Érase una vez un país sin paquete, sin antenas parabólicas ilegales, con menos canales de televisión y con pocos televisores a color. Dos y seis eran las únicas frecuencias que transmitían para todo el archipiélago, ambas con el mismo síndrome de Cenicienta que las hacía “desaparecer” a medianoche, para dejar espacio a la incómoda estática del cierre.
Visto así, pareciera que a los cubanos que les tocó crecer durante las últimas décadas, se la pasaron bastante aburridos frente a la pantalla chica, pero si damos un repaso a la realidad de entonces, resulta que nada está más lejos de ser cierto.
La infancia de hace unos años era más “mataperra”, o sea, más sudada, fangosa y bronquera, pero también se forjaban amistades que duraban para toda la vida, selladas con pactos de sangre y saliva, y también se conquistaba a las niñas del barrio con hazañas tales como robarse unas flores del jardín de una vecina “atravesada”, o escribirle en un pedazo de papel una poesía extremadamente melosa y hasta chea. Éramos más felices porque mirábamos a los ojos y no constantemente a una pantalla móvil.
Parte de aquella felicidad yacía en una hora del día que resultaba el colofón de una regular jornada de escuela, tareas y correteos después del timbre de las cuatro y veinte. Media hora antes del noticiero, estuviéramos bañados o no, «comidos» o no, todos nos sentábamos delante del televisor, nuestro o del vecino, para ver Las Aventuras.
Ese espacio cayó en desgracia durante sus últimos años de existencia, debido a la pésima calidad de producciones como El guardián de la piedra, El Medallón, Los tres Villalobos y otras series que entran en la categoría de olvidables. Hoy no hay producciones nuevas de este tipo. Debido a la nostalgia por las buenas aventuras, Cubalite te trae un decálogo de algunas que se nos quedaron en la memoria.
Los campeones
Poner el béisbol en una serie para niños y adolescentes fue una idea genial que bien pudiéramos rescatar en la actualidad. En esta producción conocimos a Yosvani, Bienvenido y Viyaya, tres jóvenes promesas que lidiaban, además de bolas y strikes, con situaciones complejas en el marco familiar, todo ello sin dejar de soñar con ser estrellas sobre el diamante.
Hablamos con Humberto Miranda o Yosvani, el jonronero de «Los campeones»
Los papaloteros
Un grupo de niños hiperactivos pero de buen corazón, encabezados por Juani, Pedrito y Cutú, fueron protagonistas de este relato de amistad y honor, enmarcado en una etapa histórica compleja para Cuba, como fue el cierre de la década de 1950. Quedan también en el recuerdo la música de Noel Nicola y las actuaciones de Asenneh Rodríguez, Litico Rodríguez y Alberto Pedro.
La leyenda del rayo
Una suerte de Zorro, esta vez vestido de blanco (Ernesto Tapia), era el encargado de luchar contra las fuerzas del mal que dominaba el malvado sirviente de Belial (René Cruz). Con esta serie de capa y espada, codirigida por Alejandro Gil (Inocencia), los barrios se llenaron de pandillas de enmascarados infantiles que, con sus espadas de madera y pulóveres amarrados a la cabeza, intentaban emular a su héroe.
Hermanos
Posiblemente el grito más famoso de la historia televisiva cubana sea el “¡Lorencito!” de Héctor Echemendía, momento climático que servía como preludio a aquel tema de Noel Nicola sobre un corazón y dos semillas, y que hacía referencia a los hermanos Iznaga: Tomás (Rolando Brito) y Lorenzo (René Cruz) y sus caminos diferentes durante la revolución de 1868.
La cueva de los misterios
Niños curiosos, aborígenes, españoles y viajes en el tiempo fue la fórmula que utilizaron los creadores de esta aventura, ambientada durante la etapa de la colonización ibérica en Cuba. Todos queríamos ser quien castigara a los crueles esclavistas, en un intento por imaginar la salvación de los habitantes originales de la Isla.
Shiralad: el regreso de los dioses
Tal vez la producción más interesante e incomprendida de su época. Podríamos decir que esta ambiciosa serie nació en el momento menos adecuado (1993) e, incluso, estuvo marcada por el contexto del Período Especial. Shiralad significó un hito en el género. Su épico tema de presentación, Hijo de la Luz, anunciaba que viajaríamos a un mundo diferente, en donde descubriríamos una mezcla poco usual de fantasía y ciencia ficción, a la vez que éramos testigos del despertar de héroes insospechados. Por si fuera poco, el elenco formado por Pedro Rentería, Héctor Noas, Jorge Perugorría, Jorge Cao y Mirtha Ibarra, le dio un valor increíble a este audiovisual, que aún hoy emociona a los amantes de las buenas historias.
Blanco y negro, no
Si Shiralad… fue un salto fuera de lo normal, Blanco y negro… nos devolvió al mundo real, ese en donde jóvenes estudiantes de secundaria tenían que enfrentarse una compleja edad, y luchar por su independencia. Con las actuaciones de Laura de la Uz, Coralia Veloz, Ángel Toraño, Alden Knight y Raúl Eguren, entre otros, el mensaje de esta propuesta, repleta de importantes lecciones, no ha perdido ni un ápice de relevancia.
