Cuando hace una semana la Comisión Nacional de Béisbol hizo pública la preselección de 63 peloteros, de la que saldrán los nombres que defenderán a Cuba en los principales eventos de este año, dígase Juegos Panamericanos y Premier 12, rápidamente la afición conformó su lista con los principales ausentes, vieja tradición en el mundillo beisbolero de nuestro país. Si algo en Cuba es una verdad como un templo es que en materia de béisbol nunca existirá el consenso absoluto y peor aún cuando se trata de la conformación de selecciones nacionales. Ejemplos sobran para un grueso libro.
Entre los atletas que no están en el amplio grupo que ya comenzó sus entrenamientos, los seguidores resaltaron el caso del artemiseño Lázaro Hernández, un antesalista de sobradas condiciones físicas, incluido entre los talentos de más valor en la Serie Nacional y un fuerte aspirante a beneficiarse del acuerdo firmado el pasado 19 de diciembre entre la Federación Cubana y la MLB. En la anterior contienda, el nacido en Candelaria se destapó a batear como reflejan su average de .384 y la producción ofensiva de 38 imparables, seis dobles, siete jonrones, 30 carreras impulsadas y OBP de .492.
La razón por la que el jugador de 26 años no fue invitado a la preselección nacional es porque en estos momentos se encuentra fuera de Cuba. Hernández terminó lesionado la primera fase y en diciembre aproximadamente viajó hacia República Dominicana, donde viven su esposa y su hijo. Recuerden que él marchó por primera vez hacia territorio quisqueyano en 2015 y en 2017 se reincorporó a los Cazadores dirigidos por Danny Valdespino.
Sin embargo, parece indicar que el horizonte de Hernández no estaba en integrar algún elenco cubano en el presente año, de acuerdo a una información que una fuente cercana hizo llegar a Cuba Lite desde Estados Unidos. En la mañana del venidero lunes estará, junto a un paisano, en un showcase en los campos de entrenamiento de la Universidad de Miami, donde se le podría allanar el camino hacia las Mayores, puesto que él es un agente libre listo para firmar contrato con la MLB.
El tercera base artemiseño, asistente a un Campeonato Mundial de cadetes y a otro certamen del orbe juvenil, archiva seis contiendas en el béisbol cubano, desde su debut en 2011. Promedia de por vida .262, con 45 tubeyes, ocho triples, 40 cuadrangulares, 146 impulsadas, 249 imparables y 14 bases robadas en 25 intentos. Su debilidad más preocupante la arrastra desde su estreno, cuando se ponchó 63 ocasiones en la campaña 51 y en la actualidad la cifra de estrucados se extiende hasta 262, para un promedio de 44 por campeonato.
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