En la tarde del pasado lunes 3 de febrero, el trovador Eduardo Sosa sufrió un accidente cerebrovascular de perfil hemorrágico, luego de su participación en la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa, según informó en una nota el Instituto Cubano de la Música.
Tras el suceso se le atendió en el servicio de neurocirugía del Hospital General Docente Dr. Agostinho Neto de Guantánamo y en la mañana del martes 4 de febrero se procedió a practicarle una intervención quirúrgica, la cual «resultó satisfactoria», según dio a conocer la mencionada fuente.
En ese entonces trascendió que el paciente mantenía una hemodinámica estable, aunque su estado era crítico, razón por la que se hallaba en observación.
Ese propio día, el diario Granma ofreció otros detalles luego de intercambiar con Katherine Pérez Martínez, doctora intensivista en la institución hospitalaria donde es atendido el músico. En dicho diálogo, la especialista explicó que aunque el procedimiento quirúrgico hizo que disminuyera el edema cerebral, el foco hemorrágico todavía permanecía activo.
La médico también dijo que para ofrecer opiniones sobre una posible mejoría, lo ideal sería esperar entre 24 y 48 horas, pues en un corto período de tiempo «no se esperan cambios significativos» en el estado de Sosa. Puntualizó además que el riesgo de complicaciones era alto.
El miércoles 5, de acuerdo con el parte ofrecido por el team médico a las 7:00 AM, el santiaguero mantenía el mismo estado y los pronósticos eran reservados. «En las últimas horas se ha registrado una estabilidad en sus signos vitales, específicamente en su tensión arterial, que se mantiene dentro de los valores normales», indicó una información que apareció en Cubadebate.
Igualmente se supo que el artista permanecía «intubado y bajo asistencia ventilatoria mecánica en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) de un centro hospitalario que no ha sido especificado».
Su condición general sigue siendo grave, refiere la citada web, pero «los equipos médicos han logrado estabilizar su hemodinámica, un factor crucial para evitar complicaciones inmediatas».
Ayer según el periódico local Venceremos, se conoció que Eduardo se mantiene con soporte ventilatorio y no se aprecian evidencias de mejoría en cuanto a su estado neurológico, «asociado además a complicaciones respiratorias infecciosas, lo que le confiere estado crítico; con pronóstico reservado».
El músico nacido en 1972, oriundo de Mayarí, debutó como profesional a mediados de los años 90 cuando formó parte del dúo Postrova, con el que se mantuvo durante un lustro y grabó dos álbumes.
Tras el fin de ese binomio, Eduardo, quien nunca estudió música y se graduó como pedagogo, lanzó su carrera como solista y comenzó a presentarse en los espacios habituales para la promoción de la trova a lo largo de todo el país.
«La trova yo no la pienso como un género, la considero una actitud, ética y estética, y dentro de ella puedes escuchar son, guaguancó, balada, rock, de todo, por lo tanto, todos esos ritmos confluyen en la trova», declaró en una entrevista con la agencia de noticias Prensa Latina. «Con toda confianza, yo lo que sí me siento es trovador», sentenció.
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