Los pequeños fugitivos
Conozca qué fue de Felito y Tony, protagonistas de la última versión de «Los pequeños fugitivos»
Dos niños se escapan de su casa para huir de un despiadado sicario que, acompañado por el tonto del pueblo, les dará caza a lo largo de toda Cuba. Dos veces se repitió este patrón, con Manolo Melián/Frank González en el rol del “malo” Quiroga y Alexis Valdés/Kike Quiñones como Bandurria, un personaje que se encuentra, sin dudas, en el Salón de la Fama de los más recordados por la audiencia cubana.
Memorias de un abuelo
La ficción creada a partir del texto autobiográfico Descamisados significó también un gran éxito televisivo. Con Ebblys Valdivia (Roly) y Caleb Casas (Darío) en el papel de los hermanos rebeldes, aprendimos de la dureza y el sacrificio de vivir y luchar contra el gobierno de Batista en las lomas orientales, durante la revolución de finales de los 50.
Enigma de un verano/Coco Verde
Surgidas de la mano de Roly Peña, estas dos series marcaron a una generación completa. Junto a Pablo (Lester Martínez), Erick “el coloráo” (Alain Aranda) y Joel “el picúa” (Carlos Enrique Almirante), muchos comenzamos el viaje hacia la madurez mientras investigábamos misterios pueblerinos en Baracoa, y luego terminamos en la Ciénaga de Zapata, descubriendo finalmente que la amistad y el amor eran más importantes que cualquier tesoro.
Bonus tracks:
- El Capitán Tormenta
- El Halcón
- El Conde de Montecristo
- Los vikingos
Mi hermano, puedo perdonarte el Conde Montecristo y Robin Hood pero El Halcón noooooo…. abs
Esas son las de las generaciones de los 80, 90 y 2000. Faltan muchas de las mi época finales de los 60 y 70. El Conde de Montecristo (dos ediciones una con Luis Alberto Ramírez y otra más acá de los 80 con Jorge Alí). Tierra o Sangre (dos ediciones, una con Rafael Linares la segunda y otra con un tremendo actor que por desgracia no recuerdo su nombre ahora y con Carlos Gilì y Mario Limonta en protagónicos), El Capitán Tormenta, El Corsario Negro, las de los Mambises con Nacho Verdecia (Mario Limonta). La Flecha Negra, El Halcón (ya de los 80). Los Incapturables (Evelio Taillack, Coralita, entre otros). El Zorro del antiguo Tele Rebelde fue apotéosico. Los Comandos del Silencio. Los Tres Mosqueteros (donde apareció en uno de sus primeros papeles Susana Pérez con su personaje de Cruz la Gitana). Estas de los 60-70 tenían la particularidad de que se hacían en vivo casi siempre y si enfermaba un actor ese día alguien hacía su papel y si se iba la corriente en los estudios se ponía un patrón muy odioso al que le llamábamos el durufrío por los cuadritos que tenía. Me faltaron muchas muy buenas con tremendos actores y tremendas actuaciones.
Así era! Tiempos hermosos en los que fuimos niños felices, a pesar de solamente dos canales y Tele Rebelde desde Santiago de Cuba, TV en blanco y negro, etc., Ah! pero la hora de Las Aventuras era sagrada, todos frente a algún tv, y luego, en el horario de juego nada más placentero que jugar a la aventura de turno. Hasta nos peleábamos por escoger el personaje que interpretaríamos! Que tiempos aquellos!
Esas fueron los últimos cañonazos de las aventuras y ya las balas eran de goma.
Aventuras fueron: Enrique de Lagardere, El Conde de Montecristoi, El Corsario Negro, La Flecha negra, La Másara Roja, El Zorro, Robin Hood, Los Incapturables,etc, etc. Es decir las aventuras de los 70 y principio de los 80. Esas si ponían a Cuba a las 7:30 pm frente al televisor y emigrabas de barrio si te metían un apagón; como la novela brasileña (que llegó después)
Creo que también deberían estar
Cuando bajen las estrellas
Hola Mar
Hola! me encantaría poder encontrar un link donde descargar Shiralad, simepre he querido verla completa, hasta ahora nunca he podido cumplir ese sueño!
Esas son nuevas. Aventuras buenas: El corsario negro. El león de damasco. El halcón. Orden de ataque. Enrique de Lagardere. El lobo fantasma. Son las que se me ocurren ahora. Yo vivía en el campo y caminaba hasta donde hubiera un TV para verlas.
Esas aventuras tenían un potencial de influencia extraordinario. Volví a ver Los papaloteros con mis hijos y fue lo mismo. Lo que le falta al dramatizado cubano es «el agujero de un zapato» para ver si le entra el cuento.
Falta «Cuando bajen las estrellas»