Durante el episodio inicial de El Presidente (Amazon Prime Video), lo primero que salta a la vista es que la cosa no va tan en serio como debería. Julio Grondona (Luis Mangani), el máximo directivo del balompié argentino y principal figura de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), ha muerto, y desde el “más allá” suelta una frase que nos da una pista de lo que viene: “por supuesto que los jugadores son los verdaderos protagonistas, pero tienen vida corta. La esencia del fútbol son ellos. Nosotros simplemente somos los dueños”.
Mientras procesamos estas palabras, llegamos a La Calera, ciudad chilena en donde Sergio Jadue (Andrés Parra), el presidente del club local, entra al vestuario para reprocharles a los jugadores que no hicieron lo necesario en la primera mitad del choque por el ascenso y entonces recibe del capitán la siguiente respuesta:
“Bajá un poquito los humos, Jadue, dale. Este club es un desastre, hermano, cada pedazo. Ni siquiera trajiste las pelotas nuevas para entrenar. Vos querés mística, acá tenés mística. Mirá, 25 centímetros de mística, rica y potente (se toca la entrepierna). Están rebotando los cheques ¿Estás al tanto de eso?”.
Eventualmente, el Deportivo Unión La Calera gana el partido, consigue el ascenso y al dirigente lo invitan a Santiago de Chile para participar en la elección del nuevo presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP). Una vez allí, por cosas del destino —y de la ambición— se ve convertido en el nuevo mandamás del dicho deporte en esa nación. A partir de entonces aprenderá que en ese entorno es el dinero, y no únicamente el talento de los atletas, lo que hace que el balón ruede por las canchas de todo el mundo.
En principio, El Pre$idente, que es la forma en que los de Amazon decidieron estilizar el título del programa, es un thriller basado en hechos reales. Intenta, durante ocho episodios, explicarnos cómo funcionaba (y posiblemente aún funciona, a pesar de todo) cierta mafia del balompié, un cáncer que se extendió desde la Conmebol y llegó hasta la mismísima FIFA y el señor Joseph Blatter. No obstante, lo serio del tema no hace que el tono sea más solemne, sino todo lo contrario.
Creado por Pablo Larraín y con libreto y dirección, entre otros, de Armando Bó (ganador del Oscar al Mejor guion original por Birdman), la primera temporada de este show va desmantelando el escándalo del FIFA Gate en dos tiempos: uno a partir de 2011 con la etapa de ascenso de Jadue, y el otro en 2014, luego del fallecimiento de Grondona. La historia tiene mucho de humor y sátira, pero también se nutre de elementos del documental y de toda esa tradición de filmes policiacos y de espionaje que nos remite a clásicos como Brasco (1997, Mike Newell) y The Departed (2006), aunque esta vez vistos, a medias, desde el lado opuesto de la ley.
Además del protagonista, en la historia destaca su mujer María Inés “Nené” Facuse (Paulina Gaitán), así como la agente Lisa Harris (Karla Souza), encargada de convertir al directivo de la ANFP en el topo que ayudará al FBI a desmantelar la red de corrupción de la que han sido parte durante décadas el señor Grondona, narrador omnisciente, y sus colegas.
El trabajo de Parra en el rol de Jadue es brillante. Igual que hizo hace algunos años con su representación de Pablo Escobar, el actor colombiano copia el tono de voz, los gestos y los cambios de humor del presi para darle forma a un retrato inmejorable de este personaje que, vaya usted a saber cómo, llegó a ser vicepresidente de Conmebol y organizó una Copa América que terminó con el histórico y polémico triunfo del plantel chileno.
Alrededor de él hay un elenco que aprueba con nota destacada en cada caso, entre quienes resalta el trabajo de Gaitán y Mangani como sus parejas en el crimen. La química entre todos es definitivamente uno de los factores que da más credibilidad a la serie y ayuda a que, además de la mofa, se capte la idea de que lo que estamos viendo es el relato sobre una de las relaciones más tóxicas alguna vez registradas entre el crimen organizado y el deporte.
Sí hay que señalar que el papel interpretado por Souza, creado exclusivamente para esta narración, es una de las pocas cosas que se siente fuera de lugar en la historia. No es que se vea mal la presencia de un policía en el medio de la tormenta, pero el intento por representar a la agente Harris y sus conflictos familiares rompe el ritmo del programa. Por otro lado, tampoco podemos decir que la actriz mexicana sea particularmente convincente en el proceso.
Da igual si te gusta el fútbol o si jamás has visto un partido. De cualquier manera te recomendamos El Presidente como un producto muy bien contado que nos lleva a conocer un poco más lo que sucede detrás del telón de uno de los espectáculos más masivos y mediáticos del planeta.
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