La desconocida historia de un genial artista cubano que desapareció en misteriosas circunstancias (aquí detalles)

5 min


3
El pintor cubano Ángel Acosta desde el lente del neerlandés Leo Klatser. Foto tomada de la web de In-Cubadora.

El 5 de diciembre de 1964, un barco partió desde Europa hacia La Habana. A bordo del navío venía, entre otros pasajeros, José Ángel Acosta León, artista cubano de la plástica que viajaba desde el Viejo Continente, luego de una estancia de más de un año en Francia, Italia, Países Bajos y Bélgica. Por aquel entonces, el consenso generado por el antillano entre los críticos de aquel lado del Atlántico, fue que se trataba de una sensacional revelación con gran futuro. “Lleva dentro todos los rasgos que pertenecen a los grandes de hoy y a las celebridades del mañana”, dijo de él el reconocido crítico neerlandés Hans Redeker.

Sin embargo, Ángel nunca llegó a pisar nuevamente el suelo de la Isla. Las últimas imágenes suyas las obtuvo Leo Klatser, fotógrafo y escritor de Países Bajos que lo “capturó” durante la estancia del artista en Ámsterdam. Poco después, el creador habanero desapareció misteriosamente del barco que lo traía y hasta la fecha no hay argumentos sólidos para explicar aquel suceso.

Entre las versiones que se manejan en torno a la ¿muerte? del pintor y escultor nacido en 1930, una de las más morbosas lo coloca como víctima de un asesinato. Otra hipótesis, la más difundida y hasta ahora casi oficial, habla de suicidio, línea argumental que se basa en la difícil vida que tuvo el artista, constantemente acosado por problemas emocionales.

A principios de los años 60, Acosta se había convertido en una de las figuras emergentes de la plástica nacional. Sus piezas, de estilo inspirado en el surrealismo, le funcionaron como una vía de escape para canalizar la parte más compleja y dolorosa de sus sentimientos y experiencias de vida.

“En sus obras abundan formas animales, humanas y mecánicas que incorporan elementos de la realidad cubana como cafeteras, barras de aguardiente, tractores, ruedas, palmeras, juguetes, yunques, etc. Las figuras, surgidas de su imaginación, parecen flotar en la nada como aves que surcan el cielo en busca de un objetivo específico”, publicó Gabriela Hernández, curadora del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA).

El artista Nelson Jalil, en su texto Ángel Acosta León se mira a sí mismo, lo describe como “un personaje silencioso y taciturno que habitaba en un oscuro cuartucho de la calle Belascoaín, y que vacilaba tímidamente antes de dar por terminada una obra, dudoso de su talento. A diferencia de Fidelio (Ponce), Ángel no reclamaba atención para sí. Según testimonio de Loló de la Torriente, en esas ocasiones en que lo hallaba desolado y le preguntaba: ‘¿Qué te pasa?’, él respondía: ‘Nada, no te preocupes por mí’”.

Carrusel de la paz, obra de Ángel Acosta. Foto tomada de la web que contiene la colección del MNBA.

Proveniente de una familia muy pobre, de niño tuvo que mendigar en las calles, enviado por sus propios padres, alcohólicos y de muy poca instrucción. Ya con más de 20 años, entró en el curso nocturno de la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro. Para pagarse la matrícula, trabajó en la Estación Central de Autobuses de La Habana realizando tareas de limpieza, como chapistero y luego cobrador de pasajes. Finalmente, se graduó en 1957 en las especialidades de Pintura y Escultura y a partir de entonces se dedicó a tiempo completo al arte. Dos años después de salir de San Alejandro, su carrera empezó a despegar, sobre todo después de unirse a Alfredo Sosabravo para exponer en la entonces conocida como galería del Arte y Cinema, situada en La Rampa.

“Persona taciturna y depresiva, Acosta León era conocido por evitar el contacto con la gente durante días seguidos y dedicaba largas horas de su tiempo libre a la pintura, especialmente las horas nocturnas de insomnio. Sus representaciones, aunque no totalmente libres de narrativa, se centraban más en el poder inherente del color, la luz y la forma para crear atmósferas oníricas y desoladas”, fue como lo describió la reconocida galerista Nercys Cernuda en su página web.

