Ha comenzado el Festival de Cannes 2019, y si hay algo que ha llamado la atención hasta ahora, son los looks impactantes de Selena Gómez, en especial el de la alfombra roja de la inauguración. En un primer día duramente marcado por el vestido de cebra de Charlotte Gainsbourg y por la «bola» de que Javier Bardem encarnará al cantante mexicano Juan Gabriel en un futuro biopic, la actriz y cantante desfiló con un vestido blanco de Louis Vuitton y una falda larga con corte de raja en la pierna izquierda. Selena Gómez, 26 años, Capricornio, completó su elegante outfit con un collar de diamantes de Bvlgari y su cabellera totalmente recogida. Y este artículo no va de eso.
El Cannes de este año trae también otras cosas, sobre todo algunas películas que estábamos esperando hace tiempo. Regresan algunos viejos conocidos, que suman varias Palmas de Oro y Premios del Jurado en otras ediciones, y hay otros que con un sólido recorrido parecerían tener cuentas pendientes. Con una selección oficial que mete miedo, no hay un favorito para el máximo galardón, que se entregará el próximo 25 de mayo. Aquí va nuestra quiniela, por dónde pensamos que pueden ir los tiros.
Una propuesta que viene pisando fuerte es Dolor y Gloria, la vigésimo primera película de Pedro Almodóvar. El director español no ha tenido mucha suerte en Cannes, pero en esta ocasión, tanto el gran público como una parte importante de la crítica, parece coincidir en que ha llegado el momento de premiarlo con una Palma de Oro. De Dolor y Gloria, que es el filme español más taquillero del año, se ha dicho que es una película redonda, y que es la más personal del Almodóvar, quien vuelve al universo masculino de La mala educación, con un elenco encabezado por Antonio Banderas. El jurado, con Alejandro González Iñarritu como máximo decisor, bien pudiera inclinarse por esta propuesta.
Si hablamos de regresos, hay un par que suenan por encima del resto. Por un lado, Quentin Tarantino, cuya última película fue The hateful eight, del 2015, llega en esta ocasión con la esperada Érase una vez en Holliwood, que retrata la ciudad de Los Angeles de 1969, en una trama de múltiples intrigas. Otro que regresa después de una película no demasiado buena como Song to Song es Terrence Mallick. Mallick, al igual que Tarantino, sabe lo que es ganar la Palma de Oro, pues ya lo hizo con El árbol de la vida (2011) En esta ocasión A Hidden Life significa una vuelta a un tipo de narrativa menos experimental, y pudiera perfectamente depararle nuevas alegrías.
Con independencia de la calidad de las películas, hay directores a los que se les da bien el Festival y hay otros a quienes se les da mal. Ken Loach y los Hermanos Dardenne pertenecen al primer grupo. El británico ya ganó con El viento que agita la cebada (2006) y con I, Daniel Blake (2016) y los hermanos belgas con Rosetta (1999) y El niño (2005), además de llevarse el Premio especial del Jurado por El niño de la bicicleta (2011). Teniendo esto en cuenta, no sería una sorpresa que las películas suyas que concursan este año, Sorry we missed you, en el caso de Loach, y El joven Ahmed, de los belgas, se fueran con algún galardón. Si vemos el jurado de esta edición, y atendemos al contexto y también un poco al resto de las películas concursantes, pensamos que no deben ganar, pero no sería inteligente dejarlos fuera de las papeletas.
Contendiente de fuerza es igualmente el estadounidense Jim Jarmusch, con The dead dont lie. Nada más ver el reparto con que cuenta este filme lo hace percibir como muy prometedor. El maestro del cine independiente norteamericano ha incluido en esta ocasión a varios de los mejores intérpretes de lo que va de siglo XXI, como Bill Murray, Tilda Swinton y Chloe Sevigny y al talentoso Adam Driver, quien ya había aparecido en su anterior Paterson, y es uno de los actores de moda de los últimos tiempos. Tras incursionar en los vampiros con Only lovers left alive, Jarmusch se mete de lleno en el subgénero de los zombies. Habrá que ver cómo el jurado considera esta película.
Finalmente, hay que incluir en las quinielas a Xavier Dolan, el niño lindo de Cannes, que casi nunca se va con las manos vacías. Incluso su filme más malo, Juste la fin du monde, se llevó el Premio del Jurado hace unos años. Mathias and Maxime, al parecer, es la película del canadiense que trata de manera más directa la homosexualidad. Por otro lado, hay que tener en cuenta películas como Rocketman, de Dexter Fletcher y el thriller de Bon Joon-ho. Entre ellos están las principales apuestas. Aunque en cada Cannes siempre hay sorpresas, y este seguro no será la excepción.
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