2021) y The Gray Man, entre otras.
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