A pesar de sus batallas personales, en 1959 recibió una gran alegría cuando su pintura Familia en la ventana rompió su ruptura total con el academicismo y le hizo merecer uno de los galardones del Salón de Pintura y Escultura.

Aquel mismo año obtuvo el premio Adquisición del Salón Anual de Pintura, Escultura y Grabado, organizado por el MNBA de nuestra capital, y también compitió en el afamado Concurso Guerlain y fue invitado junto otros cubanos como Cundo Bermúdez, Sandú Darié, Amelia Peláez, René Portocarrero y Mirta Cerra, para participar en la expo colectiva de la Bienal de Sao Paulo, Brasil.

Posterior a su potente irrupción en la palestra pública nacional, Ángel optó por sumar a sus creaciones varios elementos relativos a la realidad cubana de inicios de los 60, a propósito de lo cual celebró una de sus primeras muestras personales en la Casa de las Américas.

Para 1961 empieza a introducir en sus pinturas las “naves” y “estructuras”, donde junta elementos de su etapa como obrero con motivos de fantasía. Como consecuencia, surge Cafetera no. 1, una de sus piezas más célebres.

Cafetera no. 1 (1960). Foto tomada de la web que contiene la colección del MNBA.

“En obras como esta, Acosta quiso incluirlo todo. Son condensaciones supremas en donde puede estar resumido el drama del hombre. El objeto banal se ha convertido en un símbolo, en un icono con una carga expresiva de la mayor tensión, en el cual el artista ha vaciado como en una catarsis, no solo su propia angustia existencial sino el testimonio de su época”, fueron las palabras de Ramón Vázquez Díaz, otrora curador del MNBA, para hablar de Cafetera…

Más adelante, creó otras series basadas en artículos aparentemente pedestres y de ahí salieron cuadros como Juguete y Colombina no. 1. En la lista de sus creaciones más notables se pueden contar también Carrusel de la paz (1961), La nave (1961), Palma bélica (1961), El yunque (1962), La gran carreta (1961), Reloj (1960) y Autorretrato (1959) y El buque (1964).

A la altura del 63, ya convertido en un estelar, se fue a Europa gracias a una beca de la UNESCO que le permitió estudiar en Francia. Durante esa etapa, expuso en las galerías parisinas Charpentier y Gallerie du Dragon, e igualmente en D’Eendt (Ámsterdam), Schiedam (Róterdam) y Maya de Bruselas, urbe esta última en donde compartió con colegas como el chileno Roberto Matta, el alemán Horst Antes y el francés Yves Tanguy.

En 1964, el renombrado crítico de arte holandés Hans Redeker comentó, refiriéndose al talento de Acosta León: “se le recuerda principalmente como un artista con una gran sensibilidad y una ardua pasión por la pintura. Pasó gran parte de su vida luchando contra sus miedos, sus obsesiones, todo ello anhelando el reconocimiento como creador”.

“Recuerdo que en París, hará unos treinta años, Acosta León me dijo que no podría tomar nunca más el metro. Inmediatamente atribuí ese rechazo a la monotonía de los trayectos, al deseo de conocer la ciudad o a la claustrofobia. No se trataba de eso: la hipersensibilidad, la captación desmesurada, como agrandada por una cámara de eco, que el pintor tenía de todo lo que le rodeaba era tal, que no soportaba la crueldad y el ensañamiento con que el empleado, a la entrada del túnel, perforaba el billete de metro…

“Así, me parece, que suenan sus cuadros: chirridos, rumores delirantes o tintineos de instrumentos quirúrgicos, las ruedas son las de un carro de disección; su brillo siniestro y meticuloso el de una morgue”, expresó el poeta y periodista cubano, Severo Sarduy, a propósito de la exposición realizada en honor a Acosta León, en la Gallerie du Dragon de París en julio de 1990.

👉Si quieres recibir en tu WhatsApp los artículos que publicamos habitualmente sobre temas cubanos o la actualidad de personalidades dentro y fuera del país, únete a nuestro grupo:

👉(Pincha aquí para unirte)

Juguete, obra de Ángel Acosta. Foto tomada de la web que contiene la colección del MNBA.

Anuncios
Anuncios
Anuncios

0 Comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

× ¡¡¡Contáctanos!!!