Varios días atrás concluyó en República Dominicana un torneo de béisbol en el que bien pudo participar un plantel cubano y, por razones que desconozco, no intervino. Realmente hubiese sido una gran oportunidad para enviar allí a un equipo conformado, en plenitud, por peloteros jóvenes, pues uno de los objetivos fundamentales fue darles juego a países sin mucha tradición, lo que hubiese permitido a los nuestros un acercamiento a una pelota un tanto desconocida y con mucha voluntad de progreso.
En la II Copa del Caribe, organizada por la Confederación del Caribe del Béisbol (COCABE), participaron equipos de Perú, Haití y los locales (Grupo A) y en la llave B, Islas Vírgenes de los Estados Unidos, Aruba, Venezuela y el debutante Jamaica. Los encuentros se desarrollaron en el Complejo Deportivo Melvin Mora y en el Complejo de los Reales de Kansas City, en Santo Domingo.
A pesar del no concurso de ningún elenco insular, en el equipo peruano, subtitular a la postre, militaron dos cubanos. El manager Kenny Rodríguez y el Comisionado Técnico, Ricardo Miranda, aplicaron sus conocimientos y sus respectivas experiencias en la Serie Nacional y en ligas profesionales para que los peruanos consiguieran un muy buen desempeño que mejoró con creces el resultado de la edición anterior, igualmente en República Dominicana, donde terminaron quintos entre seis naciones.
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Los seguidores de la pelota antillana deben recordar a ambos jugadores sin mucho esfuerzo. Comencemos por Kenny, quien fuera integrante de la selección nacional que logró el cetro en el Campeonato Panamericano juvenil, en Curazao 2003, donde resultó uno de los mejores exponentes en el montículo.
Luego de eso, el nacido en la localidad artemiseña de Las Cañas dio el esperado salto a la Serie Nacional y disputó cuatro temporadas con el desaparecido conjunto de los Vaqueros de La Habana e, igualmente, estuvo en dos Súper Ligas.
A finales de julio de 2006 fue el único jugador cubano en abandonar el equipo nacional universitario que viajó a Ecuador para sostener cinco partidos amistosos. Exactamente un año después llegó a un acuerdo de Liga Menor con los Azulejos de Toronto, organización con la que se mantuvo de 2008 a 2010, llegando hasta AA. Antes de ser liberado en julio de hace nueve abriles, abrió en 55 juegos, con desempeño de 22 victorias, 20 derrotas y promedio de carreras limpias de 4.32.
Representó a Perú como jugador en varios eventos internacionales en el área, entre ellos los Juegos Bolivarianos en Trujillo 2013 (tercera base y pitcher) y los Campeonatos Sudamericanos de Brasil 2015 y Perú 2016, ediciones en las que su elenco conquistó la medalla de bronce.
A sus 34 años, es el mentor de la selección peruana absoluta desde hace más de 12 meses y a inicios de 2019 estuvo a punto de regresar a la Isla al frente del equipo sudamericano para desarrollar varios choques de preparación de cara a los Juegos Panamericanos de Lima, mas no pudo por cuestiones personales.
Por su parte, El Miro Miranda, como popularmente se le conoce a Ricardo entre sus compañeros en equipos habaneros durante finales de los 80, la década del 90 e inicios del nuevo milenio, en el plantel peruano ocupó la función de Comisionado Técnico.
Militó en 13 contiendas con Metropolitanos (5) e Industriales (8), con promedio ofensivo de .286, 598 imparables, 98 dobles, 29 jonrones y 263 remolcadas como receptor. Conformó selecciones nacionales al Torneo Interpuertos de Rotterdam en 1995 y a dos certámenes universitarios (Honduras 1993 y México 1995), además de jugar en varios Clubes Campeones en territorio azteca.
Según dijo a Cubalite Miranda, en 2005 jugó en la Primera División de Holanda con el club Almere Instant y bateó por encima de .300. Luego trabajó en la Federación de Béisbol de Ecuador y reside hace casi una década en Perú, ligado siempre a la pelota de ese país, ocupando funciones de responsabilidad.
En cuanto al rendimiento del elenco peruano en la II Copa del Caribe, les digo que comenzó con derrota ante los anfitriones de 0-9 y después le propinaron paliza de 16-1 a Haití. Terminaron segundos en el grupo A y en la semifinal aventajaron cerradamente a Islas Vírgenes 6-5, mientras que por la discusión del título sucumbieron contra República Dominicana 1-7.
Las huestes de Kenny estuvieron conformadas, mayormente, por atletas con experiencia en los pasados Juegos Panamericanos, y este torneo les ayudó en la preparación con vistas al Campeonato Sudamericano de Tocopilla en Chile, en marzo de 2020.
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