El 28 de abril, en plena cuarentena, Made in Cuba Events cumplía su primer aniversario. “Un año intenso, enriquecedor, duro, gratificante”, anunciaban en sus redes sociales.
Este no es uno entre tantos negocios dedicados a la organización y gestión de eventos. Desde Cubalite conversamos con su equipo y aquí te traemos algunos datos sobre un grupo de emprendedores que se definen, primeramente, como soñadores. Solo a través de mentes inquietas e imaginaciones infinitas pueden aparecer productos tan espectaculares.
Esta iniciativa surge por la motivación de mostrar las potencialidades, como destino turístico, que tiene nuestra Isla a través de la organización de eventos. “Queríamos transmitir, en primer lugar, algo bien autóctono y muy cubano, para reafirmar que todo lo que hacemos tiene ese sello. Empleamos objetos creados por artesanos y artistas nacionales, mediante especialistas en el sector formados aquí y con excelentes productos y experiencias para mostrar al mundo”.
Centrados en la decoración y coordinación, fundamentalmente, en el área de incentivos, actividades corporativas, reuniones, convenciones en cadenas hoteleras, “nuestro principal mercado son los eventos empresariales y corporativos; vimos una oportunidad en ese nicho no tan copado por otros grupos”.
No obstante, también puedes contratar sus servicios para la organización de acontecimientos más sociales como bodas, ceremonias, propuestas de matrimonio, fiestas de aniversario, cumpleaños, baby showers…
“Emociones, experiencias, diseño, pasión y compromiso, son las líneas que conforman nuestra identidad. Nos encanta soñar sin límites y crear a la medida de la imaginación de los clientes, ofreciendo una amplia gama de posibilidades para la decoración. Procuramos la interacción armónica entre los participantes y la ambientación de cada uno de los espacios, para que cualquier celebración sea siempre memorable”.
Made in Cuba Events trabaja siempre junto a la cadena hotelera Meliá. “El Hotel Melia Habana ideó las noches de cine, un excelente producto, y nosotros nos encargamos del diseño y creación de la magia en estas noches”.
Luces, cojines, antiguos carretes, un proyector, una autocaravana son algunos de los elementos que dieron vida a esa iniciativa.
“Vivimos cada cosa que hacemos con la intención de generar emociones y la ilusión de superarnos en cada una. Para recrear las temáticas reunimos al equipo: gestores, floristas, y de la mano de Sandra Haug, nuestra diseñadora de gran experiencia y autenticidad en su trabajo, logramos la tranquilidad y ambiente del cine, pero al aire libre”.
De la mano de Meliá también les llegó otra oportunidad inigualable: la Cena de Retribución de los Reyes de España al gobierno cubano en el habanero Palacio de los Capitanes Generales. “Comenzamos a investigar cómo era la dinámica de cenas de este tipo, y conformamos varios proyectos de diseño del espacio seleccionado. Realizamos alrededor de cuatro pruebas de presentaciones, y nos dijeron que tenía que ser un evento sobrio y elegante, acorde a tan majestuoso lugar. Luego de varias ideas de montajes de centros, se nos ocurrió utilizar las bombillas de los candelabros antiguos para la iluminación natural de las velas, adornados con rosas blancas, asociadas a la perfección y belleza, al romanticismo. Los demás elementos de decoración, textiles y mobiliario, se mantuvieron clásicos: mucho blanco y tonos hueso acompañaron el resto de la decoración”.
Quizás, al ver las imágenes de ese día, puedas pensar que el nivel de complejidad mayor estuvo en los elementos decorativos, pero no fue así. “El reto principal fue el montaje, en cinco horas, de 250 metros de piso de madera para lograr un suelo estable y sin riesgos para los invitados. Luego de incontables pruebas de montaje y una minuciosa selección de todos los elementos, llegamos al resultado final, del que estamos realmente satisfechos”.
Pero Made in Cuba Events no solo estuvo a cargo de la decoración de la cena de retribución de los Reyes de España. Mientras hacían el montaje de esta, “a la par estábamos trabajando en la decoración del almuerzo que tuvo lugar en la Residencia del Embajador de ese país, donde estarían presentes sus majestades y tuvimos que dividir el equipo para poder cumplir con ambos propósitos. Sin dudas fue un día difícil pero muy gratificante”.
Nos cuentan de su predilección por los eventos al aire libre, pese a que ahí las condiciones climáticas pueden atentar contra sus creaciones. También prefieren los montajes en lugares que representen la historia y el patrimonio de Cuba.
El primer evento grande que organizaron tuvo 250 invitados catalanes en la Plaza de La Catedral de La Habana. “Además de las tensiones que siempre genera algo de esa envergadura, fue un día en que el clima nos mantuvo en alerta: se pronosticaban lluvias, pero montamos la cena bajo esa amenaza y mucho estrés. No cayó una gota a la hora de la cena”.
Otro de sus sitios favoritos es la Loma del Ángel, “donde todo es al aire libre y sin posibilidades del llamado plan B en caso de aguacero. En el montaje de un incentivo para clientes de una de las agencias de viajes con las que trabajamos, estuvimos todo el tiempo en jaque por los nublados: realizamos el montaje de mesas y decoración general en siete ocasiones. Pusimos a prueba nuestra capacidad de equipo, pero el resultado final fue espectacular”.
Ahora probablemente pensarás que todo lo anterior es fruto del trabajo de un equipazo, y la verdad lo es, pero no por la cantidad: solo cinco personas forman parte de este proyecto (Dalney Alverdi, CEO y fundadora; Sandra Haug, diseñadora; Ingrid Páez, comercial; Lisset Brito, logística, y Dennys De Vales, comercial y florista). Aunque cada uno tiene delimitadas sus funciones, en el momento del montaje todos se ponen manos a la obra.
Como anécdota nos contaron sobre un día en que, en medio de los preparativos de la decoración, “pasaba un camión justo en el momento en que se estaban montando las luces aéreas. Estuvo a punto de arrasar con todo, pero la reacción rápida de Dalney fue encaramarse de forma súbita sobre la reja de una ventana de dos metros de altura y tratar de salvar las cadenas de luces. Lo gracioso fue que, a la hora de bajar, no sabía hacerlo, porque no recordaba cómo había llegado hasta allí”.
Para este equipo no hay imposibles. Si las peticiones se tornan complejas, buscan la manera de hacerlas realidad.
“Unos clientes nos pidieron que colocásemos en un salón del Hotel Meliá Cohiba un auto clásico, algo que no era posible lograr y tuvimos que echar nuestra imaginación a volar. Para poder satisfacer la petición, se nos ocurrió hacer el frente de un auto clásico a tamaño real para el photocall, y que les transmitiera a los invitados la hermosa sensación que es pasear por el Malecón habanero en un descapotable de los años 50. En este mismo sitio, querían tener 15 palmeras y 150 sillas diferentes para recrear el ambiente de la Cuba auténtica. Lo logramos gracias a nuestra capacidad de coordinación y la creatividad de un equipo que propone transitar por la historia, el patrimonio, la gente y la naturaleza de nuestra isla”.
P.D: Si quieres contactarlos, aquí te dejamos todos los detalles:
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