Si revisamos la historia de los 26 Campeonatos Mundiales de balonmano para hombres, desde el primero que se efectuó en 1938 en Alemania, podremos apreciar que el único país no europeo que ha podido lograr una medalla ha sido Qatar, con su plata en 2015. Dirigidos por el súper técnico español Valero Rivera, ese equipo catarí que se introdujo en la hegemonía europea estaba compuesto, en su inmensa mayoría, por jugadores extranjeros. Detrás de esa medalla hubo aproximadamente 12 nacionalizados.
Para el Mundial de este año que recibieron conjuntamente Alemania y Dinamarca el panorama cambió muy poco, toda vez que el conjunto asiático se presentó con 11 atletas nacidos en otros países. Tres tunecinos, dos bosnios, dos cubanos, un egipcio, un francés, un iraní y un sirio, pero la medalla de plata no la repitieron, tras quedar decimoterceros. El cetro correspondió a Dinamarca, superior a Noruega en la final.
Los dos cubanos que lucieron la camiseta catarí fueron Rafael Da Costa Capote (31 años), integrante del elenco subtitular hace cuatro años, y Frankis Carol Marzo (31 años). Ambos balonmanistas se desempeñan como laterales izquierdos.
Capote abandonó el equipo cubano en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007 y luego transitó por el balonmano de Brasil, Italia, España y Qatar, donde se mantiene con el club El Jaish SC. En el evento universal de 2015 conformó el equipo ideal y terminó como quinto mejor goleador, con 48 dianas.
Carol fue internacional con su país de origen varias temporadas y estuvo en el Mundial de 2009 en Croacia, mientras que se nacionalizó catarí en 2018, año que fue monarca en el Campeonato Asiático de Corea del Sur. Desde 2011 actúa en la Andebol 1 de Portugal con el club Sporting CP.
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