Cuba es un destino turístico privilegiado. Alrededor de 5 millones de visitantes disfrutan cada año de sus playas, hoteles, y varios tipos de experiencias. Sin embargo, existen otras rutas por explorar.
Algunas de las mejores ruinas históricas del país están asociadas a la época colonial, al azúcar y al café. Centrales, cafetales y otros sitios llenos de historia y singularidad, ofrecen experiencias culturales inigualables.
En Cubalite te invitamos a retroceder en el tiempo y conocer sobre estos 6 lugares asombrosos de Cuba, cuyas ruinas quizás hasta hayas visitado y no para hacer turismo precisamente.
Ruinas del antiguo cafetal Angerona
Los restos aun conservados de la vivienda, almacenes, barracón y secaderos constituyen un símbolo del esplendor de los cafetales del occidente cubano en el siglo XIX. Ubicado en la provincia de Artemisa, sus terrenos, en 1813 estaba situados en la próspera zona del corral de San Marcos, nombrado «Jardín de Cuba» debido a la bonanza de sus cafetales.
Cornelio Souchay, emigrante alemán, propietario de las tierras, tuvo como brazo derecho a Úrsula Lambert, morena haitiana que había llegado a Cuba huyendo de la revolución en Haití. Ambos vivieron, según se dice, un intenso amor y convirtieron a Angerona en la segunda plantación cafetalera más importante de la Isla. Contaba, entre sus más de 25 instalaciones, con un sistema hidráulico que suministraba agua al cafetal por gravedad.
Ruinas del cafetal Buenavista
También ubicado en la provincia de Artemisa, este lugar construido en 1801 por varios refugiados franceses que llegaron de Haití, se conoce como el primer cafetal de Cuba. Es sometido a gran cuidado y mantenimiento. Todavía se conservan los cimientos y otros elementos de la hacienda, la enorme tahona o tajona, (molino de piedra que se utilizaba para separar el grano de café de las cáscaras).
Actualmente es un sitio turístico que se encuentra a solo 1,5 kilómetros de la Puerta de las Delicias, centro de desarrollo sostenible de Las Terrazas, por lo que es incluido en muchas rutas y excursiones históricas.
Conjunto de ruinas de cafetales franceses en Santiago de Cuba
En estos lugares confluye una transculturación riquísima. Colonos franceses, emigrados a Cuba desde Haití, se adaptaron como nadie a los paisajes de la serranía, donde crearon más de 90 construcciones de las que hoy se conservan algunas ruinas de viviendas, secaderos de granos, molinos, establos y otras.
Entre sus fincas más prominentes están las pertenecientes al Cafetal Fraternidad, donde se desatacan, además de la casa de dos plantas con fachada y balconaje, los tanques de fermentación y los acueductos doméstico e industrial. La Isabelica, cafetal que fuera restaurado en 1961 y convertido en museo con 17 salas expositivas, muestra el aprovechamiento de espacios y la topografía de montaña al estar situado cerca de la comunidad de La Gran Piedra.
Conjunto de ruinas Valle de los ingenios o Valle de San Luis
En la Villa de la Santísima Trinidad parece que no existe nada que no tenga una memoria viva e historia fiel. Junto al centro histórico de la ciudad existe un conjunto de ruinas avaladas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad que están asociadas a la industria azucarera cubana.
Las torres-campanario de San Isidro y Manaca-Iznaga representaron en su momento la señal del principio y el fin de la jornada para los esclavos y se convirtieron en símbolo del auge de la actividad azucarera de esta región. Hacia 1827 allí existían alrededor de 56 ingenios, los cuales empleaban como mano de obra a más de 11 mil esclavos. Como novedad, en esta zona empleaban el método conocido como tren jamaiquino para la cocción del guarapo (sistema de cinco calderas que se alimentaban del fuego de un horno común).
Ingenio Taoro
Las ruinas del antiguo ingenio Taoro se encuentran ubicadas en el municipio Bauta. Para entender las dimensiones que alcanzaran en su época estas instalaciones nos bastaría saber que en lengua yoruba, el vocablo Taoro, significa riquezas y opulencia.
De este lugar actualmente se conservan algunos restos de lo que fueran los barracones. Sus construcciones fueron testigos de los rigores, las penurias y el trabajo a que eran sometidos los esclavos durante la colonia. Según se narra en las páginas de la historia de Cuba, el fuego mambí arrasó estas edificaciones en 1896. El ingenio fue escenario de un combate librado por el General Antonio Maceo contra el ejército español.
Ruinas de la Mansión Josefina en el Bosque de La Habana
El Gran Parque Metropolitano de La Habana, conocido popularmente como el Bosque de La Habana, es una paisaje natural de densa vegetación. En medio de la franja ecológica que se extiende a orillas del río Almendares, se halla la Isla Josefina.
La señora Josefa (Josefina) Juana Gabriela de Embil Quesada fue la antigua propietaria de estos terrenos en la segunda mitad del siglo XIX. Ocultos entre la vegetacion exuberante de la zona, aun es posible identificar la que fuera su mansión. Arcos que representan la opulencia, escaleras de varios peldaños y una vista impresionante debieron hacer de esta construccion una de las más destacadas de su época.
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