Cuando el padre de José Luis Martínez abandonó a su familia, lo hizo en el peor momento posible. Juntos, el muchacho, sus dos hermanos y la madre, sobrevivieron durante toda su infancia gracias a la ayuda de unos pocos y a los constantes milagros arquitectónicos que permitieron a la casucha familiar no ser barrida por las crecidas del río que pasa por el barrio marianense de Cocosolo.
“Mi niñez fue muy precaria y tuve que hacer muchos trabajos difíciles, entre ellos cantar y tocar las claves en las guaguas”, relató en una oportunidad.
Él mismo ha contado que proviene de una familia artística, pues su madre, los hermanos de ella y su abuelo eran músicos.
Entre el hambre, las necesidades y trabajos, el joven nacido en la tarde del 22 de abril de 1940, consumía todo el rocanrol posible y coqueteaba con la guitarra para escaparse de la realidad.
De acuerdo a declaraciones suyas a un diario español, durante la invasión por Playa Girón fue herido y recibió una medalla. Aún en el ejército, estuvo a punto de ser enviado a estudiar en la República Democrática Alemana, pero él tenía clarísimo que la música no era algo postergable.
Comenzó a trabajar en la fábrica de hielo de la cervecería La Tropical y fuera de la jornada laboral se dedicó a estudiar con gran dedicación. Su primer maestro fue Esteban Forest. De él aprendió teoría y solfeo mientras estudiaba piano. Luego pasó por la Escuela de Superación Profesional “Ignacio Cervantes” (guitarra y armonía) y posteriormente se desempeñó como profesor en un centro artístico.
Tuvo también como maestros a Alfredo Diez Nieto, Vicente “Guyún” González-Rubiera, Norman Milanés Moreno y Armando Romeu, y ya a los 15 era capaz de cantar y tocar con fluidez.
Aún sin mucha experiencia artística, José Luis armó su primer trío, llamado Siboney, junto a otro par de novatos: Juan Formell y Mario Quijano. Según refiere una fuente, el nombre de la banda venía del barrio en donde vivía Juan, cerca del cual estaban las casas de los otros dos integrantes.
Aunque aquella experiencia duró hasta que Formell empezó a trabajar profesionalmente como bajista, poco después Martínez se unió a Raúl, nieto de Sindo Garay, y Alberto Villacampa, para crear el trío D. Ud, con el que tocaron en establecimientos como La Carreta y el Monseñor, hasta que más adelante el primero se fue del país y el segundo falleció. Por ellos entraron Lourdes Gil e Hito Valdés, quien cambiaría el nombre de la agrupación a Lourdes Gil y los Galantes.
Después de que se cayera aquel proyecto, José Luis pasó por Los Titanes y Los Andes antes de que un día, mientras tocaba en el restaurante capitalino La Torre, Formell volvió a contactarlo para unirse a la Orquesta Revé, de donde pasaría luego a ser guitarrista y cantante fundador de ese fenómeno conocido como Los Van Van.
Con El tren de Cuba, José Luis tuvo la responsabilidad de trabajar montando el repertorio y organizando las armonías vocales de sus cantantes. Entre sus momentos más notables estuvo el exitazo Marilú, al cual tuvo la oportunidad de poner la voz.
Además de Los Van Van, Martínez tocó en el cuarteto Los Modernistas, los tríos Los Modernos, Taicuba y Los Tradicionales (de Carlos Puebla).
Mientras vivió en la mayor de las Antillas recorrió medio mundo: estuvo en la Unión Soviética, Francia, Japón y China, en donde llegó a presentarse en directo ante el líder chino Mao Tse Tung.
En la primera mitad de los 90, el músico Manuel Quijano, integrante junto a sus hermanos, Raúl y Oscar, de la agrupación Café Quijano, estuvo en la Isla buscando talentos para llevárselos de gira por España. Uno de los elegidos fue José Luis, quien inicialmente se fue a trabajar, pero allá se enamoró de una mujer en la ciudad de León y terminó aplatanándose del otro lado del Atlántico.
Una vez establecido en la península, continuó colaborando con los hermanos Quijano y fue parte fundamental en los arreglos de orquestaciones y voces para su álbum debut homónimo, lanzado en 1998, que se coló pronto en las listas de éxitos.
En tierra española también se dedicó a tocar en varios espacios con el dúo Tradición, entre los cuales se incluyó el pub La Lola, perteneciente a la familia Quijano.
Posteriormente, en 2002 se fue temporalmente a Nueva York, en donde integró Los acustilocos y fundó José Luis y Son Cubanos.
En su perfil en Facebook ha publicado que, una vez de vuelta en España, en 2005 pasó a ser miembro del cuarteto coruñés Cubaney, con el cual estuvo un año entero en Dubai, Emiratos Árabes Unidos.
Tras terminar su contrato en tierra árabe regresó a Europa y allí se mantuvo tocando en La Lola hasta 2015, momento en que se mudó a Miami, Estados Unidos, país donde reside actualmente.
Martínez, padre de dos hijas y abuelo de tres jóvenes, es, además, un gran amante de la filosofía, particularmente de la obra de célebres como el alemán Arthur Schopenhauer y clásicos griegos como Platón y Aristóteles.
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Que interesante su historia, y que agradecido debe de sentirse con la vida, que AUNKE desde Niño los golpeó la desolación y la miseria,El pudo trabajar y vivir de lo que le gustaba la música, y bueno la filosofía es algo colateral, a mi me fascina…Mi Madre de puberta también vivió allí en Cocosolo, SIENPRE me hablaba de esa niñez en 124 calle y ave 33.. Mis Respetos… para el Marianense…