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La vida de los artistas cubanos radicados fuera del país está llena de historias de reinvención y adaptación. Recientemente descubrimos una de tantas, en este caso la de José Coll, reconocido comediante e integrante del famoso grupo humorístico Punto y Coma, cuando la cuenta de redes sociales Un Marti to Durako compartió un video captado por una cámara de seguridad donde se observa al humorista realizando una entrega a domicilio como repartidor.
Las imágenes, que rápidamente se viralizaron, muestran a Coll en una faceta completamente diferente a la que lo consagró en los escenarios de la isla. Lejos de los reflectores y las risas del público, el comediante aparece cumpliendo con su trabajo de delivery, una labor que ha asumido como parte de su vida en territorio estadounidense.
Su reacción ante la difusión del video, demostró la dignidad y el pragmatismo con que ha enfrentado esta nueva etapa de su vida. En los comentarios de la publicación escribió con notable serenidad: «Yo disfruto cada cosa que hago, yo trabajo, y en el tiempo que estoy sin hacer nada hago DoorDash. Antes de perder mi tiempo, facturo algo para mi familia. A todos, cuando me vean salúdenme y no tengan pena».
Estas palabras reflejan no solo su actitud positiva ante las circunstancias, sino también su compromiso inquebrantable con el bienestar de los suyos. Para Coll, trabajar como repartidor no representa una pérdida de estatus o motivo de vergüenza, sino una oportunidad de generar ingresos adicionales durante los momentos en que no está dedicado a su verdadera pasión: hacer reír a la gente.
La respuesta de la comunidad cubana no se hizo esperar. Los comentarios en redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo, admiración y solidaridad hacia el comediante. Muchos compatriotas reconocieron en su historia un reflejo de las propias experiencias de adaptación que han vivido miles de cubanos que han tenido que reconstruir sus vidas.
Esta muestra de solidaridad evidencia cómo la comunidad cubana en Estados Unidos mantiene vivos los lazos de hermandad y reconocimiento mutuo, especialmente hacia aquellas figuras que formaron parte del patrimonio cultural de la isla. José, quien durante años alegró a los cubanos con su humor inteligente, sigue siendo valorado y respetado por su legado artístico.
A pesar de los desafíos económicos que implica la reinvención profesional en un nuevo país, Coll no ha abandonado su carrera artística. El comediante se mantiene activo con la agrupación Punto y Coma y su agenda artística incluye presentaciones regulares que le permiten reconectarse con su público y mantener vigente su talento humorístico.
Hoy mismo, por ejemplo, junto a su compañero de agrupación, Javier Berridy, se presentará en el restaurante El Mesón de Súper Machi, ubicado en Miami.
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