El nombre de Joan Carlos Pedroso Brooks se incluye en la selecta lista de bateadores con más fuerza y físico impresionante que ha tenido la pelota cubana en las dos últimas décadas, por no ampliar más el diapasón. Entre otras cosas, conocido por la magnitud de sus batazos y por ser el cuarto madero de Las Tunas en numerosas temporadas, Pedroso también es recordado por ser un jugador polémico durante buena parte de su trayectoria deportiva e incluso luego de no jugar más en la Serie Nacional.
Su figura generó controversia en diferentes momentos: en la integración de algunas selecciones nacionales; en el ocaso de su carrera con los Leñadores, cuando salieron a flote fuertes discrepancias con el director de entonces, Juan Miguel Gordo, quien fuera compañero suyo en varias contiendas; luego de su última temporada, tras conseguir un contrato en uno de los circuitos del béisbol italiano en abril de 2014, sin el respaldo de la Federación Cubana.
El último acto polémico que involucró al slugger sucedió hace un año y algunos meses, cuando se anunció que podría intervenir en la Serie Provincial tunera —trampolín para retirarse con los Leñadores en el principal campeonato doméstico—, afirmación que en nada perdió su validez. Sin embargo, poco tiempo después la Comisión Provincial repensó y autorizó su retorno a la pelota cubana, pero Joan Carlos hizo oídos sordos a algo que él mismo había deseado.
A mediados de marzo de 2018 se conoció el motivo por el que el otrora inicialista se había desentendido de su hipotético regreso a la Serie Nacional. Los Saraperos de Saltillo oficializaron su contrato como coach de bateo de la organización perteneciente a la Liga Mexicana veraniega. Esa designación supuso su continuación en el béisbol azteca, iniciada en 2014 como jugador de la Liga del Pacífico y luego, al año siguiente, de la Liga del Norte.
Antes de su nombramiento como entrenador de bateo de los Saraperos, Pedroso ejerció esa función en 2017 con los Leones de Yucatán. Si algo es cierto es que en la vida deportiva actual del cubano ya no existen las polémica de antes, pues ahora respira mucha tranquilidad y admiración desde sus funciones como coach de bateo del plantel de Saltillo, que contrató sus servicios por segunda temporada consecutiva, en abril pasado.
El respeto ganado en el club mexicano lo confirman dos de sus jugadores. El versátil Javier Mireles expresó durante la pretemporada que “es bastante bueno tenerlo de regreso, su forma de trabajo nos ayudó mucho la campaña pasada porque tiene grandes conocimientos sobre el bateo, siento que esta temporada nos va a ayudar todavía más”. Mireles en 2018 exhibió buenos números, en gran medida gracias a la labor del tunero.
Mientras que Kristian Delgado aseguró en esta contienda que se ha sentido muy bien, pues se prepara constantemente. Añadió que físicamente está en excelentes condiciones para demostrarlo dentro del terreno de juego y dar lo mejor cada día. El jugador de cuadro dijo: “todos los días practico con mi coach de bateo Pedroso, que es quien me ha puesto en el mejor momento. Sólo hay que seguir sus consejos, uno de ellos es mantener adentro la pelota, batear más líneas que elevados y es lo que yo he venido haciendo en los últimos choques”.
En marzo de 2018, cuando se divulgó su nombramiento como entrenador de bateo de los Saraperos de Saltillo, el exjugador de 40 años, cumplidos el 23 de julio, afirmó como una de las garantías del éxito para quienes empuñan el madero: “para mí es trabajar todos los días aunque estés bien, nunca dejar de trabajar el extra y en las deficiencias. El bateo es muy difícil”.
esto es un buen ejemplo de los entrenadores en el deporte: no se brilla lo suficiente en el terreno, pero si en la enseñanza. pedroso ha sido uno de los peloteros que recibieron mas oportunidades en su carrera, pero nada. en el clasico de méxico fue lamentable y asi en otros mas. debio ser uno d elos mas grandes, condiciones le sobraban, pero parece que el aspecto «volitivo», jerga del fajardo, le jugó una mala pasada. carneado fue un catcher mediocre y ya ven. ojala y al tunero le vaya muy bien.