Aquí se habla de las mujeres cubanas (o con estrecha relación con Cuba) cultas, irreverentes… sobre ellas y varios acontecimientos a través del tiempo.
Enriqueta Faber (1791-1845)
Esta mujer ya era un hito cuando el afamado director Fernando Pérez la llevó a la pantalla grande con el filme Insumisas. Pero ¿por qué Enriqueta es una mujer trascendental? Ella, suiza y trotamundos, llegó a Santiago de Cuba en 1819 como mismo salió de París, vestida de hombre y con el título de cirujana(o). Luego se fue a Baracoa a esconder su apariencia femenina. Enriqueta Faber, o Enrique, llegó al país para convertirse en la primera mujer cirujana.
Rosa Castellanos (1834- 1907)
Esclava, negra y mambisa, esa era Rosa, la mujer con manos curadoras que estuvo cerca en las grandes contiendas del Ejército Libertador. Una vez libre de la sumisión, se incorporó a la lucha independentista desde sus primeros momentos. Con machete en mano, fusil o al lado de los enfermos, La Bayamesa, como la llamaban, recibió de Máximo Gómez los grados de capitana del Ejército Libertador de Cuba en 1896.
Aurelia Castillo de González (1842-1920)
Mujer de letras, considerada una de las precursoras de los derechos de las féminas en el país. Además de escribir para importantes periódicos de la época (El Fígaro, El País, La Habana Elegante), la camagüeyana realizó una suerte de manifiesto feminista que trata sobre el intelecto de las mujeres y de cómo pueden demostrar libertad de argumentos frente a los hombres. Entre sus consejos: “huir de la ociosidad, leer buenos libros sin dejarse arrendar por los que parezcan demasiado graves, que son siempre los mejores, y escoger buenas amistades”.
Aurelia también fue una de las fundadoras de la Academia Nacional de Artes y Letras en La Habana.
Domitila García y Coronado (1847-1937)
Tiene el mérito de ser la primera mujer periodista en el país, a raíz del trabajo cotidiano como tipógrafa de una imprenta. Camagüeyana de nacimiento, Domitila encaminó la fundación de la revista El Céfiro, al tiempo que creó la Academia de Tipógrafos y Encuadernadoras, única de su tipo en el país en ese momento. Además, se encargó de la impresión de las primeras proclamas de Carlos Manuel de Céspedes para animar al pueblo a la lucha armada.
Emilia de Córdoba y Rubio (1853-1920)
Valentía es la palabra precisa para describir a esta mujer. En contra de la esclavitud y dispuesta a los azares independentistas, Emilia es conocida por ser benefactora de los negros, de las féminas y de los pobres.
Fue pionera en el ejercicio de la mecanografía y se convirtió en la primera mujer en ocupar un cargo en la Secretaría de Obras Públicas.
Laura Martínez de Carvajal (1869-1941)
Fue la primera dama en graduarse de médico en Cuba. Esto sucedió el 15 de julio de 1889. Enfrentándose a la sociedad de su época y contra toda crítica, cursó las carreras de Ciencias Físico-Matemáticas y Medicina.
María Luisa Laborde y Perera (¿-1909)
En la Universidad de La Habana no trabajó una mujer hasta el 2 de mayo de 1896. Esa fue María Luisa, quien comenzó en las funciones de administradora y empleada de secretaría, de acuerdo a los archivos de la Casa de Altos Estudios. Más tarde, en 1899, ocupó el cargo de cuarta oficial de la secretaría principal del instituto.
María Calvo Nodarse (1892-1977)
Todos la conocen por Macorina, la cubana famosa por su belleza. Es considerada la primera mujer en el territorio en manejar un auto y obtener licencia de conducción.
Berta Moraleda
Ella, joven y aventurera, se convirtió en 1930 en la primera mujer en manejar un avión en Cuba de manera profesional. Moraleda logró la hazaña con apenas 18 años, luego de matricularse en el primer curso de la Compañía de Aviación Curtiss, en el aeropuerto de Rancho Boyeros. Antes, la habanera tuvo que imponerse a la negativa de su padre.
Zoila Casas Rodríguez
Otra camagüeyana en la lista. Zoila es considerada la primera mujer locutora en América Latina (1922). En la emisora 2LC, su voz anunciaba diversos números musicales y, además, conducía un espacio infantil donde se narraban cuentos para los niños.
María de los Ángeles Santana (1914-2011)
Todos la conocen por haber sido una de las actrices cubanas más exitosas de su tiempo. No había escenario en la Isla que no ocupara, ya fuese en el teatro, la radio, el cine o la televisión. Además de vedette y cantante, también se lleva el mérito de ser la primera mujer en conducir una motocicleta en el país.
Por las calles de La Habana, anduvo ella encima de una Harley Davison, propiedad de su esposo Julio Vega, quien era uno de los accionistas del conglomerado de medios CMQ.
Elena Vigil Santos (1941-)
En el año 2013, fue reconocida por el gremio de las ciencias en el país con el Premio Nacional de Física “Manuel Francisco Gran Guilledo”, siendo la primera mujer cubana en obtener tal distinción en la mencionada categoría.
Elena ha dedicado su vida a trabajar en los dispositivos semiconductores. Sus estudios comprenden el desarrollo “de la energía solar y las celdas solares fotovoltaicas nano-estructuradas”.
Nerva Cot Aguilera (1939-2010)
No todas alcanzan lo que ella. En 2007, Cot fue la primera mujer ordenada obispo de la Iglesia Episcopal Anglicana en América Latina y el Caribe. Nerva está considerada un símbolo de la representación femenina en las iglesias, un entorno donde las figuras principales históricamente han sido los hombres.
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