Según un blog especializado en la numerología, el 60 está relacionado con la familia, el hogar, la crianza y la armonía. La venidera edición de la Serie Nacional de Béisbol estará celebrando ese número cerrado y la mística que él desprende encaja con un suceso que, de ocurrir, sería inédito en la historia del principal espectáculo deportivo de Cuba. Se habla del posible retorno de Dayner Moreira Ramírez, algo que si se capitaliza en la próxima versión, permitiría al jugador disfrutar armónicamente de su familia, de su hogar y del territorio donde se crió, como mismo explica la numerología.
Al decir del colega matancero Dagoberto Arestuche Fernández, en su muro de facebook, el entrenador de los Cocodrilos yumurinos, Lázaro Junco, informó, entre otras novedades, que el torpedero Moreira, debidamente autorizado por la Comisión Nacional, podrá desempeñarse por el conjunto de Cárdenas en la Serie Provincial que inicia el 1 de febrero, con la distribución de los equipos en dos grupos. Cada elenco jugará 12 desafíos.
Lógicamente, la inclusión de Dayner en el torneo provincial es un paso esencial para que luego pueda aspirar a reincorporarse con Matanzas en la Serie, con la venia del ente principal de la pelota cubana. Aunque Junco explicó las intenciones, no se conoce si el pelotero en cuestión en estos momentos se encuentra entrenando en Cuba de cara a ese certamen, toda vez que él reside en Estados Unidos.
Sin embargo, el supuesto regreso de Moreira no es tan sencillo como algunos pudieran pensar y guarda poco vínculo con los casos del cienfueguero Erisbel Arruebarrena y el agramontino Leslie Anderson, dupla que se reincorporó al sistema deportivo de la Isla en la pasada contienda, luego de desarrollar carreras profesionales en el béisbol rentado de Estados Unidos. Erisbel, incluso, tocó las Grandes Ligas con los Dodgers.
La aprobación de Dayner, considero, trasciende a la Comisión Nacional y lo digo por las moralejas de nuestro deporte en situaciones un tanto similares. Solo tenemos que remitirnos a febrero de 2015, analizar el contexto y luego sacaremos conclusiones no muy diferentes, me atrevo a decir.
En ese entonces, Cuba participó en la Serie del Caribe, acontecida en San Juan, Puerto Rico, a través del conjunto Vegueros de Pinar del Río que, a la postre, ganaría la única corona de nuestro país tras su reinserción en el certamen caribeño. Pero en el momento de alzar el trofeo, ni Moreira ni el lanzador pinareño Vladimir Gutiérrez se encontraban. Días atrás abandonaron el conjunto vueltabajero en ese país y desaparecieron.
En octubre de 2017, el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla anunció un grupo de medidas migratorias y no se aludió a las personas que abandonaron misiones médicas, diplomáticas o delegaciones deportivas. Para ellos se mantenía la prohibición de entrar al país durante los ocho años posteriores al abandono de la misión, según explicó Cubadebate.
“Sé de buena tinta que están estudiando la disminución del tiempo. Pero de estudiar a concretar va un trecho importante. Hasta la fecha, se mantienen los ocho años de prohibición. Esta situación no está contemplada en la ley; es, simplemente, una política indicada a los organismos que tienen personal indispensable como el MINSAP y el INDER, por lo que sería muy fácil cambiarla”, declaró el reconocido abogado Eloy Viera Cañive a Cubalite.
Este panorama enrevesado rodea el caso de Dayner Moreira y, hasta el momento, ningún alto directivo del béisbol cubano ha dicho una palabra. Ojalá y se le abran las puertas del campeonato donde jugó por espacio de nueve temporadas (primero siete con Guantánamo y después dos bajo las órdenes de Víctor Mesa en Matanzas). Bateó .314, se quedó a 33 imparables de los mil, a un doble del centenar y, además, conectó 29 triples y ocho jonrones.
Casi 12 meses después de poner pies en polvorosa, el jugador de 35 años llegó a un acuerdo de Liga Menor con los Marineros de Seattle, no obstante, dos meses más tarde fue liberado y nunca llegó a debutar. Su recorrido profesional incluye una temporada con los Cangrejeros de Santurce (Puerto Rico, 2015-2016), par de contiendas en la American Association (2016 y 2017) y su última experiencia la vivió en Nicaragua, con los Indios del Bóer, en 2017.
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